Revenge © |B#3|

Capítulo #60

—Veo que al final decidiste venir. —habló con arrogancia al verme entrar. —No me sorprende; siempre siendo la víctima y queriendo ser la heroína. Desagradable.

—Ya estoy aquí, como querías. Así que ya no les haga daño y déjalos ir.

—No es tan fácil, querida. —sonrío con superioridad. —Debo asegurarme de que todo salga acorde a mi plan.

—¿Plan? A estas alturas ya no hay un plan, Nicole. —respondí impaciente.

—Oh, ¿eso crees? —soltó una risa. —Ingenua como siempre.

De la nada, dos pares de manos me tomaron de los brazos, impidiéndome moverme.

—¿Qué es esto, Nicole? Esto no era parte del trato. —hablé con fuerza, tratando de zafarme de ellos.

—En realidad nunca llegamos a un trato. —respondió acercándose a mí, con algo en su mano. —¿En serio crees que dejaría ir a tus amigos con vida de esa manera?

—Nicole...

Me tomó de la mandíbula con fuerza y me obligó a verla a los ojos. —Te dije que no sería tan fácil. —me dio una sonrisa falsa. —Ahora, este es el trato; me transfieres tus poderes para que pueda vengarme y después dejo ir a tus queridos amigos, con vida, claro.

—¿Cómo puedo estar segura de que no los mataras en cuanto tengas todo el poder que quieres?

—Buen punto. —me mostró lo que traía en su mano. —Solo presionando este botón puedo... hacerlos desaparecer. Si aceptas, al final te lo daré y puedes destruirlo. No te detendré, nunca más.

Tragué duro. —Supongo que no tengo de otra.

—¿Lo ves? Eres inteligente después de todo. —me sonrió. —Ahora...

—Espera. —me miró con el ceño fruncido. —¿No me soltarás?

—Verás... no confió en tus intenciones del todo, así que toma esto como una prevención.

Gruñí. —Te odio.

—El sentimiento es mutuo. Ahora... —un tercer hombre apareció y le dio una hoja. El hechizo de transferencia. —Sabes cómo funciona esto, ¿verdad?

—Al recitar las palaras, mis poderes serán trasferidos a ti. —respondí, a lo que Nicole me miró con satisfacción. —Sí, si estudié.

—No del todo. —el mismo hombre apareció de nuevo, esta vez con dos copas en sus manos. —Debemos tomar una poción para crear un vínculo.

—Para tomarla, necesito que me suelten.

—Creí haberte dicho...

—¿Y si tus hombres arruinan todo? Lo hicieron muchas veces antes, ¿no sería una tragedia que lo hicieran otra vez?

Soltó un suspiro de frustración. —Supongo que tienes razón. Suéltenla.

Sin hesitar, los hombres soltaron mis brazos y desaparecieron. Perfecto.

—Ahora. —me extendió la copa, la cual tomé con firmeza. —Sólo te advierto que, si tratas de hacer algo, apretaré el botón y todo se acabará.

—Como dices, son inteligente. —le di una pequeña sonrisa. —Quien sabe, te puedo sorprender y querer ayudarte con tu venganza.

Alzó una ceja. —¿Qué?

—Tu lo dijiste antes, ellos separaron a mis padres. Nunca los conocí y todo por su culpa. —me encogí de hombros. —Tal vez si quiero vengarme.