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Capítulo 9

El detective estaba en estado de shock.

¡Había dejado escapar a Gabriela!

Y lo peor de todo era que se sentía extraño. Como si le hubiese gustado haberla dejado escapar.

Pero otros pensamientos ocupaban su mente. Recordaba sus profundos ojos, una y otra vez. Recordaba sus bonitos y rojizos labios, junto con su hermoso rostro que con sus mejillas sonrojadas, la hacían lucir como una chica tierna.

Pero se preguntaba muchas cosas.

¿Por qué Gabriela huía?

¿A que le temía?

-¿No es extraño? No quiere que la atrapen, se le veía asustada- comento el oficial Luis.

-Debe de haber algo más detrás de todo esto- comento otro oficial, llamado Ángel.

-No la reconocí- reacciono Mark- no se veía igual a la chica de la foto. La fotografía mostraba a una chica feliz, está por el contrario tenía una mirada que reflejaba temor y tristeza.

Ambos oficiales, observaban al detective con confusión.

¿Qué podría haberle pasado a esa chica?

-Aquí ocurre algo extraño-comento Ángel.

***

*Dos días después*

Mark no dejaba de pensar en ella.

Quizás estaba siendo exagerado, quizás estaba obsesionado con la chiquilla. Pero se había convertido en un pasatiempo pensar en ella, pensar en su pequeña cintura cuando la rodeo con sus brazos y en sus expresivos ojos.

Quería encontrarla, decirle que no tuviera miedo. Que el la protegería. Pero no había rastros de esta. La chiquilla era prácticamente un fantasma, se escabullía fácilmente.

¿Cómo podría encontrarla?

Se sentía inútil. Sentado en su escritorio y observando la foto de esta, no haría que la encontraran.

Se puso de pie y decidió ir a interrogar por milésima vez a los jóvenes con los que habían encontrado a Gabriela.

***

-¿Dices que no sabías quién era?-pregunto Mark a él joven llamado Edgar.

-No sabía quién era- repitió por milésima vez- ella solo aparecía de vez en cuando, para vender mercancía.

El joven estaba nervioso y Mark era muy inteligente como para pasar eso por alto.

-¿Y porque estas tan nervioso?

-P-pues-tartamudeo el joven- no quiero ir a la cárcel.

Mark sabía que había algo más, algo que ese chico no estaba dispuesto a contar.

-Sera mejor que digas toda la verdad- lo presiono Mark.

-¡Ya dije todo lo que se!

-¡Mientes!

El joven llamado Edgar rodo los ojos algo frustrado. Mark no lo dejaría en paz hasta que dijera todo lo que sabía.

-¿De qué manera se lo explico?-pregunto Edgar- ¡No sé nada de esa chica!

La paciencia de Mark se estaba agotando y el joven no entendía eso.

-Escúchame bien jovencito- Mark se puso de pie y agarro al chico por el cuello de su camiseta- Dime todo lo que sepas.

-¡Mark!- el oficial Luis interrumpió en la sala- ¿Qué crees que haces? ¡Suéltalo!

Mark obedeció a regañadientes y soltó la camiseta del chico.

Salió de la sala con mal humor y se subió a su auto.

¿Por qué ese chico no decía la verdad?

¿Por qué simplemente no le contaba nada acerca de Gabriela?

El detective llego a su solitaria casa. Ya era de noche, así que todo estaba oscuro. Encendió la lámpara que se encontraba en la sala y se sobresaltó al ver una figura sentada en su sofá de terciopelo.

Gabriela sostenía un arma en sus manos y lo miraba de forma intimidante.

-¿Qué quiere saber de mí detective?- pregunto.

Mark no sabía que responder ante esa pregunta, es más, no sabía cómo reaccionar ante la presencia de la chica que antes creía inofensiva, en su casa.

-Te hice una pregunta- dijo Ela.

-¿Por qué desapareciste?-logro preguntar Mark.

-Creí que usted era un buen detective.

-Baja esa arma-le pidió Mark.

-No- negó esta- ¿En serio no tienes idea de porque desaparecí?

El detective negó.

-¿Por qué huyes?- le pregunto Mark- Nosotros solo queríamos ayudarte ¿Por qué escapaste?

-No pueden saber lo que he hecho.

El detective intento descifrar esas palabras. Pero no tenía idea de porque la chica había dicho eso. Ni siquiera tenía idea de porque estaba ahí, en su casa a altas horas de la noche.

-¿Por qué estás aquí?- le pregunto.

Gabriela sonrió y bajo el arma, lo cual hizo que Mark se relajara.

-Siéntese. Esta es su casa, no la mía- le pidió y Mark obedeció, sentándose en un sofá, quedando cara a cara con la hermosa chica- Estoy aquí detective, porque usted quería saber más de mí.

-¿Cómo sabes que quería saber más de ti?- pregunto Mark.

La chica se encogió de hombros.

-Tengo mis contactos- contesto-. Ahora dígame ¿Por qué quiere saber de mí?

-Su familia la amaba- el detective observo como Gabriela se tensaba- Estaban preocupados por usted, cuando desapareció ¿Por qué lo hizo? ¿Huyo de la casa?

Gabriela frunció el ceño, la ira se abrió paso por su sangre. Alzo su pistola nuevamente y apretó su agarre.

-Ellos no me amaban- contesto fría.

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Ela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora