✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐀𝐑𝐄𝐖𝐄𝐋𝐋, teen wolf¹

36| Lydia' s Secret Part 1

36| El secreto de Lydia. Parte 1

Me desperté por la molesta luz que el Sol me brindaba. 

La noche anterior me había olvidado de bajar las persianas para que este tipo de problema no formara parte de mi día, y por lo tanto, debía afrontar las consecuencias que mi olvidadiza cabeza había provocado. Miré el reloj el cual marcaba las seis de la mañana, me había levantado una hora más temprano de lo usual, dado que siempre me levantaba a las siete para ir al colegio, mas éste tiempo extra me ayudaría a sacar a Liam de mi habitación sin que ningún miembro de la familia Stilinski lo viera.

De lo contrario, estaría en graves problemas.

La mano de Liam rodeaba mi cintura, por lo que no me pude resistir y sonreí como una colegiala, que de hecho era porque aún me faltaban dos años para terminar la secundaria. 

Giré sobre mi eje y observé a Liam dormir plácidamente; su pecho subía y bajaba de una forma calmada lo que provocaba que los latidos de su corazón y el mío se sincronizaran. Después de observarlo por varios minutos, y por lo tanto de haber cedido ante mis cualidades de acosadora, el abrió los ojos para sonreírme provocando que lo besara de nuevo. 

El me correspondió al instante y cuando el beso había concluido, volvimos a sonreírnos.

—Creo que debería irme. Si mamá despierta y no estoy en la cama, de seguro me castigará por un año. —sentenció, amenazando con dejar la cama. —Meses si no le cuento que estuve aquí. —rió.

—Estaba pensando justamente eso mismo. —y volví a besarle, logrando que Liam volviera a acostarse junto a mí.

—Ahora que lo pienso, podría quedarme unos minutos más. 

Bajé las escaleras con una radiante sonrisa pues Liam se había marchado minutos atrás por la ventana; de la misma manera por la cual había entrado a mi habitación. 

Estaba más contenta de lo usual, aún podía escuchar los alborotados latidos de mi corazón. Estaba más que segura, Liam me gustaba demasiado.

—¿Por qué tan contenta? —preguntó papá colocando mi desayuno frente a mí, una vez que ya me encontraba sentada en la mesa.

—No lo sé. —respondí manteniendo mi sonrisa. —Presiento que hoy será un gran día.

—Eso espero, Maya. —Stiles apareció por la puerta colocándose la mochila en su hombro, con su peculiar caminata se dirigió hacia mí y plantó un beso sobre mi mejilla. —Porque debes ir al partido de esta noche, soy titular. —sonrió orgulloso agarrando una manzana de la canasta de frutas y dándole un mordisco.

—Allí estaré hermanito. —respondí metiendo un pedazo de tocino a mi boca y señalándolo con el tenedor. —¿No desayunas?

—Tengo una manzana.

—Me refiero a... algo más nutritivo.

—No hay nada más nutritivo que una manzana, Maya. Deberías seguirme el ejemplo, el tocino es demasiado pesado como para comenzar la mañana de esa forma. —respondió.

Me limité a mantener mi mirada seria sobre su rostro, mientras metía otro pedazo de tocino a mi boca y al comenzar a masticarlo, hacía una mueca de placer.