Revenge © |B#3|

Capítulo #37

—Un gusto en conocerlos. —dijo Demian con una sonrisa. Una que seguramente era falsa.

—Lany. Ella es Cassandra. —dijo mi amigo de la manera más amable. —¿Serás entrenador?

—Exacto. —respondió. Sus ojos me observaron un momento. —Y espero que mi estadía sea lo más larga posible.

—¿A quién entrenaras? —preguntó Lany.

—Aún no tengo el placer de saber a quién, pero creo saber quién necesita de mí ayuda. —dijo desde mi lugar pude entender que se estaba burlando de mí.

—Quizá estés equivocado. —murmuré.

Alzó una ceja. —¿Eso crees?

Me cruce de brazos. —La verdad si.

Soltó una risa. —Mejor no te metas, chiquilla.

—No soy chiquilla. —dije entre dientes.

—Lo que digas. —dijo divertido.

—Creo que todos se llevaron bien aquí. —comentó Nelson con una sonrisa. —Cassandra, tus sesiones empiezan mañana en la mañana.

—Que suerte tengo. —dije con sarcasmo.

—La tienes. —dijo Demian. —No te aburrirás conmigo.

—Pero si me suicidaré.

—Quiero ver que lo hagas.

—Tranquilo, no falta tanto para eso. —habló Lany. —Espero y estarás en primera fila.

—Me encanta tu entusiasmo, Lany. ¿No quieres ser tú quien me apuñale? —pregunté.

—Los tres, ya. —dijo Nelson. Su sonrisa desapareció. —Demian, nos vamos.

El chico misterioso me guiñó el ojo y siguió a Nelson. Mientras, yo me quedé con Lany quien me miraba furioso.

—¿En qué estás pensando? —preguntó.

—¿Yo? ¡Tú! —exclamé. —¿Qué te sucede? ¿"Espero y estarás en primera fila"? ¿En serio?

—Es tu culpa. Si no le hubieras echado bronca nada hubiera pasado. ¿Qué estabas pensando?

—¡Él empezó!

—Uy si claro. Él. —dijo con sarcasmo. —¿Crees que soy imbécil? Algo pasó para que estuvieran así.

—Si me dejaras de cuestionar te diría que chingados pasó. —dije cruzándome brazos.

—¿Pasó algo? —preguntó sorprendido.

Rodé los ojos. —Él es la razón por la que estoy en enfermería. ¿Me dejarás decirte que pasó o no? —respondí.

—Dime.

—Cuando llegamos de la casa de Luke me dirigí a la habitación que se supone era de Nelson. —dije en voz baja. —Pero cuando toqué la puerta y se abrió este chico salió de ella.

—¿Y luego? Eso no responde lo que te pregunté.

Resoplé con desesperación. —No me interrumpas, Tyler.