07| Get Away

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07| Aléjate


—¡Buenos días! —exclamé mientras bajaba las escaleras y me dirigía hacia la cocina con una sonrisa en el rostro.

—¿Que tienen de buenos? Es miércoles y falta para el fin de semana —Stiles comió de sus cereales mientras Scott lavaba su tazón ya usado. 

Pude presenciar en el rostro de mi hermano que no había podido dormir muy bien anoche puesto que grandes y negras ojeras se encontraban debajo de sus bonitos ojos marrones, mientras que el rostro de Scott demostraba todo lo contrario. 

En verdad eran polos opuestos.

—Buenos días, Maya —respondió Scott con una sonrisa en su rostro, le correspondí de la misma manera.

—¿Papá ya se fue trabajar? 

—Hace dos horas —hice una mueca con mis labios mostrando mi desacuerdo ante las palabras de Stiles. Odiaba que mi padre trabajara desde muy temprano hasta muy tarde, era algo sumamente agobiante. Podía ir a visitarlo a la estación pero aun así, el privilegio de tenerlo sentado en el sofá charlando junto a mí no se me podría conceder, al menos, hasta que se jubilara.

Mi humor cambió drásticamente.

—Hermanita, ¿que harás hoy? —preguntó Stiles mientras se colocaba la mochila detrás de su espalda.

—Si no te molesta, iré contigo a la escuela. Debo inscribirme y, de paso, conocer las instalaciones del establecimiento para no perderme —fingí una sonrisa y acomodé mi blazer blanco. Stiles asintió a mis palabras y agarró las llaves de su Jeep—. Sólo espérame un segundo, iré por mi cartera.

—De acuerdo, si no bajas en dos minutos... Me veré obligado a irme sin ti —levantó sus dos cejas a la misma vez que su dedo índice me señalaba acusadoramente. Una risita se resbaló de entre mis labios, Scott hizo lo mismo.

—Ya regreso.

No esperé ni un segundo más y me dirigí escaleras arriba, pude escuchar a Stiles contando los segundos que tardaba en subir las escaleras. Que odioso era, aunque admitía que el ser odioso era una de sus mejores cualidades.

Entré a mi habitación y sonreí al ver el póster de Hello Kitty pegado en la pared, definitivamente debía cambiar el aspecto de mi habitación. Ya tenía quince años, no podía seguir decorando mi habitación con pósters de un personaje ficticio para niñas. 

Había madurado bastante desde aquel suceso en el Hospital y ya era hora de demostrarlo con el aspecto de mi habitación; además debía comenzar a buscar formas de almacenar cosas sin ocupar mucho espacio porque a medida que iba creciendo y conociendo chicas de mi edad, mi gusto para la ropa había evolucionado paulatinamente. Lo que provocó que mi armario creciera.

Ya no me vestía con lo primero que encontraba, ahora pasaba horas y horas frente al espejo intentando hacer un outfit perfecto antes de salir de mi casa, pues me gustaba estar bien vestida para cualquier ocasión. 

Abrí una de las maletas mas pequeñas y saqué una cartera marrón muy delicada que combinaba con mi atuendo, guardé una G18* en él y caminé hacia la puerta. Debía estar preparada para cualquier situación, si tenía que cuidar a Lydia para que nada ni nadie le hiciera daño, era mejor estar dispuesta a todo. Las balas de esta arma estaban llenas de acónito, sabía que Scott podría salir herido pero cuidar a Lydia abarcaba todo lo asociado a cualquier ser sobrenatural. Incluso de mis amigos.

Pasé por delante del espejo y me petrifiqué frente a él como Hermione en Harry Potter y la Cámara de los Secretos (nótese mi fanatismo por la saga), observando mi vestimenta del día de hoy.

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐀𝐑𝐄𝐖𝐄𝐋𝐋, teen wolf¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora