(5)

11 0 0
                                    


Capítulo 5

-¡Gabriela!- esta se quedó callada- ¡Todos están muertos! Nuestra madre, Víctor y Julián ¡Todos!

¿Ahora qué decía?

-¿Cómo que todos están muertos?- pregunto esta intentando disimular su nerviosismo. Su hermano no podía enterarse de su venganza.

-¡Todos están muertos!- repitió este nuevamente- me entere cuando fui a visitar a nuestra madre.

¿Visitar su madre? Gabriela no podía creerlo.

¡¿Él fue a visitar a la bruja de su madre?!

-¿Qué tú fuiste visitar a quién?- pregunto Gabriela, para saber si había escuchado bien.

-A nuestra madre- contesto su hermano- que en paz descanse.

-¡¿Qué en paz descanse?!

-Ela, no puedes seguir guardando rencor.

-¡Estás loco!

-¡No! No lo estoy. Solo quería visitarla y perdonarla.

-Ah, claro- su hermano la miro confundida- ¡Como a ti no era al que abusaban, golpeaban y humillaban! ¡Así hasta yo perdonaba!

Su hermano sabía que Ela, tenía razón y se sentía mal por no haberla buscado, luego de irse. Pero Cristopher tenía sus razones.

-Ela alguien los asesino a todos. Debemos de averiguar quien fue- su hermana lo miro esperando a que este se riera y dijera que era una broma, pero en cambio este continuo con su semblante serio.

-Por mí que se pudran en el infierno- dijo esta y fue hacia su habitación, cerrando la puerta detrás de ella.

No podía creerlo, simplemente no podía creer que su hermano hubiera dicho eso. Ahora con más razón no podía permitir que este se enterara que ella era la asesina de su familia.

Gabriela no durmió en toda la noche. Pensaba en su próxima víctima, en su hermano y en como lo abandonaría. Tenía que dejar su apartamento en la mañana. No podía correr riesgos de que su hermano se enterara de todo lo que había hecho.

Ya al amanecer Gabriela tenía todo listo. Le dejo algo de dinero a su hermano junto con una nota. Tomo una pequeña mochila con algunas pertenencias y algo de dinero.

-Te extrañare hermano- le susurro al odio, pero este no la escucho, ya que estaba dormido.

Salió de la casa. No sin antes darle un beso en la mejilla a su hermano aun dormido.

El Sol estaba comenzado a salir. Se subió a su viejo auto y emprendió marcha. No quería dejar a su hermano nuevamente, era su única familia de sangre. Pero tenía que hacerlo.

Luego de unos minutos, llego a la guarida de sus socios.

-¡Gabriela!- grito Eduardo mientras le daba un abrazo y un beso en la mejilla.

-Hola Eduardo- saludo esta con una sonrisa.

-¡Pequeña Ela!- grito Edgar, el jefe. Se acercó a esta y la saludo de igual forma que Eduardo.

-¿Cómo están chicos?- les pregunto.

-Estamos bien pequeña- le contesto Edgar y Eduardo asintió.

-¿Y los demás?- pregunto esta.

Edgar se encogió de hombros- deben de estar vendiendo mercancía.

-Pero ven- Eduardo la tomo por la muñeca y la llevo hacia el viejo sofá-Cuéntanos ¿Cómo va todo?

-Ya van cuatro- dijo esta, refiriéndose a sus cuatro víctimas.

-Wow- exclamo Edgar- eres rápida.

Luego de unos minutos de hablar con los dos chicos llego Simón, algo agitado y casi sin poder respirar. Estaba corriendo.

-Chicos- dijo intentando respirar- La policía.

Los chicos y Ela abrieron sus ojos como platos.

-¿La policía?- preguntaron al uniso y Simón asintió rápidamente.

-Tenemos que salir de aquí- dijo Eduardo y todos asintieron.

Pero ya era tarde.

La policía llego y los arresto a todos. Incluyendo a Gabriela. Esta se maldijo internamente por haberse dejado atrapar.

-Esta chica me parece conocida- comento uno de los oficiales.

Gabriela rezo para sus adentros que no descubrieran quien era. Pero ya era tarde

-¿Esta no es la chica desaparecida?- pregunto uno de ellos.

Había sido descubierta.

***********


Gracias por leer!


Ela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora