Revenge © |B#3|

Maratón 1/3

Capítulo #28

—¿Me puedes decir por qué Ingrid salió de la habitación llorando? —preguntó Ed, entrando a la habitación.

No respondí. Hasta que todo se hizo un poco más claro.

—¿Es por eso? —pregunté mirándolo.

Mi amigo me miró confundido. —¿Qué?

—Te pregunté una vez si Ingrid te gustaba y me dijiste que no.

—¿A qué viene todo esto?

—Un chico. Peter. Habló sobre que Ingrid y yo éramos hermanos. Ella no quiere saber si es verdad, yo sí... pero hay algo que tú sabes que yo no. ¿Es por eso que no quieres nada con ella? ¿Por qué somos "hermanos"?

El chico me miró con los ojos cerrados. Después se sentó en el borde de la cama, pasándose las manos por el rostro y cabello. Estaba frustrado, no sabía qué hacer.

—Lo lamento, Luke. —dijo a través de sus manos.

—¿Qué cosa?

—No sabía si era verdad. Aún no sé si es verdad. No sé que siento por ella, pero me importa. —respondió mirándome. —Cuando la vi por primera ves era como si te estuviera viendo, solo que en mujer. Pensaba que era mi imaginación, pero cuando vi a su abuela y a sus padres supe que algo pasaba ahí. Creí que lo sabías, pero ahora me doy cuenta que no.

Sus palabras me sorprendieron. Nunca había visto a Edward de esa forma. Nunca lo había visto así. Nunca había había estado enamorado de verdad.

—Ed, tranquilo. —murmuré. —Ninguno de los dos sabía de esto.

—¿Es por eso que salió llorando? —preguntó.

Asentí. —Ella no quiere saber nada de esto.

Sonrío de lado. —Pero tú sí.

—Me conoces bien. —dije sonriendo. —Debo saber si es verdad. Si ella y yo somos hermanos.

—Creo que es obvio, Luke. Se parecen. Tienen rasgos idénticos.

—Ella dice que al buscar información sobre su hermano se enteró de cosas de las que no quiera saber. ¿Y si una de ellas era que su padre o madre tuvo un amorío con alguien?

—No lo creo. El Libro de Profecías es demasiado claro. —respondió. —El hijo de los Lanceren fue secuestrado. No dice nada de un amorío.

—Tampoco dice quién es el padre de Cassandra. —apunté.

—¿Y tú sabes quién es? —preguntó con ironía.

—Extrañamente si. —respondí. —Es un guardia. Ayudante del reino Sodagidnaight. No sabes qué tan cercano es de ellos.

—¿Un guardia? ¿Cómo sabes eso?

—Hace unos años, cuando raptaron a Jill, encontré a un hombre en la casa.

—¿En Londres? —interrumpió sorprendido.

Asentí. —Me pidió una cosa. Te juro, Ed, que no olvido su rostro y que me pidió. Cuando lo vi no me di cuenta de ello, pero meses más tarde lo entendí todo.

—Ve al grano, Luke.

Rodé los ojos. —Cassandra tenía gran parecido con él. Lo que trato de decir, Ed, es que ese hombre era el padre de Cassandra. Cosa que no se menciona en el Libro de Profecías.

—Lo omitieron, quizá.

—¿Por qué lo harían? —pregunté. —Yo te digo por que. Porque, es algo que no les conviene a las familias reales.