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Capítulo 27

-Hija, no puedes irte- le rogo su padre mientras la seguía por la calle.

-¡Vete!- le grito esta- no quiero verte ¿Acaso quieres que te haga lo mismo que les hice a todos?

Su padre se quedo estático por unos segundos.

-¿Es cierto que los asesinaste a todos?- pregunto.

Gabriela detuvo su paso y se giró para encarar a su padre.

-A uno, por uno- contesto-. Solo falta Ernesto.

Su padre la miro sorprendido.

-¿Cómo pudiste hacerlo?

La ira corrió por el torrente sanguíneo de Ela.

-La pregunta es: ¿Cómo tu pudiste abandonarme?- su padre iba a responder pero esta lo interrumpió nuevamente- ¡La pregunta es!: ¿Por qué ellos me hicieron todas esas cosas? Cuando me contestes eso, entonces puedes cuestionarme lo que hice.

Se giró nuevamente para continuar su camino. No iba a perder el tiempo hablando con ese hombre, ella tenía que buscar a Mark y sacarlo de la cárcel.

-¿A dónde vas?

-Voy a buscar a Mark.

-Mark- susurro su padre como para sí mismo-. Claro, Mark.

Gabriela lo escucho y se giró nuevamente.

-¿Qué dijiste?- pregunto.

Su padre la miro directo a los ojos y sonrió.

-Estaba destinado.

-¿De qué mierda hablas?

Su padre sonrió nuevamente.

-No lo recuerdas.

-¿Qué no recuerdo?- pregunto Gabriela confundida.

-A ese niño en la escuela- contesto-. Al mismo niño de la heladería.

.~.~.~.~.~.~.

Mark no iba a rendirse, no iba a perderla.

Se dispuso a salir del teatro y encontrarla. Ya había amanecido.

No tenía idea de hacia dónde ir, ni muchos menos en donde se encontraba Ela pero estaba dispuesto a buscarla.

Salió del teatro y se quedó en plena calle, indeciso de si ir hacia la izquierda, o hacia la derecha.

Miro ambos de la calle y lanzo una moneda. Si cae cara, ira hacia la derecha, y si cae cruz, ira hacia la izquierda.

La moneda cayo mostrando cara, así que Mark se encamino hacia la derecha, esperanzado de encontrar a Ela.

Se sentía estúpido por estar caminando sin rumbo alguno, pero a él no le importaba. Estaba decidió a encontrarla, así le llevara días o años.

Sin saber cómo termino cantando una canción de su niñez.

Recordó cuando al salir de la escuela, rumbo a su casa pasaba por una heladería que siempre tenía la misma canción encendida.

Pero la canción trajo consigo más recuerdos.

*Flashback

La pegajosa cancioncita de la heladería de Don Paco resonaba en el aire. El estómago del pequeño Mark rugía debido al hambre. Y solo esperaba que su padre accediera a darle de comer esa noche.

Mientras pasaba por la heladería, sus ojos divisaron a la pequeña niña con la que había hablado anteriormente, cuando estaba en la escuela. Se detuvo a observarla.

Ela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora