— Te haré de todo, menos lastimarte.
Quede en completo silencio, no sabia que hacer o decir. Esas palabras me daban algo de miedo a decir verdad, no quería que esto pasará a otros niveles en los que yo no podría parar.
— Solo... — otra vez aparece el roce de su suave mano en mi rostro — Hazme saber que no estaré equivocado si me entrego a ti, como tú tendrás que hacerlo a mí.
Abrí mis ojos con asombro, jamás me habían dicho algo así, y no es que no he tenido novios, si no que nunca me han dicho eso... Pero me daba miedo eso de... "Entregarse" y estaba con muchas cosas en mi cabeza, no podía pensar con claridad todo.
— Demian, No quiero que esto se nos vaya de las manos, estoy muy nerviosa con mis problemas y... no tengo tiempo como para estás cosas ahora
Hubiese querido no sonar así o almenos no decírselo tan bruscamente. Pero ya era tarde
Con decirle estas palabras logré que él se alejara un poco, y me deje poner en mi cabeza en orden.
— Entiendo — dice secamente, poniendo su mirada hacía delante
— Yo no quise, no quiero, en realidad... — no podía concretar ni una oración sin sentir que arruine una de las pocas cosas buenas que podían pasarme, pero necesitaba tiempo y seguridad.
No iba a salir o empezar algo con alguien que no conocía bien. Además, no está en mis planes tener un novio ahora.
El ambiente estaba en silencio, Demian encendió el auto y decidió seguir el rumbo a donde íbamos anteriormente.Yo estaba callada, y aunque intente sacar algún tema de conversación, no iba a servir de nada.
— ¿Quieres que te deje en tu casa? — me pregunta sin mirarme.
— Demian, lo siento, yo no qui... — y antes de que pueda decir algo más, él y su seriedad me interrumpieron.
— ¿Quieres o no?
— Esta bien. Gracias.
Reprimi las siguientes palabras que querían ser soltadas por mis labios, no era el momento y tampoco quería estropear una posible amistad.
Le indique donde quedaba exactamente mi casa y antes de bajarme del auto un agarre fuerte me hace girar — Piénsalo... — me dijo penetrando sus ojos en los míos
Asentí nerviosamente y solo pude dejar que mis ojos se conecten con los suyos hasta que me soltó y se despidió de mí. Salí de su vehículo con más pensamientos desorganizados que antes
A pesar de toda esta mala racha que estaba pasando, iba a ver a mi hermano y a mi amiga, ellos sin dudas me iban hacer sentir mejor.
———————————
— Amyyy — grita Joel a penas me ve ingresar a casa — Por fin llegaste — su sonrisa iluminó cada parte de mí. No pude evitar sonreír y fundirnos en un abrazo que deseaba que fuese eterno.
Era tan cómodo estar aquí, que te reciban felizmente y pensar, que sea lo que sea que pasé, hay gente que te espera y te quiere.
No era una sensación que estaba acostumbrada a vivir, pero toda persona necesita recibir este tipo de cosas, que te hacen sentir bien y acompañado.— Ya, termina con el misterio — como siempre, mi querida amiga la impaciente.
— Bueno, como saben los dos — los miro a ambos y tomó un poco de aliento, controlando mis palabras — ellos tendrán que estar en el hospital por unos días, seguramente en poco tiempo les darán la orden para salir de allí. Mientras, tendré que ir a verlos cada tanto — es lo único que decidí decir hasta ahora. Al menos en presencia de Joel.

ESTÁS LEYENDO
Qué Suerte La Mía.
Teen Fiction"Mis pesadillas crecían, me resguardaba en lo mas profundo de los libros y los dibujos. Ya estaba acostumbrada a estar sola y aunque necesitaba de alguien, me negaba a buscar o encontrar ese "alguien" que "ponga mi mundo patas para arriba". Pero, cu...