22. Compromiso.

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Después de un par de horas en las que me vi rodeado de comentarios motivacionales por parte de Neville por fin logre que me diera espacio; todo eso, que me decía acerca de que la olvidaría y que había otras chicas aparte de ella me daban vueltas en el interior, sí era posible eso, había muchas chicas en el mundo, pero la cosa era que no quería a  otra,  quizás mi vida humana apenas había iniciado, pero yo sentía que ya había vivido demasiado y comenzaba a resignarme de alguna manera.

La invitación llegó al siguiente día, un hermoso sobre decorado, la letra más perfecta, todo estaba listo ya, no había más esperanza, al menos no para mí.

No supe en donde fue a parar, pero estaba desesperado, enojado, depresivo y tal vez algo loco, tome la chaqueta de cuero y salí, el aire me dio en la cara, me sentí libre, camine hasta uno de esos bares en donde el futuro esposo del amor de mi vid...

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No supe en donde fue a parar, pero estaba desesperado, enojado, depresivo y tal vez algo loco, tome la chaqueta de cuero y salí, el aire me dio en la cara, me sentí libre, camine hasta uno de esos bares en donde el futuro esposo del amor de mi vida solía pasar tiempo, busque en cada mesa, pero no lo encontré, salí de nuevo y seguí en el siguiente, encontraría a ese tipo a como diera lugar, pero la decepción llegó cuando en el último no lo encontré, seguramente debe estar en algún hotel con alguna de sus chicas, pensé mientras seguía sin detenerme, recordé el nombre del hotel y lo busque, mi sospecha era cierta, los guardaespaldas se encontraban en el auto negro, ese que llamaba tanto la atención, intentando no ser visto entre, no podía ir a la recepción y preguntar por el, quizá use un seudónimo, así que decidí buscar por mi cuenta. Una de las mucamas me miro, fue cuando aproveche para pedir información, usando la forma seductora de Ginny me acerqué a ella, era simpática aunque algo torpe.

Pregunte por el hombre, un atractivo rubio de ojos fríamente grises, por suerte lo había visto, diciendo que un hombre así no pasa desapercibido me contó que subió a su habitación, la habitual, claro era cliente frecuente, tome el ascensor no sin antes pedirle su número de celular solo para guardar las apariencias y seguí, me quedé frío frente a la puerta, era mi oportunidad de enfrentarlo, después de eso no podría por qué ya sería su esposo, pero ahora no, así que era mi momento.

Llame a la puerta, nadie atendió, golpee con más fuerza, sabía que se encontraba dentro, escuchaba las risas en el interior.
El rubio abrió la puerta, como yo lo hacía sin preguntar antes, me miro sorprendido, yo lo retaba con la mirada esperando dijera algo.

— Potter — fue lo único que pudo articular.
— Se quién eres Malfoy y no dejare que la sigas lastimando — di un paso hacia él, me sentía más fuerte, capaz de hacer algo que no me hubiera atrevido antes — con esto solamente me demuestras que no la amas como dices y que solo la estás engañando, no dejaré que arruine su vida contigo.

Draco empezó a reír con fuerza, se estaba burlando de mí, con furia levante el puño y le golpeé el rostro, dio un tras pie hacia atrás, se llevó la mano al rostro, el labio comenzó a sangrarle, pero no me arrepentía, era un hombre ahora y podía hacerlo, por qué Hermione se merecía algo mejor que la basura con la que estaba dispuesta a casarse; lo vi abalanzarse sobre mi, intente no cerrar los ojos, esquivaba sus golpes, sin duda este niño bonito jamás tuvo la necesidad de defenderse solo, todo debieron hacerlo por él, pues no acertaba en mi rostro y con facilidad pude librarme de él.

— Lárgate ahora mismo sino quieres morir — me gritó a mitad del pasillo, los curiosos se asomaban por sus puertas — y de una vez olvídate de Hermione, ella no es para ti, es mía te guste o no y lo será para siempre, por qué yo siempre gano y ella es mi trofeo.

Cerró la puerta en mi cara, antes de poder responderle, la gente de seguridad del hotel me tomo de los brazos para sacarme, no me resistí, sabía que me había equivocado al hacerlo en público, pero sonreí al recordad el perfecto rostro del rubio, totalmente enrojecido y sangrando, me disculpe y como al parecer no tenía ningún cargo pude salir del lugar caminando. La noche estaba por terminar, pero no me sentía cansado, camine de vuelta al apartamento, sabía que no caminaba solo.

— Se te pasó la mano, pero yo también lo hubiera hecho.
— No Ron, me equivoqué, solo traerá problemas mi mal comportamiento — respondí sin dejar de caminar.
— Al parecer ya estás resignado a perderla, no sé qué decirte, haya arriba todos hablan de ti, eres noticia Harry, algunos creen que tomaste una mala decisión, pero otros creemos que eres muy valiente, yo no sé si podría enfrentar todo lo que te ha pasado.
— Es difícil, pero es increíble también... Supongo que no se puede tener todo en esta vida, me tocó perder aunque lo que más me molesta es que sea con él, si tan solo pudiera hacerle ver que no es bueno, ya no me importa si no es conmigo, lo que me importa es que no sea con él, no es bueno, pero si le digo las cosas de nuevo, si me cree un loco por qué la verdad eh estado actuando como tal, no sé, ya no puedo pensar de forma correcta.
— Oye y la pelirroja, la chica que le dijo la verdad, crees que quiera ayudarte.
— Ginny, no lo sé, al parecer se siente muy cómoda ahora que Hermione olvidó todo lo que le había dicho, es igual a Malfoy, los dos la tratan tan diferente, pero nadie le dice las cosas como son realmente.
— Entonces qué harás...
— Ya no sé Ron, no sé...

El ángel de la muerte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora