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Capitulo 31

No me gusta, pensó Gabriela mientras miraba su reflejo en el espejo.

Su cuerpo estaba cubierto por lo que Gabriela llamaría una cortina.

Si, el maldito vestido parecía una cortina.

Tal vez a Mark le gustara, ya que él quería comprar exactamente eso, una cortina.

No sabía si había sido obra de la maldita bruja, rubia oxigenada que le había dado ese horroroso pedazo de tela o si simplemente su cuerpo no era lo suficientemente atractivo para lucir ese vestido.

-¿Ela?- la llamo Mark.

-No me gusta este vestido- gruño Gabriela.

-Oh vamos, apuesto a que te queda fabuloso- dijo la maldita bruja.

-No saldré con esta cosa- dijo Ela molesta.

-Solo quiero verte en el- le dijo Mark-. Vamos sal.

Gabriela salió a regañadientes del probador.

Mark se quedó analizándola durante unos y al ver el ceño fruncido de Ela, sonrió.

-Te ves...

-¡No mientas!- lo interrumpió Gabriela- El vestido esta horrible.

Mark soltó una carcajada.

Gabriela tenía razón, el vestido estaba horrible.

-No tienes algo... no se-Mark se dirigió hacia la rubia- ¿Más bonito?

-Pero si le queda hermoso- dijo la rubia con una sonrisa fingida.

-No sea mentirosa maldita zo...

-Entonces buscaremos en otra tienda- Mark interrumpió a Ela, antes de que insultara a la mujer.

La rubia abrió sus ojos como platos.

-No, no. De seguro tenemos otras opciones.

Camino hacia un pequeño cuarto y saco varios vestidos. Mucho más presentables.

La mirada de Gabriela se centró en uno solo.

Un hermoso vestido negro.

Tenía que ser ese el correcto.

.*.*.*.*.*.*.

-¿Crees que podamos encontrarla?- le pregunto Cristopher a Edgar.

Ambos estaban en el auto, mientras Simón conducía.

Habían decidido ir a buscarla lo más pronto posible, antes de que ambos se fueran del país.

-Conocemos mucho a Ela- contesto Edgar-. Sabemos a los lugares que iría. Nosotros le enseñamos a ocultarse.

Cristopher estaba decidido en encontrar a su hermana. Ya la había abandonado una vez, y no iba a permitirse hacerlo de nuevo.

Debía de ayudar y proteger a su hermana pequeña.

Pero otro nombre le llego a la mente.

-¿Y que pasara con el detective?- pregunto nuevamente Cristopher.

-Lo eliminaremos- contesto Simón.

¿Qué?

No, ese no era el plan de Cristopher.

Él quería ayudarlos, a ambos. No quería que el detective fuera asesinado.

-¿No podemos dejarlo vivo?- pregunto.

Edgar negó -Ya sabe mucho, es peligroso.

-Pero él ha ayudado mucho a Ela.

-No nos importa- dijo Simón.

.~.~.~.~.~.~.~.~

~Gabriela~

Hay algo en mí que aún no descifro. Algo en mí que duele constantemente. Me siento tan vacía, pero a la vez tan llena.

Había cumplido con mi venganza, pero sin embargo no me sentía mejor.

Las pesadillas en la noche no desaparecían. El recuerdo de los abusos seguía ahí, junto con el dolor que llevaba dentro. Las cicatrices internas no desaparecieron, como pensé que pasaría. Al contrario, seguían ahí.

Pero ese vacío, ese miedo se llena cada vez que tengo a Mark cerca.

El me complementa, él es lo que le hacía falta a mi vacío.

Con sus palabras, su voz y sus caricias me hace sentir viva. Me hace sentir como si no fuera la misma Gabriela. Algo en mi cambio al conocerlo. Algo en mi lo necesitaba.

Pero si embargo el miedo inunda mi ser. El miedo de perderlo incrementa cada vez que hay policías cerca, o con el simple hecho de pensar que algún día se ira y no volverá, al igual que las otras personas.

Lo observo dormir plácidamente en la cama del hotel en el que nos estamos hospedando y mi corazón se inunda de una agradable sensación.

Él es un hombre fabuloso. Completamente fabuloso.

¿Qué hubiese sido de mi vida si él no hubiese llegado?

¿Qué hubiese sido de mis días sin él, o sin su ayuda?

Creo que la respuesta a esas preguntas, sería un simple nada.

Sí, no sería nada sin ese detective. No sería absolutamente nada sin esos lindos ojos azules.

Solté un suspiro y deje todos los pensamientos a un lado.

~~~

-Ela- la llamo Mark mientras la observaba divertido-. No se cómo se tiñe el cabello. Pero estoy seguro de que así no es.

Gabriela había decidido teñirse el cabello de rubio para no ser reconocida en la fiesta. Y ya que nunca lo había hecho, se le estaba haciendo algo difícil.

Su mayor temor en esos instantes era el quedarse calva.

-Además, la fiesta es de antifaces. No te reconocerán- continuo Mark.

Gabriela negó con la cabeza.

Ella no quería teñirse el cabello solo para no ser reconocida. Ella también quería verse diferente para impresionar a Mark.

Quizás si se lo teñia de rubio luciría más atractiva que la bruja de la tienda de vestidos.

Gabriela soltó una maldición. Sus brazos le dolían de tenerlos alzados para aplicar el producto en su cabello.

-Ela, en serio no tienes que hacer esto- dijo Mark.

-Quiero verme más bonita- le dijo está molesta.

Mark sonrió.

-Ela, tu eres hermosa tal y como estas.

*.*.*.*.*.*

Mark tenía la boca ligeramente abierta y sus ojos abiertos como platos. Estaba impresionado. Ela lucia espectacular. Sus curvas lucían increíbles bajo ese vestido negro.

Sus ojos oscuros y su piel pálida resaltaban aún más con su melena rubia. Se había maquillado por primera vez y Mark simplemente no tenía palabras para describirla.

En conclusión, estaba hermosa. Mark se sintió afortunado al tenerla en su vida.

-Ela- susurro- Luces espectacular.

Ela se sonrojo ante el comentario de su detective. Lo había logrado, al parecer había logrado sorprenderlo.

Se permitió observar mejor al detective y un deseo de tirarlo a la cama y desvestirlo, se apodero de ella. Pero se contuvo.

Mark estiro su brazo para tomar la mano de Ela.

-¿Lista?-pregunto.

-Lista

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Ela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora