Capítulo 12 "¿Estas nerviosa?"

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— Vamos, acércate. — me animo a mi misma, no lo dejo de observar, está sentado de espaldas, en uno de los bancos de piedra color blanco. No pude terminar de poner firme mi pié para avanzar, que él, se dio vuelta, dejando ver una espactacular sonrisa y una mirada de la cual me hacía estremecer.

Respira

— Hola, egresada. — su tono de voz era una mezcla de ironía y alegría. ¿Siempre había algo escondido en sus palabras?

— Hola.. — a penas pude soltar esa palabra y fue un impulso para que él se acerque aún más a mí hasta estar a unos muy pocos centímetros.

Usaba unos jeans no tan holgados color negros y una camisa mangas largas arremangadas hasta sus codos color verde militar, lo cual, lo resaltaba bastante. Y su perfume.. Creo que me perdí intentado contener en mi nariz el aroma que provenía de su cuello, era dulce y realmente delicioso.

— ¿Estas nerviosa?

¿Ahora todos me van a preguntar eso?

— No — digo firme. — estoy bien. — force una sonrisa para intentar converncerlo

— Entonces ¿Nos vamos? — Me observa detalladamente, parece que no fue tan mala idea elegir el jean ajustado.

— Si. ¿Donde vamos? — Me devora la inquietud de donde sea esa famosa heladería

— Preferiría que sea una sorpresa, me gustan las cosas así. — su voz se fue haciendo más gruesa al final.

Qué bien, al menos no me aburrire

— Pero es... ¿Lejos? — sus ojos oscuros posaron en los míos, pero no como normalmente lo hacía, sino como si estuviera queriendo saber que estoy pensando. Sus distintas miradas me desconcertaban. Y evidentemente, no le gustaba que pregunte tanto.

— Vámonos. — me ordena.

Subimos al auto, el cual me hizo sentir pequeña. Era muy espacioso y no era de mi sorpresa, se nota que le gusta darse lujos

Suena una de las canciones más populares del rock, Sweet Child'O Mine, de la reconocida banda Guns N' Roses. No escuchaba con frecuencia esa banda, pero si me gustaban algunas canciones de ellos y es que es imposible no escucharlos, son historia

Le siguió otra que no reconocía bien, pero indudablemente intuí que era de Intoxicados.

Miro una y otra vez las calles, y pensé en enviarle un mensaje a Angie, pero creí que era mejor esperar.

Paramos en un lugar que daba muy buena pinta. Era a base de madera color miel con algunos toques de vidrios cristalizados. Y el nombre del local en letras rojas con contorno color vino.

"Homemade flavors. Helados artesanales y cafetería"
Lo que significa, "Sabores caceros"

Tenía asientos de madera con una banda de tela reforzada, en color negro con el nombre de la heladería bordada del mismo color vino, mesas a juego y luces rodeando los pilares de madera que sostenían el frente del lugar.

Bajamos y él se acerca a mi con una sonrisa apenas notable a mis ojos.

Él estiende su mano y me abre la puerta del negocio.

— ¿Quieres que... entremos de la mano? — mi voz empezó a temblar haciéndose poco audible.

— Claro — asegura, en tono suave.

Asombrada, mirando su mano aún estendida, se la tomo enseguida y caminé, segura al ritmo en el que íbamos juntos.

Definitivamente, es uno de los mejores gustos de helado que he probado. Demian se encargó de pedir un pote de 1 kilo conteniendo 4 gustos frutales, si fuese por mí, elegiría chocolate, limón, menta y banana split.

— Espero que te gusten los gustos, tiene trozos de frutas. — me dice observando cómo tomó una cucharada bien cargada de Mascarpone con frutos del bosque.

— Pues, el mascarpone está excelente. Gracias. Me encanta la dulzura que tengo en la boca. He probado muchos helados de algunos frutos, pero no com este queso, sin dudas éste — alzo la cuchara de plástico color beige hacía la altura de nuestros ojos — se lleva el premio mayor.

— De nada — desliza su mano suavemente por su nuca y sonríe — si gustas, puedo pedirte otro pote con los gustos que desees.

A pesar de que no suelo comer tanto, el helado es mi debilidad, es bueno que él lo entienda.

— Oh, no, es demasiado, gracias de todas formas. — le sonrió y él me devuelve la sonrisa.

— Bien, ahora que estamos solos... — hace una corta pausa y aclara su garganta — Quisiera saber como he llegado a dar con tu número...

Maldición, había olvidado que él intentaba comunicarse con una tal Olivia y por algún error que desconozco término con mi número.

Con sólo pensar la secuencia empecé a toser por bronca

— ¿Te encuentras bien? — suena algo preocupado

— Si si, estaba aclarando mi garganta. Lo siento. — pongo mis ojos en blanco al recordar las palabras que escribió la persona que está en frente mío a lo que creo que debe ser su novia — Buff

Él asiente con una pequeña sonrisa y nos invade un silencio bastante incómodo, y se debia por que no había respondido a su pregunta, así que decidí responder lo antes posible.

— Para serte sincera... — baje la mirada hacia el suelo y hice una mueca — No sé cómo llegaste a obtener mi número, pero supongo que fue por un simple error en algún dígito...

Pude notar una leve sonrisa, que podía fácilmente transmitir tranquilidad y comprensión.

— Tranquila, yo soy él que se equivocó, y te pido disculpas por eso. — sus ojos oscuros se posaron en los míos y sentí como si quisieran quedarse ahí, observandome — Pero — prosigue sin sacarme la vista de encima —  Gracias a esa equivocación, pude conocerte — Otra vez mostró sus hermosos dientes blancos, me estaba derritiendo en sus ojos, nunca conocí a alguien que tenga esa mirada tan particular y que me provocará tantas sensaciones.

— Si — no puedo evitar sonreír — es verdad. — direccione mis ojos hacía el pote blanco con dibujos rojos que contenía el helado y rogue de que apartara también su mirada de mí

La charla fue aún más entretenida cuando empezamos a hablar de sus distintos tipos de pacientes, no sabía que Demian era un tipo tan estricto y a la vez suelto y relajado. Es una mezcla con tantas potencias.

Es un chico totalmente explosivo..

Qué Suerte La Mía. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora