Capítulo #10

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—¿Qué haces aquí?

Se acercó a mí con una pequeña sonrisa. —No creí verte aquí.

—¿Y crees que yo sí? —pregunté con ironía.

—¿Perdón?

Negué en con la cabeza. —Lo siento, he estado un poco distraído, no he dormido bien.

—Estás mintiendo. —dijo quitándose los lentes. Sus ojos marrones me miraron con detenimiento.

—¿Qué? —no entendía de que hablaba.

—Estas mintiendo. —repitió. —Tienes algo, lo sé.

—No tengo nada.

—Te conozco, o bueno no tanto pero sé que me estás mintiendo. —dijo. —¿Qué está pasando?

—No quiero hablar de ello. —dije poniéndome el casco.

—Luke. —me reprimió.

Rodé los ojos y me quité el casco. —En serio, no estoy de humor para hablar de ello. ¿Si? Por favor no lo intentes.

—Entonces déjame invitarte un café. —dijo sonriéndome un poco. —¿Si? Vamos, no te he visto desde meses.

—No creo que...

—Por favor, Luke. —rogó mirándome con un puchero.

Rodé los ojos. —Súbete.

Con una sonrisa triunfadora se subió a la moto. Le tendí el casco.

—¿Y tú?

—Póntelo. No quiero que llegues a casa y que Lorena me mate.

Rió. —Vale.

Arranqué la moto. —¿A dónde?

—Tú eres de aquí, yo no. ¿A dónde vamos?

Sonríe. —Ya se a donde. Sujétate.

En segundos ya estaba en la calle, dirigiéndome al café que tanto amaba. Uno que Cassandra también amaba.

(...)

—No me has dicho porque estás aquí. —dije antes de darle un sorbo a mi café.

—Mis papás aceptaron una oferta de trabajo, aquí en California. Y como verás, aceptaron. —respondió indiferente.

—¿No estás feliz? La última vez que hablamos en persona me rogabas que te trajera conmigo. —bromeé.

—Si estoy feliz, bueno no tanto, pero es que... ya tenía una vida allá. Empezar de nuevo aquí es... extraño. —respondió.

—Vamos, vivir en California es genial. —dije con una sonrisa. —Playa, tiendas, cafés. Es perfecto para una adolescente como tú.

—Ja ja muy gracioso. —dijo con ironía.

Reí. —Pero en serio. No veo el problema.

Bajó la cabeza, supe entonces que algo andaba mal.

—Ahora es mi turno de preocuparme. ¿Qué ocurrió en Londres? —pregunté serio.

—Nada, Luke.

—No me digas que nada. El poco tiempo que llevo conociéndote sé que eso es una vil mentira.

—No quiero hablar de eso. —dijo en un susurro. Noté que combatía las ganas de llorar.

—Bueno, entonces adivinare. —dije cruzándome de brazos. —¿Es la escuela?

Revenge © |B#3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora