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Capítulo 28

En un abrir y cerrar de ojos Mark saco su pistola y disparo a Ernesto, el cual cayó al suelo inmediatamente.

Corrió hacia Ela y se arrodilló a su lado, en el suelo.

-Estas bien, todo estará bien.

Se quitó su camisa, dejando ver su tonificado cuerpo y le hizo un torniquete al brazo de Ela con este.

Gabriela sentía un dolor punzante y agudo en su brazo derecho debido a la bala.

-Tenemos que irnos- dijo Mark-. Tenemos que curarte.

Cuando Gabriela intento ponerse de pie sus rodillas flaquearon debido a el shock en el que aún se encontraba. Mark la sostuvo y la ayudo a estabilizarse.

Mierda, pensó Ela ¿Así es que se siente cuando te disparan? Ya entiendo lo que sienten esos malditos.

Sonrió al darse de cuenta, de que una bala dolía más de lo imaginado, y que sus víctimas habían sufrido lo esperado.

-¿Por qué sonríes?- le pregunto Mark algo extrañado.

-Nada.

-¿Te duele mucho?

Como la misma mierda, pensó.

-No duele casi-contesto y Mark asintió más relajado.

-¿Por qué caí al suelo solo por una estúpida bala en el brazo?

Mark soltó una carcajada.

-Fue debido a que estabas corriendo. Al recibir el impacto tus piernas flaquearon. Y al girar a ver a ese malnacido caíste.

Gabriela asintió en señal de que entendía.

De repente se acordó de algo.

-Mark- susurro y este le sonrió.

-¿Si?

-Nos conocimos de niños.

La sonrisa de Mark se ensancho aún más.

-Te acuerdas- afirmo y Gabriela asintió.

Mark se acercó a esta y planto un fugaz beso en sus labios, a lo que Gabriela gruño decepcionada.

-¿A eso le llamas un beso?

Mark soltó una carcajada.

-Tendrás más cuando curemos esa herida- le dijo.

Se acercaron a Ernesto el cual yacía el en suelo inmóvil.

-Te dije que teníamos que asesinarlo- Ela le dijo a Mark y este asintió.

-Por primera vez pienso que tienes la razón.

Se arrodillo al lado de Ernesto y verifico su pulso.

-Aún está vivo- comento el detective.

Gabriela rápidamente tomo el arma de Mark.

Este la miro enarcando una ceja.

-Ela...

-Tengo que hacerlo Mark- lo interrumpió-. Es el último e intento asesinarme.

Mark lo medito durante unos segundos. Miro a Ela la cual estaba esperando su respuesta.

Si Ernesto la hubiese asesinado, su vida no tendría sentido.

Porque su vida, había girado en torno a ella, todos esos últimos meses.

Ela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora