✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐀𝐑𝐄𝐖𝐄𝐋𝐋, teen wolf¹

25| Anger

25|  Ira

Hoy era lunes por la tarde y yo me encontraba en la estación de policía de Beacon Hills para hablar con mi padre. También estaban Lydia y Stiles esperando junto a mí, debíamos hablar con él ya que mi protegida había conseguido información sobre su abuela Lorraine quien podría ser la que estaba ayudando al Benefactor, el mismo día que Scott fingió su muerte y el mismo día en el que Liam me había besado.

El beta y yo no habíamos hablado sobre ello desde el día que ocurrió, a penas cruzamos algunas palabras desde ese día. Sólo seguíamos con nuestras vidas como si nada hubiera pasado. Eso me molestaba un poco porque yo creí que algo entre nosotros podría llegar a suceder pero al parecer estaba equivocada.

Mi padre salió de su oficina y nos vio a los chicos y a mí sentados en la banca esperando por él, fue en ese entonces, cuando Haigh apareció acaparando toda mi atención. Yo era una chica bastante rencorosa, por eso cuando lo vi allí vivito y coleando me dieron ganas de romperle la nariz. 

Y lo hubiera hecho, si no fuera porque mi hermano me detuvo.

Tanto Scott como Stiles determinaron no decir nada con respecto a lo sucedido con el ayudante de Sheriff, y yo apoyaba su decisión pues simplemente quería mantener aquel problema entre los miembros de la manada y no contárselo a mi padre. De otra forma, él enloquecería y su perfil de buen alguacil se irían por la cañería. Él había trabajo demasiado duro para conseguir aquel puesto y yo no quería ser la causante de su despido, incluso sabiendo que el hombre que quiso ser mi asesino trabajaba para él.

Stiles, Lydia y yo entramos a la oficina de mi padre seguidos de él. Me senté en una de las sillas mientras que la Banshee, mi hermano y mi padre se quedaron parados. 

Mi pistola se incrustó en mi espalda provocando un gruñido de mi parte pero nadie se molestó en preguntar que me había pasado, así que me sentía bien. Estaba comenzando a pensar que traer un arma en un "nido" de policías había sido una idea muy idiota, tal vez estaba pasando mucho tiempo con Stiles y Scott puesto que la idiotez se me estaba pegando. Necesitaba amigos de mi edad y normales, Mason parecía ser ese tipo de persona. 

Lastimosamente, era el único amigo de Liam y como las cosas entre nosotros dos estaban un poco tensas por aquel beso que no se volvió a repetir, Mason sería el causante de que nuestros caminos se volvieran a cruzar.

—Tu abuela, Lorraine Martin, ¿fingió su muerte? —habló mi padre, provocando que me enfocara en ellos y no en mis pensamientos.

—Definitivamente. —respondí, ganándome una mirada reprobatoria por parte de la Banshee.

—Tal vez. —me corrigió.

—Mas que probable, sí. —siguió Stiles.

—Asumo que tienen una historia para respaldar esto.

—Ella podría estar ayudando al Benefactor. —respondí por Lydia.

—O es El Benefactor. —continuó mi hermano.

—Suena como una historia digna de escuchar. —dijo mi padre cambiando completamente su semblante y cerrando la puerta de la oficina. 

Sonreí. Su rostro era todo un poema.

Los chicos y mi padre comenzaron a hablar mientras que yo no decía nada, más bien, no quería decir nada. Sólo me quedé sentada allí hasta que mi padre salió de su conversación con los chicos para abrir la puerta y preguntar por Parrish. Haigh fue el único que pudo responder diciendo "no" de una forma bastante extraña y causando que sospechara de él. Así que le dije a mi padre que saldría unos minutos a tomar aire.

Una vez fuera, me acerqué al oficial Haigh sólo para charlar un poco.

Estaba actuando sospechosamente, otra vez, y con lo que había sucedido un mes atrás, ya no podía confiar en él pues sabía que se traía algo entre manos. Si había hecho algo o si estaba a punto de hacerlo, ya nadie podría pararme. El rostro de Haigh quedaría desfigurado de lo duro que le iba a dar con mi puño y con todo objeto que se me cruzara.

—¿Otra vez jugando con fuego, Haigh? —el susodicho lo único que hizo fue levantar la mirada de su computadora sólo para observarme de arriba a bajo con nerviosismo en sus ojos.

—Yo no juego con fuego, niña. —respondió, su voz temblaba así que mis sospechas estaban en lo cierto. 

O eso parecía.

—No me mientas, Haigh. —respondí. Me acerqué a él con una expresión seria, su nerviosismo aumentó de un segundo a otro haciéndose más notorio. —Si hubiera sido por mí esa vez que trataste de matarme, yo te hubiera asesinado con mis propias manos, no me hagas desearlo de nuevo. —apoyé mis manos sobre su escritorio, poniendo todo mi peso sobre ellas y acercando mi rostro al suyo. —¿Dónde está Parrish, insecto?

Entrecerré mis ojos, observando su cara con suma atención, intentaba encontrar alguna pista sobre el paradero del ayudante de Sheriff.

—No sé de que estas hablando... —las palabras de Haigh quedaron en el aire cuando Parrish hizo aparición. 

Lo que llamó mi atención fue que Jordan estaba sucio de la cabeza a los pies y parecía como si se hubiera quemado algunas partes del cuerpo. Sin dudarlo, me acerqué a él para hablarle pero me lanzó por los aires provocando que cayera al suelo bruscamente y me quebrara el brazo derecho. Parrish parecía que estaba completamente enojado y fuera de sus casillas, como si estuviera poseído.

Ambos hombres comenzaron a forcejear y un par de disparos se pudieron escuchar en toda la estación de policía, mi padre salió de su oficina preocupado y con su arma en alto. Gritó sin acercarse a los dos policías justo unos segundos antes de que una bala perdida se incrustara en su hombro.

—¡Papá! —grité con todas mis fuerzas aún tirada en el suelo, como pude me acomodé el hueso de mi brazo. 

Tardaría media o una hora en sanar completamente pero ese no era mi mayor problema sino que una bala estaba incrustada en el hombro de mi padre. Corrí hacia el y lo sostuve en mis brazos, mi hermano lo sostenía de su brazo derecho mientras observaba como Parrish le partía la cara a Haigh. Tal vez hasta lo estaba matando a golpes.

Aunque debía admitir que mucho no me importaba, lo único que se había adueñado de mis pensamientos era el llevar a mi padre a un hospital urgentemente ya que yo no estaba dispuesta a extirparle la bala de su hombro.

Capítulo editado el día 28 de Marzo del 2018