Capítulo #2

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Narra Leonardo...

-¿Dónde están Cassandra y Luther? -preguntó Géminis al mismo tiempo que el piso se movía debajo de un Buscador.

-Cassandra desapareció, no se a donde se habrá ido después de que nos reunimos. -respondió Jill. -Tampoco se a donde fue Luther, estaba aquí hace un momento.

-Creo que fue a ver a Luke. -comentó Ed.

Enterré mi daga en el pecho de uno de los Buscadores. -Iré a ver.

-Cuidado. -respondieron mis tres amigos.

-Claro. Lo tendré. -respondí mientras sacaba de un solo movimiento la daga del cuerpo del chico.

Después de que Cassandra se fuera, un ruido nos había sacado de nuestra discusión. Preocupado y con una mala sensación en lo que había pasado, me levanté y salí de la estancia. Y cuando menos me lo esperé una esfera negra se impactó en la pared de a lado. Sorprendido les grité a mis amigos lo que estaba, y en menos de lo que canta un gallo ya estábamos en una pelea en el hospital.

Estaba preocupado por Cassandra. Se había ido y no sabía si alguien estaba con ella. No sabía si estaba bien o herida, y necesitaba urgentemente calmar mis nervios.

Cuando llegué al pasillo que daba con la habitación de Luke, me quedé sin palabras al ver un pequeño rastro de sangre que terminaba en la habitación de Luke.

Con paso apresurado me encaminé a la habitación y sin quererlo un grito de horror salió de mi garganta. Luther estaba en el suelo con una espada saliendo de su espalda y debajo de él se extendía un charco de sangre. Horrorizado por la escena me adentré a la habitación, encontrándome con Cassandra y un chico -al que ella había llamado Peter-.

-¡Cassandra! -exclamé al ver una daga sobresaliendo de su abdomen.

Corrí hasta ella y de un golpe quite al chico de encima. Me acerqué a ella y rápidamente saqué el arma.

-Leonardo. -dijo mirándome con los ojos bien abiertos. -Cuidado.

Por un momento no sabia a que se refería, pero al ver una sombra proyectaba en el suelo supe a que se refería. Ágilmente me levante y atravesé en abdomen del chico con la daga. Curiosamente había una herida ahí que hizo que sangrara más. Poco a poco el chico fue cayendo hasta que por fin estuvo en el suelo.

-Dios mío, Cassandra. ¿Qué haz hecho? -pregunté preocupado.

-Necesitaba que se fuera. -respondió incorporándose difícilmente. -Necesitaba que se rindiera.

-¿Y casi matarte era tu plan?

-Tenía que hacerlo.

Rodé los ojos. -Tenías que hacerlo. -repetí imitando su voz. -Tú si que estas loca.

-Me iba a hacer un favor. -murmuró. -Luke no está, y cabe la posibilidad que mi hermano haya muerto.

Dirigí mi mirada a Luther. -Debemos ir a ver a Troy para que lo ayude.

-Y a mi también. -dije quejándose.

-Sí, a ti también

(...)

-¿Y cómo está? -preguntó Géminis a mi lado.

-La daga no llegó a rasgar algún órgano o siquiera el corazón, que déjenme decirles estaba muy cerca...-con una mirada le hice saber que no siguiera. -Resumiendo, solo llegó a rasgar el músculo. Estará bien solo tiene que reposar.

-Gracias al cielo. -murmuró, Jill, con alivio.

Noté como algo, en el modo en que Troy miraba a Jill y en como su rostro estaba pálido, andaba mal. No podía descifrar que era, pero lo descubriría.

Revenge © |B#3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora