10| Nightmares

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10| Pesadillas

Desperté acostada en un árbol gigantesco.

La niebla abarcaba gran parte del suelo lo que no me permitía observar todo con claridad. En mi regazo reposaba un arco y una flecha, era de noche y la Luna estaba en su punto más alto. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal al darme cuenta de que era una noche de Luna Llena. Me levanté cuidadosamente del tronco del árbol el cual se encontraba cortado a la mitad, unos metros arriba de las raíces.

El Nemeton, me había quedado dormida sobre el Nemeton.

Camine unos pasos tratando de encontrar el rumbo a casa, pero no sabía donde me encontraba. Es decir, había escuchado a mi tía Anna hablar sobre él con varias personas ajenas a nuestra familia, pero nunca lo había visto en persona.

Estaba a unos pocos pasos del Nemeton, cuando varias voces comenzaron a llamarme provocando mi confusión. Las voces se oían lejanas y no fue después de varios segundos que me di cuanta de que era solo una voz, una voz de mujer.

Volteé varias veces para poder descifrar de donde provenía.

—¡Maya! ¡Ayúdame! —una mujer gritó. 

Me di media vuelta para encontrarme a Lydia parada en medio del Nemeton entre las manos de Scott. Mi mejor amigo tenía a Lydia por el cuello con su mano derecha; sus ojos eran de un color rojo intenso que me demostraba que estaba transformado en hombre lobo, una sonrisa para nada amistosa decoraba su rostro.

Sujeté el arco fuertemente y apunté con mi flecha hacia la cabeza de Scott. No quería matarlo, pero mi cuerpo tenía otros planes con respecto a él. Parecía no tener poder sobre mis articulaciones, por lo que no controlaba mis acciones.

—Mátame. Hazlo y no volverás a ver la luz del sol. Voy a degollar a Lydia y las arrastraré a ambas con mis propias manos hacia el Infierno —dijo, su voz se escuchaba distorsionada, como si estuviera completamente poseído por el lobo en su interior.

—No, no lo hagas Scott, por favor —supliqué con la voz entre cortada, puesto que las lágrimas amenazaban con escaparse de mis ojos—. Eres mi mejor amigo, Scott, ¿por qué me matarías? —mi pulso temblaba y no podía apuntar bien con el arco.

En verdad no quería lastimarlo y mi mente batallaba entre hacer lo correcto o asesinar a mi amigo de toda la vida.

—Dejé de pensar que eras mi amiga cuando decidiste matarla —respondió oprimiendo sus labios en una fina línea, mientras ajustaba su agarre al cuello de Lydia—. No puedo creer que hayas hecho semejante cosa. Sabías cuan importante Allison era para mí y aún así decidiste matarla por un simple capricho. Es hora de tomar venganza por tus actos, Maya —una sonrisa siniestra decoró su rostro—. Mataré a Lydia, destruyéndote por completo —la presión en la garganta de la muchacha pareció incrementarse, pues Lydia abrió la boca soltando un quejido de dolor—. Como tú lo hiciste conmigo.

Al cabo de unos segundos, mi protegida gritó, un grito de Banshee. Nunca había oído un lamento tan fuerte como había sido éste. Era tan ensordecedor que me había roto los tímpanos y había provocado que brotara sangre de mis oídos.

Traté de detener a Scott, pero ya era demasiado tarde. Sus garras se habían hundido en la garganta de Lydia y las había movido hacia un costado, desgarrando la garganta de mi protegida.

Mi respiración se cortó, me faltaba el aire y sentía como la sangre se escapaba por mi boca cerrando mi garganta por completo. Caí al suelo de espaldas con la boca abierta de par en par y mis extremidades comenzaron a temblar como nunca antes lo habían hecho. Podía sentir la sangre al rededor de mi boca y cuerpo, lo que provocó que comenzara a luchar por obtener oxigeno.

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐀𝐑𝐄𝐖𝐄𝐋𝐋, teen wolf¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora