Revenge © |B#3|

Capítulo #8

-Claro que la conocemos. Somos sus amigas, o al menos éramos amigas. -respondió la castaña.

-¿Amigas? Ella nunca habló de ustedes. -dijo Jill confundida.

La chica de cabello morado me miró. -Hay cosas del que ella nunca habló.

Troy y West me miraron confundidos y expectantes.

-¿Cassandra...qué ocurre? -preguntó uno.

-¿Qué haces aquí? -preguntó el otro.

Yo no sabía que responder. Aún no estaba lista para responder esas preguntas.

-Yo...-miré a Lany. ¿Qué se suponía que iba hacer?

-Mirar a Lany no te ayudará en nada. -dijo con amargura, Troy. -Ni siquiera sé porque lo miras.

-¿Así me hablas a tu hermano mayor? -preguntó Lany con su tono de amargado.

-Tu dejaste de ser mi pariente en el momento en que te convertiste en esto. -respondió Troy.

Lo miré sorprendida. Tal vez Lany había sido malo y tal vez aún era malo, pero Troy no tenía porque hablarle así. Él era el único que sabía completamente como era Lany.

-No le hables así. -dije. Más en un murmullo que otra cosa.

-¿Qué? -preguntó.

-Dije, que no le hables así a Lany. -repetí. Esta vez más alto.

-Tú no tienes voz ni voto en esta conversación, Cassandra. Ni si que irá tendrías estar aquí. Deberías estar en casa sana y salva. -dijo enojado.

-Pues tal vez no quiera estar sana y salva y tal vez tampoco quiera que le hables así a Lany. -dije, empezándome a enfadar.

-¿Lo estás defendiendo?

-Sí, por qué nadie merece que le griten como tú lo estás haciendo. Puede que Lany haya hecho cosas malas, pero eso no significa que lo sea.

-Estamos hablando de Lany. -dijo riendo con amargura. -El mismo chico que casi nos mata, el mismo chico que casi mata a Luke. El mismo chico que prefirió irse al lado oscuro.

-Y es el mismo chico que tiene la misma sangre que tú en sus venas. -concluí.

-¡Nos traicionó!

-¿Y? Eso no lo define, ¿o sí?

Por un momento, Troy me miró con los ojos entrecerrados antes de soltar una carcajada amarga y falsa.

-Estas de su lado, ¿no? Igual que él, nos has traicionado.

-Eso no te incumbe y no viene al tema. -respondí.

-¡Claro que viene! -exclamó. -Estas defendiéndolo.

-Eso no...

-¿Ahora estás con él? -preguntó con amargura. -No me sorprendería que te quedaras con él, te volvieras una...

Me acerqué a él en dos zancadas, lo tomé del cuello de la camisa y lo pegué de espaldas en la pared.

-No soy una zorra. -murmuré entre dientes. -Y si piensas que estoy de su lado, estás muy equivocado.

Lo solté, haciendo que se y tropezara con sus pies.

-Vaya que las cosas cambian, ¿no? -comentó desde abajo. -Quien diría que Cassandra se uniera al lado oscuro. Pero sabes, no es de sorpresa. Tú vienes de aquí, esta es tu familia.

Sus palabras me llegaron al corazón. Él estaba insinuando que en serio había cambiado de opinión y que estaba ayudando a Nelson. Y eso dolía más que nada en el mundo, porque -como lo había dicho Lany- ellos eran mi nueva familia. Los chicos eran mi familia y que tuvieran esa imagen de mi después de todo lo que habíamos pasado dolía como nunca.