capitulo 34.
Existen amores prohibidos, amores difíciles e imposibles.
Gabriela suponía que el suyo estaba entre la segunda y tercera categoría.
Un amor incompatible, desequilibrado. Dos almas completamente opuestas.
Pero algo los unía. Algo unía esos lazos y los hacia compatible. Nadie la había entendido como Mark lo había hecho, nadie la había protegido como el lo había hecho.
Y en esos momentos, en los que ambos eran perseguidos por esos hombres el miedo se apodero de ella. No era el miedo a morir, o el miedo a salir lastimada. No, era el miedo a perder al hombre del cual se había enamorado. El miedo a perder a ese detective que tanto había cambiado su vida.
Llegaron a los pasillos del hotel en los cuales se encontraba su habitación.
Pero había un problema. Ellos buscaban una salida, no quedarse en el hotel.
Christopher y los otros habían logrado atrasar a sus perseguidores.
Mark miro a Ela con desesperación y miedo en sus ojos. El también temía perderla.
-Mark- susurro Ela mirando sus ojos.
Alguien tomo a Ela del brazo provocando que esta girara.
Esta asustada intento golpear a esa persona, pero al percatarse quien era, su rostro se transformo en uno confuso.
Mark estaba igual que esta, confundido por la presencia de ese hombre.
-¿que haces aquí?- pregunto Ela, dirigiéndose a su padre.
Lo que me faltaba, pensó Mark, mi suegro aparece en medio del caos.
-No hay tiempo- dijo el padre de Ela-. Los sacare de aquí. Síganme.
Mark miro a Gabriela y esta asintió.
El padre de esta se les adelanto y ellos lo siguieron.
Corrieron por unos cuantos pasillos hasta que llegaron a una puerta trasera del hotel.
Salieron a un oscuro estacionamiento, que se encontraba bajo el hotel.
-Tengo un auto- dijo el padre de Gabriel-. Vengan.
Gabriel iba a seguirlo, pero Mark la detuvo.
-Espera- le dijo- ¿Como se que podemos confiar en usted?
-Joven, creo que usted no esta en posición de desconfiar de su suegro- contesto el padre de Gabriela-. Que por cierto, aun no lo he aprobado para mi hija.
Ela enarco una ceja.
-¿Se supone que hablaremos de esto ahora?- preguntó-. Ademas tu no tienes derecho a llegar de la nada y meterte en mi vida.
-Creo que esta conversación la podemos tener en otro momento ¿no?- pregunto Mark.
Gabriela negó. Miro a su padre y le dijo:
-Tu no puedes pretender, después de haberme abandonado llegar a mi vida como si nada hubiese pasado.
-Ela- la llamo Mark.
-¿Ahora quieres ser el héroe aquí? ¿Luego de todo lo que pase, pretendes salvarme?
-Debemos de irnos- dijo Mark nuevamente intentando detener la discusión.
-Estoy intentando ayudarlos, eso es todo- se defendió el padre de Gabriela.
-¡No tienes el derecho!
-¿Podemos seguir con esta conversación luego?-pregunto Mark.
-Quiero enmendar mis errores pequeña Ela- dijo su padre.
-¡No me llames pequeña Ela!
Mark rodó los ojos.
-¡Basta!- grito fastidiado, ganandose la atención de padre e hija-. Debemos de irnos- miro a Ela-. Esta es nuestra única salida.
Gabriela asintió aun no muy convencida- De acuerdo- dijo- ¿donde esta tu auto?
El padre de Ela asintió y los continuo guiando por el estacionamiento hacia su auto.
Pero ya era tarde, no estaban solos. Dos patrullas aparecieron delante de los tres.
-Deténganse ahí- les grito un oficial.
El padre de Ela saco de una pequeña mochila, tres armas y se las entrego a ambos, mientras que estos los miraban extrañados.
-¡Bajen las armas!- grito otro oficial.
Mark y Ela intercambiaron miradas.
En eso, unos pasos se escucharon por el estacionamiento. Por el lado izquierdo aparecieron el hombre con pasamontañas que los perseguí junto con un solo acompañante, ya que al parecer el hermano de Ela y los otros se habían encargado de los demás. Quitaron el pedazo de tela que cubría sus rostros y efectivamente, eran Angel y un oficial mas.
Unos cuantos tiros se escucharon y por el lado derecho aparecieron Christopher y los otros.
Christopher fulmino con la mirada a Angel y este imito su acto.
La posición de Mark, Ela y su padre era la siguiente: A su lado izquierdo, Angel y otro oficial. A su lado derecho Christopher, Edgar y Simon y en frente de estos, Dos patrullas, con dos oficiales cada una.
-Hora de la acción Ela- le susurro Mark.
-¿Siempre juntos?- pregunto esta.
-¡Bajen las armas y ríndanse!- grito nuevamente el oficial.
-Siempre juntos- afirmo Mark.
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Ela.
ActionGabriela, es una chica con problemas, como todos. La diferencia es que los problemas de Gabriela, tienen nombres y apellidos y ella se encargara de eliminarlos a todos.