Capítulo 4 "Remitente equivocado"

58 3 0
                                    

Como dije, estamos en los últimos días de terminar y éstas son las fechas en donde vienen los exámenes finales.

Hoy, era un examen final de Biología. Y todos están un poco nerviosos por las notas ya que, de ellas depende quien se lleva la materia o quien la pasa.

Por otro lado, yo estoy preocupada por Angie, no quiso hablar de casi nada. Hasta que toqué el tema de su cita con el médico, que por lo visto tampoco ayudó de mucho.

— ¿Por qué no quieres hablar de eso? Soy tu amiga, sabes que puedes confiar en mí. — Le cuestionó manteniendo mi mirada hacía ella, su cabello castaño claro se deslumbra por los rayos del sol que provienen de la ventana

— Es difícil — suspira profundamente y dirige su mirada hacía mí — Me... cuesta todavía asumirlo — me dice con la mirada vacía.

— Pero no entiendo, me habías dicho que te fue bien, ¿o no? — No quiero dar lugar a que mi mente comience a pensar cosas malas

— Bueno, sí... — en sus ojos comienza a recobrar un destello, que notablemente no era de felicidad — No fue como esperaba... pero, supongo que tampoco es tan malo — cerró sus ojos con un poco de fuerza y tomó aliento — Solo quiero un poco de tiempo para poder tranquilizarme y contartelo detalladamente — intenta sonreír y me conmueve, quiero que se sienta acompañada siempre.

— Si amiga, esta bien — le hago una mueca con la boca impacientemente — Sea lo que sea, voy a estar a tu lado — apoyo mi cabeza suavemente en su hombro, con la esperanza de aue no se sienta sola enfrentando su desconocida situación.

— Gracias. Ésta vez lo necesitaba — dice en voz tan baja, que apenas puedo oírla, y eso que se encuentra sentada a mi lado.

En estos momentos no sé que decir, normalmente mantengo el silencio y espero a que la otra persona se "descargue".

— Hey, puedo enviarle un mensaje con tu teléfono a mi hermana? Tengo que avisarle que llegué y el mío no tiene carga. — Me hace un gesto con sus finos labios en forma de súplica.

— Si claro, ten — saco mi teléfono de el bolsillo interno de mi mochila y se lo alcanzó a ella.

La profesora hace muecas de diferentes tipos, algunas son de desagrado, otras son de felicidad y otras de enojo.
No estudié realmente para el examen, pero me sabía la mayoría de las preguntas. Así que no estoy tan jodida, creo.
Aun que, en mi mente no paraba de repetirme "Qué me apruebe o muero, qué me apruebe o muero" y así por unos largos segundos, o quizás minutos... Hasta qué...

— ¡Guauuuu! — la voz de Angie me desconcertó y la mire enseguida

— ¿Qué? ¿Qué pasó? — la mire extrañada

— Creo que alguien está impaciente a que le respondas — me lanza una mirada pícara, a la cual me causa repugnancia y a la vez gracia.

— ¿Qué? Angie deja de decir tonter...— me aproxima el celular en la cara y me muestra la pantalla con dos mensajes nuevos y son del mismo número. Alejo el celular de mi vista y la miro con los ojos entrecerrados.

— Dime, ¿Quién te deja 2 mensajes sin que esté interesado en ti? — su mirada pícara aumenta cada vez más.

— Es un remitente equivocado, no te ilusiones. Y además de eso ¿No ibas a enviarle un mensaje a tu hermana?

— Oh, tienes razón. Síguele ocultando las cosas a tu amiga, eh. — acto seguido, desvía su rostro ofendiendose

— Ay dios, Angie no seas tonta. — revoleo los ojos dejándolos en blanco.

Qué Suerte La Mía. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora