29| Grown

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29| Adulto


—Hola. —sonrió un hombre bastante apuesto de ojos azules. 

Sostuve el arma entre mis manos con más fuerza y le apunté el cañón del arma a la cara. No lograba reconocerlo pero si tenía el presentimiento de que lo había conocido antes. 

El hombre presuntamente desconocido solo alzó ambas manos al aire demostrando inocencia. Aún así, sostuve el agarre de la pistola colocando mi dedo en el gatillo y desactivando el seguro de la misma, por si al hombre de ojos azules se le ocurría hacer algún movimiento brusco. 

—Tranquila, niña. No te lastimaré a menos que me obligues a hacerlo. —habló dando unos pasos hacia delante. 

Mi expresión era seria y no tenía intenciones de cambiarla, este hombre no me daba buena espina.

—No des un paso más, perro. —respondí.

—¡Ey! —se quejó irónicamente. —Seré un hombre lobo pero aún así me molesta que me llamen así. —contestó aún con aquella sonrisa plantada en su rostro. Lo único que pude hacer fue encogerme de hombros restándole importancia al asunto. —Mi nombre es Peter, soy el tío de Derek. —se explicó, dando pasos hacia adelante hasta quedar a centímetros de mí.

Con que de ahí lo conocía, él había estado en la Bóveda de los Hale y había "salvado mi vida".

En cuanto aquel hombre pronunció el nombre de Derek, me vi forzada a bajar el arma. 

Aunque me costara admitirlo, Peter era parte de su familia, y sabía que nunca me perdonaría el hecho de haber lastimado a su propio tío. Por más que su arrogancia me provocara nauseas. Derek era mi amigo, no quería perder su amistad por algo como aquello. Había perdido a Stiles, no soportaría saber que Derek se había distanciado de mí por culpa mía y por algo que pude haber evitado.

—A juzgar por tu rostro, que por cierto me resulta conocido, a juzgar por la forma en la que empuñas ese arma y por tu mal humor. —comenzó a hablar. —Tú debes ser, Maya. La hermanita pequeña de Stiles, el debilucho.

Mientras escuchaba las estúpidas palabras de aquel hombre, iba guardando mi arma en la parte trasera de mis jeans. 

—Mi hermano no es debilucho... —contesté ofendida. —Sólo que sus músculos no son del todo... sociables.

—Finjamos que te creo, Maya. —frunció el ceño divertido. —¿Qué estás haciendo aquí? Es mi departamento después de todo. —preguntó sentándose en el sofá, agarrando una revista de la mesa que se encontraba en el centro del living y colocando sus pies sobre ella. 

Con aquellos movimientos y las palabras que me había dirigido segundos atrás, podía definir su personalidad pues era todo lo que necesitaba para fichar a los hombres con los que no debería involucrarme. 

Era una lástima que no hubiera tenido este don cuando conocí a Garrett.

Peter era un hombre arrogante, completamente seguro de sí mismo, sociopata de primera. Una persona que vivía para hacerle la vida imposible a los demás pero que no podía soportar que las personas le devolvieran el favor. Analizándolo un poco más a fondo, se podría decir que era hasta un tanto mujeriego. 

Lo observé alzar una ceja y lamerse los labios al observar a una mujer en bikini en la revista que estaba leyendo.

Definitivamente, ese tipo de personalidad le quedaba a la perfección. 

—Sólo vine aquí a ver a Derek, Pete. ¿Puedo decirte Pete? —pregunté cruzándome de brazos y mirándolo con una ceja arriba. 

—Por supuesto que no. 

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐀𝐑𝐄𝐖𝐄𝐋𝐋, teen wolf¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora