Qué Suerte La Mía.

Capítulo 21 "Funeral de Frédéric".

Examino las fotos del cuarto de Frédéric, pasaron 3 días de su muerte, y yo todavía sigo con una amargura en la garganta. Por más que intente ser fuerte ante los ojos de Danae, Angie y Joel, yo estoy desarmandome por dentro, día tras día, siento un vacío que promete nunca abandonarme...

Hoy es el funeral y sinceramente no me siento lista para ver su rostro sin vida, no estoy lista para asumir que nos dejó.
Pero tengo que ser fuerte, tengo que ser el respaldo de mi madre y mi hermano. No voy a faltarles nunca.

— Toc toc... — asomé mi cabeza en la puerta y encontré a un niño asustado y triste.
Lo peor que puede pasarme es escuchar su llanto.

— Joel, tranquilo... — le susurre en cuanto me acerqué a él y lo envolví en mis brazos — él está en un lugar mejor, sin sufrimientos, sin dolor alguno — le sonreí forzosamente y le seque las lágrimas que rodaban por sus mejillas. — Hoy tenemos que recordarlo como el hombre fuerte que siempre demostró ser.

— Es.. es que, n.. no puedo — me dice entrecortado, entre su llanto.

— Tú puedes pequeño, tenemos que ser fuertes. Él nunca hubiese querido vernos así, piensa en todas esas charlas que tuviste con él. Quédate con su mejor recuerdo. Y lo mantendrás vivo en tu corazón — le señalé su pecho del lado izquierdo y por fin hizo una mueca de sonrisa a pesar de ser mínima.

— ¡Eso es enano! — lo abrazo aún más fuerte y lo ánimo a salir de la habitación.

Una vez metidos en el auto de funeraria, nos marchamos junto a Danae y Angie.
A Danae le dieron el alta médico hace un día, por suerte está mucho mejor, simplemente tiene algunos dolores corporales pero está bajo control médico.

Todo estábamos en un terrible silencio, esperando que sea la hora de concretar.
Danae estaba diciendo sus palabras, entre llantos y suspiros, termina diciendo unas palabras que hizo que se me escapen algunas lágrimas.

— "Hasta siempre, amor"..

Era mi turno de hablar, tenía muchas cosas que decir y tan poco tiempo. Decidí que seria mejor no decir todo, simplemente unas par de palabras que serían las indicadas para describir todo lo que siento.

— Hace tres días nos dejaste, haciéndonos fuertes y enfrentado cada dolor que hoy se nos presentan. Y a pesar de que nunca fuimos tan unidos, siempre serás aquel hombre que antes solía llamar papá y el cual siempre llevaré marcado en mi corazón. Te querremos eternamente, hasta reencontrarnos, papá. — mi voz empezó a fallarme en cuanto pronuncié la palabra "papá" que tanto me costaba decir, mis ojos soltaron lo que venía acumulando.

Me aisle lo antes posible de allí, no quería que nadie me viera llorar de la manera en la que estoy guardando.

Respire profundo y traté de parar el llanto, cuando saque un pañuelo de mi bolso, alguien me acarició la espalda y me hizo resaltar.

— Lo lamento tanto, Amy — No hacía falta girarme para saber de quien se trataba, pero tampoco iba hacerlo, nadie tendría que verme llorar. Era lo que más odiaba, me hacía sentir tan estúpida.

— Gracias — respondí todavía de espaldas.

— Amy, no te escondas, mírame. — me dice agarrando mi brazo.

— Sueltame, por favor.

— ¡Amy, girate! — me ordena en voz alta.

— ¿Puedes dejarme en paz? — me gire totalmente, dejando ver todo lo que escondía.

— Ven — me dice estirando sus brazos hacia mí — No necesitas esconderte más, estoy aquí. — me examina y hace un gesto de tristeza.

— Demian, ya déjame. No es momento de tus coqueteos. — dicho esto camino decidida hacía delante, volviendo a la despedida del funeral.

Pero un agarre fuerte, como el de la otra vez, me paro en seco y hizo que me paralice.

— No te dejaré ir. Y sabes por qué no lo hago — me observa severamente y me hace bajar la vista. — No estás sola. — continúa él.

Siempre espere que alguien me diga algo así, que alguien sea capaz de entender lo mucho que necesitaba de alguien, pero que me negaba rotundamente. No quería que nadie sepa lo vulnerable que puedo ser.

— Y ¿Por que? ¿Tú serás capaz de quedarte conmigo en mis días grises? O ¿Soy otra aventura parecida a Olivia? Porque no quiero ser un jueguete más en tu repisa.

Me solté de su agarre y me dirigí en donde estaba mi amiga esperándome, y obviamente observando la escena.