8. Dos semanas.

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Fue una noche larga, no tenía sueño, quien lo tendría después de dormir dieciocho horas, por un momento quise poder desaparecer y poder ir a buscarla, con la facilidad de las alas, ahora creía que tal vez mi plan no había sido tan bueno, no sabía cómo encontrarla, otra vez en cero al menos me habían dado el empleo en el hospital unas cuantas horas en la cafetería y otras más en las que me ofrecí como voluntario para entretener a los niños, me habían robado el corazón, bueno una parte de él, la otra aún le pertenecía a Hermione.

Neville resultó ser aún mejor persona de lo que pude imaginar, pidió un adelanto de mi sueldo, al parecer era uno de los mejores cirujanos por esa razón tenía la confianza de todos tanto administrativos como de los pacientes, enfermeras y familiares. Con mi dinero compre un poco de ropa y algunas otras cosas como crema de afeitar ya que el vello en mi rostro seguía apareciendo y aunque el tiempo se me venía en cima aún no podía formular una estrategia para encontrar de nuevo a mi hermosa chica. Después de tres días de darle vueltas en la cabeza por fin  llego la solución o bueno un plan desesperado.

El diario que generalmente se quedaba sobre la mesa sin que nadie lo leyera llamo mi atención, la parte de sociales en donde se anunciaba una fiesta de compromiso, con letras muy marcadas resaltaba el nombre del tipo que la engañaba.

" La cena de compromiso del empresario millonario y soltero cotizado Draco de la dinastía Malfoy, se llevaría acabo esta misma noche, la joven afortunada, la diseñadora Hermione Granger se encuentra más entusiasmada diseñando su vestido de novia y llevando a cabo los preparativos de la ya muy próxima boda. "

Cerré el periódico molesto, pero después de dos segundos lo volví a tomar, no permitiría que se siguiera saliendo con la suya, ese tipo que sonreía mientras la tenía entre sus brazos no la merecía.

— Es mi amiga — me sobresaltó la voz de Neville a mis espaldas — vendrás conmigo esta noche no.
— Qué, a dónde, con ella, es decir a la cena de compromiso.
— Sí ya sé que no la conoces pero créeme que es la chica más encantadora — titubeo un momento — bueno después de Luna.
Sentí un golpe en la nuca al escuchar el nombre de Luna.
— Conociste a Luna.
Neville me miró sorprendido y caí en la cuenta de que mi pregunta estaba fuera de contexto, si no recordaba nada o al menos eso se suponía como era que sabía sobre Luna, intente parecer distraído.
— Tu la conociste. — se sentó interesado frente a mí. — mi Luna.
— No, es decir es muy poco probable que sea la misma — sonreí un poco — sería difícil
— O no tanto Luna era una chica maravillosa, le gustaba conocer gente, a donde iba ella hacía amigos, aunque el día de su funeral muy poco asistieron — se entristeció — ella murió en un accidente — sus ojos se volvieron cristalinos — yo debí haber ido con ella, pero...debí ser yo.
— Neville hay cosas que no podemos controlar, ella debe estar tranquila en donde quiera que este.
— Si debe estar alegrándole la existencia a los demás espíritus — soltó una ligera risilla — pero volviendo a lo de esta noche, vendrás conmigo.
— Pero y si no me quieren ahí, es decir mira la cara de ese tipo parece que no es muy amistoso.
— En eso no te equivocas, aún no sé que fue lo que vio Hermione en él, pero ella es mi amiga y la quiero mucho solo quiero que sea feliz y si es con él...

Era mi oportunidad de acercarme de nuevo a mi chica, aunque fuera un segundo, debía tratar de detenerla, decirle que no le convenía, que ella era y se merecía algo mejor, algo que aunque quisiera yo no podría darle.

De mis mejores ropas elegí una de ellas, la camisa blanca y el pantalón que me ajustaba a la perfección, el reflejo en el espejo me regalaba una imagen de confianza aunque muy en el fondo moría de miedo.

— Oye parece que fueras tú el del compromiso — escuche la voz aunque no vi ninguna presencia  en el espejo.
— Ron? Eres tú ? — busque con la mirada
— Quien más podría ser.
Delante de mí, mi viejo amigo pelirrojo apareció.  — Pero cómo es posible que estés aquí.
— Vaya que falta de fe me tienes. — bromeó mientras se paseaba por la habitación observándolo todo a detenimiento. — que se siente, ya sabes, respirar y eso, que se siente vivir como hombre.
— Es difícil, sabes todas las emociones, son confusas y se juntan no es como cuando se tiene las alas no experimentas solo paz, al contrario todo parece que te vuelve loco sobre todo cuando la veo.
— Es amor...
— No lo sé aún, es como un vacío en el estomago, como las aves cuando los vemos en pleno vuelo, agitan las alas con fuerza, creo que es así.
— No me gustaría sentir amor si se siente como pájaros en el estomago — sonrió — prefiero seguir en el paraíso. Por cierto, el señor, tiene un mensaje Harry, no creo que te guste es decir, me pidió que te dijera que tienes un par de semanas más, de no volver en ese tiempo perderás tus alas y también el tiempo en la tierra.

No esperaba la noticia, no aún, pues no había hecho nada y el tiempo se me acababa, no podía permitir que se acabara sin haber actuado, estaba decidido, sin importar que creyera que era un loco la detendría por qué esa era mi finalidad tenía una semana para entregarle una sola prueba de que no sería feliz a lado de Draco y entonces volvería a mi hogar, tranquilo.

— Dile que volveré y dile a Luna que Neville está bien y la hecha de menos.

Ron desapareció, tome entonces mis cosas y salí con Neville a la fiesta de Hermione estaba listo, tendría el valor para detenerla a tiempo.

El ángel de la muerte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora