"Capítulo 25. Quiero saber de ti"

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— Enseguida voy para allá.

— Te espero. Le respondo y cuelgo la llamada.

Paso una hora y siento mi teléfono vibrar, deslizó mi dedo en él y escucho a mi amiga — Amy, estoy en tu puerta.
Salgo de mi cama disparada al padillo para luego encontrarme en la sala de estar y abrirle la puerta a la impaciente Angie

— Ok, ¿Qué sucede en esa cabecita ahora? — Me examina mientras toma un sorbo de su té negro.

— Ni yo lo sé — No puedo evitar sentirme insegura, con la mirada hacía el suelo, mi cabeza empieza a recordar todo lo que sé de Demián y sin percatarme, mi mente arma un rompecabezas con todas las piezas que tenía. — Angie — vuelvo mi mirada hacía sus ojos y ésta me observa con miedo — Y si Demián... ¿Y si él tiene otra vida con alguien más y yo estoy metida en el medio? — mi voz se eleva y no tengo el control de mis pulsos ahora.

— Ahm... cómo... ¿Una tercera en discordia? — sus finas cejas se fruncen

— Mira ¿recuerdas la vez que se me presento esa Olivia ? Sospecho que en realidad él tiene una vida con ella y solo me esta usando para darle celos o quizás para que vuelvan, no lo sé. — giro mis ijos dejandolos en blanco de la impotencia que me da con solo pensarlo

— ¿Tú nunca le preguntaste si todavía sentía algo por ella?

— Tss, claro que no Angie. Además él niega que tengan algo

— Quizás sea porque no tienen nada, entonces — se encoge de hombros

— No sé, siento que hay algo que no sé y eso me impedirá imaginarme un mundo con él — algo mi ceja izquierda y le lanzo una mirada a Angie

— Ah, claro, el mundo mágico — me guiña perfectamente el ojo derecho y me hace reír.

— Me refiero a que tengo que indagar en su vida, el tipo me desvirgo y... — No puedo creer que lo dije tan vulgarmente — Bueno, tuvimos esa conexión, mejor dicho, y no sé nada de su vida ¿entiendes? No puedo seguir con la incertidumbre — suspiro y tomo un poco de mí té de frutilla

— Amiga, creo que estas algo paranoica — sonríe en forma comprensible y prosigue — pero si necesitas que averiguemos algo, algo de lo que pudiera perjudicarte, lo haremos.

— Solo quiero convencerme de que no está metido en nada raro y que puede ser un buen compañero para mí. — suavizo las últimas palabras al salir de mis labios, intentando confiar que lo será.

— Bueno, la manera correcta de hacerlo, es esperar y que las cosas se aclaren solas, luego esta la maneta errada, qué es husmeando sus cosas.

— Y... si solo me alejo de él, hasta que él alejé a Olivia de su vida

— Eso va a ser doloroso, pero es muy maduro a la vez. Si te quiere a ti, tiene que saber darte el espacio que mereces. — posa su mano calida en la mía.

— Debería hacerlo, si me busca, le pediré que me priorice a mí, así como lo haría yo. — me convenzo de que es lo mejor en este caso, aún siendo su ex, no se puede jugar de ambas puntas.

Qué Suerte La Mía. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora