✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐀𝐑𝐄𝐖𝐄𝐋𝐋, teen wolf¹

08| He deserved it

08| Se lo merecía

Los pasillos del colegio se encontraban completamente desiertos. Nadie salía o entraba a los salones, lo que le daba un toque tenebroso al lugar. Había salido del baño varios minutos atrás y me encontraba intentando ubicar a mis amigos pero, a pesar de que había buscado por todos lados, no había nadie conocido a mi al rededor. En realidad, no había nade a mi alrededor. Casi podía escuchar los latidos de mi corazón de lo silencioso que estaba. 

Me sentía sola, parecía como si de un minuto a otro la tierra se hubiera tragado a todos los alumnos del instituto.

Había buscado a Scott y a Stiles por todos lados, incluso en los lugares más remotos del colegio, pero ninguno de los dos se había dignado en aparecer. Por si fuera poco, estaba perdida y la presión en el pecho que se había formado después de terminar la conversación con Lydia, no se iba. Mi pecho aún seguía encogido por las duras palabras dirigidas hacia, se podría decir, mi "protegida".

Seguí caminando por varios minutos hasta que logre divisar, a lo lejos, una gran puerta. De ella provenían murmullos que con cada paso que yo daba iban aumentando.

Perseguí esos sonidos hasta encontrarme con una gran cancha de Lacrosse, el deporte oficial de Beacon Hills. Toda la gente que no se encontraba dentro de la instalación, estaba aquí afuera observando a un grupo de adolescentes correr tras una pequeña pelota blanca.

Caminé hasta cierto punto en el que me encontraba a solo centímetros de la cancha y observé el panorama tratando encontrar caras conocidas, pero lo único que podía ver era gente extraña. Hasta que fijé mi mirada en el campo, en donde Stiles se encontraba corriendo con una expresión de cansancio (y debía admitir que era muy graciosa ante mis ojos) en su rostro. Cuando llegó hasta donde se encontraba el entrenador, colocó ambas manos en sus rodillas tratando de recobrar el aliento. No pudo más así que procuró acostarse en el suelo, sin embargo, Scott se lo impidió sosteniéndolo por la cintura con fuerza. Compartieron algunas palabras y ambos se dirigieron a otro lugar para que Stiles pudiera vomitar tranquilo.

Scott observó todo el lugar clavando su vista en mí y le sonreí, lo que provocó que Scott me señalara una parte de las gradas, claramente mostrándome que allí se encontraban Kira y Malia. Asentí en su dirección y subí ambos pulgares dándoles a ambos mi apoyo.

Me dirigí a paso apresurado hacia las gradas, sentándome al lado de Kira.

—Hola, chicas —ambas sonrieron hacia mí para después volver a sus quehaceres. 

Malia retomó su tarea, de quien sabe que asigbatura, y Kira centró su mirada en el campo de juego, pero claramente no estaba concentrada en los chicos jugando Lacrosse sino que se notaba que estaba perdida en sus pensamientos.

Inesperadamente, Malia levantó su mirada.

—¿Que pasa contigo, Kira? ¿O acaso eres tú, Maya, la que huele a ansiedad? —preguntó un poco desconcertada.

Negué hacia ella y ambas miramos a Kira.

—De acuerdo, soy yo.

—¿Que pasa, Kira? —preguntamos Malia y yo a la vez.

La miré despectivamente, desaprobando el haber coincidido con nuestras palabras. No me iba a cansar de decirlo, pero no me gustaba esa chica. 

—Scott y yo teníamos algo —no supe porqué, pero lo que Kira acababa de decir me desilusionó un poco. No creí que Scott y Kira fueran... ustedes saben... pareja—, pero no era algo en realidad —siguió Kira. Sé que lo que voy a decir a continuación me hará quedar como una completa zorra, sin embargo, me alivió escuchar eso—. Y estoy empezando a pensar que nunca fue nada en absoluto.