✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐀𝐑𝐄𝐖𝐄𝐋𝐋, teen wolf¹

09| Family Promises

09| Promesas familiares

Stiles y yo volvimos a casa temprano luego de esa pequeña charla con Scott sobre ese niño con el tobillo roto. 

Mi hermano abrió la puerta de entrada dejándome pasar primero. Supongo que luego de la última vez que él me cerró la puerta en la cara, casi lastimando mi nariz, había aprendido que debía dejarme pasar primero. 

Caminé hacia las escaleras dispuesta a ir a mi cuarto, hasta que mi padre apareció en mi campo de visión interrumpiendo mi trayecto hacia mi habitación. Me dirigí hacia él para darle un beso en la mejilla y sonreírle.

Sin embargo, sabía que debía contarle algunas cosas sobre mamá.

—Debemos hablar —hablé, mirándolo con semblante serio a lo que él me observó de la misma manera.

Debía explicarle las cosas que le había aclarado a los chicos la otra noche, pues ahora sabía que él era consciente del mundo sobrenatural y no podía seguir ocultándole cosas. Mucho menos si mamá estaba metida en todo ello.

Tuve una larga charla con mi padre, varias veces se había levantado del sillón para caminar a mi alrededor agarrándose la cabeza y recapitulando todo lo que le había mencionado. Hubieron algunas lágrimas por parte de ambos ya que el tema de mamá se había planteado varias veces.

—Entonces... Tú eres una Ahereen. Ellas protegen a sus Banshees quienes no son inmortales como lo son ustedes —a cada palabra que él decía, yo asentía dándole la razón.

—Somos inmortales en cuanto a la edad y los años sin envejecer pero si podemos llegar a morir si alguien nos lastima de gravedad.

Se levantó de su asiento frunciendo el ceño.

—Me perdí casi toda tu infancia... ¿por esto? Tu primer día en la secundaria, tu primer entrenamiento de fútbol, tu último diente caído, tu cumpleaños número quince, ¿por esto? ¿Por tu condición de Ahereen? —decía él, claramente molesto. Y lo comprendía por completo, teniendo en cuenta que no nos vimos muy seguido los últimos cuatro años y lo peor que se le podía hacer a un padre era separarlo de sus hijos. 

—Sé que las cosas son un poco confusas ahora, pero te acostumbrarás. Lo sé —caminé a él lo suficientemente cerca como para ver que sus ojos se volvían poner de un color rojizo y las lágrimas luchaban por salir—. No llores de nuevo, papá —coloqué mis manos en sus mejillas, acunando su rostro en ellas. Cerró los ojos disfrutando de mi toque mientras colocaba su mano izquierda sobre mi brazo derecho y varias lágrimas se resbalaban por sus pómulos—. Te has perdido muchas cosas de mí y no te culpo por ello. Pero estarás conmigo el resto de mi vida, puedo jurarlo. Tendrás muchas otras cosas para ver y aprender sobre mí, sin contar, que Stiles estará conmigo en todo momento. Confía en mi, no nos pasará nada.

Sin esperar ninguna respuesta de su parte, lo abracé con todas mis fuerzas. 

Lo había extrañado tanto que no tenía palabras para expresar lo mucho que me hacía falta.

Nos quedamos así varios minutos. Stiles se encontraba arriba con Malia "estudiando", así que no nos molestarían en este momento.

—Pero... ¿qué tal si te pierdo? ¿Qué tal si Lydia muere y te lleva consigo? Eres la única mujer que me queda. La única mujer importante en mi vida. No quiero perderte, no de nuevo.

—Y no lo harás, papá —hice una pequeña pausa para respirar hondo y tragarme mis lágrimas—. Lo prometo.

[...]

La noche había caído sobre Beacon Hills hacía más de una hora. El resto del día me la había pasado con mi padre, él tenia la tarde libre así que me ayudó a reacomodar mi habitación removiendo todos esos posters de Hello Kitty de la pared. Ambos acordamos que pintaríamos las paredes de mi recamara para poder eliminar cualquier rastro del color rosa y cambiarlo por un tono turquesa puesto que ese era mi color favorito. Aunque aún no sabíamos cuando podría ser aquello porque primero necesitábamos tener el dinero para después llevar a cabo la remodelación.