5. Humano.

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El latido de mi corazón parecía enloquecido, dando duros golpes contra mi pecho, casi podía sentir la euforia pasando por mis venas, me mire, cerca de la muñeca derecha un instrumento punzante del que parecía salir líquido transparente intentando entrar a mi sistema, todo brillaba con intensidad la luz del sol entraba por la ventana y parecía que me quemaba los ojos, me pareció casi improbable puesto que siempre solía mirarlo de forma directa y jamás sentía lo que en ese momento experimentaba, la luz me cegaba por momentos tuve que parpadear con fuerza un par de ocaciones para deshacerme de la sensación tan molesta.

Intenté levantarme pero de inmediato el dolor en la cabeza me llego y regrese de nuevo a mi posición en la cama, miraba el techo de la habitación tan blanco, como todo lo que había ahí, las sabanas, las cortinas, las mesas y hasta los floreros que adornaban los burós muy cerca de la puerta que también era blanca, pensé en que lo que sentía ahora no eran más que las sensaciones humanas, suspire al pensar en lo que había perdido, pero tenía un por qué y lo haría en cuanto pudiera mantenerme de pie.
El crujido de la puerta causó que me sobresaltara, algo que jamás me había ocurrido, el hombre que me había recibido ahora llevaba una camisa negra pero mantenía la sonrisa en los labios.

— Cómo te sientes amigo — me dijo mientras investigaba el medicamento que colgaba de mi muñeca. — todo bien.
— Sí — respondí con duda — es decir no, no puedo levantarme me duele la cabeza...
— Que esperabas te arrolló un autobús — palmeo mi hombro — es un milagro que estés vivo, por un momento tu corazón se detuvo...— me miró intranquilo — pero volviste y eso me alegro, no he perdido un paciente y espero jamás me ocurra. Pero has evolucionado muy bien si sigues así te daremos de alta pronto y podrás regresar a casa.
Solté una ligera risa — Antes de eso tengo algo muy importante que hacer, pero necesito levantarme, no puedo perder el tiempo.
— Tranquilo tendrás tiempo de sobra si es que miras a ambos lados antes de cruzar las calles — bromeaba — por cierto no encontramos ninguna identificación personal, no pudimos localizar a tu familia.
— Bueno eso será difícil, no soy de aquí — sentía ahora un fuerte vacío en el estomago — no tengo familia, todos mis amigos están muy lejos... — el dolor casi lograba que me doblara — que me sucede esto es normal.
— Debe serlo, no has comido nada — volvía a sonreírme — debes estar muriendo de hambre pediré que te traigan algo ligero de acuerdo...— esperaba mi nombre.
— Soy Harry... — seguía mirándome — Potter... Harry Potter.
— Mucho gusto Harry Potter yo soy el doctor Longbottom pero dime solo Neville — estrechó mi mano con fuerza.
— Es un gusto — regrese la sonrisa y un flash llego a mi mente, el rostro del hombre me pareció conocido, trate de divagar un poco más en mis pensamientos y di entonces con el recuerdo, de nuevo en el funeral de Luna, era el joven que lloraba cerca del padre de la fallecida, si era así y no me equivocaba, Neville también la conocía, no podía creer que estuviera tan cerca de Hermione, pronto llegaría a ella.

Unos minutos más tarde, la enfermera llegaba con una charola llena de comida, fruta fresca, un poco de sopa de pollo y zumo, algo de pan, al llevarme a la boca el primer bocado fue como si todo en mi interior reaccionara, podía percibir lo dulce de la fruta y lo salado del caldo caliente en la boca todo era increíble, no me detuve hasta que lo termine todo y me hubiera gustado un poco más pero tuve que esperar hasta que volviera la cena.  Volví a intentar ponerme de pie, esta vez lo logre sin contratiempos, camine hasta la ventana, podía observar la ciudad, y la gente que transitaba, cerré los ojos y me concentré quería averiguar si podía llegar hasta la fuente del parque central, pero no pasó nada, seguía de pie frente a mi reflejo en la ventana, esperaba con ansias que Neville me pudiera dar el alta y así ir a buscarla decirle que se alejara de él, que no podía casarse, todo estaba en mis manos y después recuperar las alas y volver a mi mundo.

— Tendrás  que volver a una revisión la semana entrante, es solo para descartar cualquier anomalía que pudiera aparecer en tu organismo — hablaba detenidamente mientras llenaba una serie de documentos el médico — aunque en tus últimas pruebas todo estaba en orden — me extendió una hoja — solo firma aquí y serás libre.

No tenía una firma concreta, jamás la había necesitado, de hecho dudaba en sí podría escribir, nunca lo había necesitado antes pero sostuve la pluma en mi mano y deje que trazará lo primero que pasó por mi mente, el resultado fue una serie de garabatos que bien podría haberlos hecho un niño pequeño en donde intentaba dijera mi nombre.

— Bien es todo Harry puedes irte...
Me quede unos minutos analizando donde podría ir primero, por donde comenzar y que haría con mis necesidades humanas, como podría saciar el hambre y la sed si no tenía dinero, es más no tenía un empleo, como podría pagar algo, una habitación en donde pasar la noche, tantas cosas que no había pensado antes llegaban a mí mente, no podría presentarme ante Hermione escuálido, sucio y sin futuro, no me creería nada, es más tal vez ni se quiera acercar a mi.
— Oye estas bien — la mano de Neville me hizo reaccionar
— Es solo que no sé a dónde debo ir, no tengo empleo y al parecer tampoco tengo dinero con el cual rentar un cuarto para pasar la noche.
— Si quieres puedes quedarte en mi casa, es decir no es muy grande pero nos podemos acomodar, además casi no estoy ahí me la vivo en el hospital así que tendrás privacidad y tiempo.
— Es un gran gesto de tu parte pero ni siquiera me conoces como es que confías en mí.
— No lo sé solo es algo que presiento, se ve que eres buena persona y confió por qué suelo ser así, no pienso en lo malo de la gente.
— No te defraudaré — estreche su mano — prometo que buscaré un empleo y ayudaré con los gastos, no daré molestias.

Me condujo hasta su apartamento, era pequeño, con una sola habitación lo que me dejo el sofá de la estancia como mi cama pero estuve de acuerdo no podía ponerme exigente cuando yo no daba nada, Neville era amable y bastante profesional amaba salvar vidas, y pensar que yo me las llevaba.

El ángel de la muerte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora