Después de saber lo que me dijo Yin Yung, salí corriendo a ver a Min Jun, quería estar con ella, y ahora que se lo que se, no me separaré de ella.
Cuando llego veo a Ga Eul, con cara de sorpresa. Pero no la dejo que diga nada y paso dentro donde la veo a ella, está muy pálida, no me gusta verla así. Está sentada en el sofá tapada por una manta grande y abrigada.
Su cara de sorpresa al verme me demuestra que no creía que me vería viniendo a este piso, ya que el propietario es el tonto del doctorcito.
Me siento junto a ella, la voy abrazar pero ella me evita.
- Si te acercas mucho, te contagiaré, no quiero que te enfermes.
- Eso no me importa.
Y la abrazo, siento como sí mi corazón de fuese a salir del pecho, sin pensarlo me dejo llevar por la emoción y la beso, Dios mío! Sus labios son tan suaves y dulces, no me importa que este enferma, si voy a enfermar habrá valido la pena, porque ella por muy confusa que este me ha correspondido y eso me pone demasiado feliz.
Cuando nos separamos ella está roja, parece un pequeñito tomate, no me mira, sé que está sintiendo mucha vergüenza, le toco su frente, me preocupa que a parte de su vergüenza tenga fiebre y no me equivoco está ardiendo de fiebre.
- Te voy a llevar a tu habitación, tienes fiebre y necesitas cambiarte ese pijama sudado. Ga Eul -me giro hacia ella- ayúdala a cambiarse, las medicinas están en la cocina?? - ella asiente- bien voy a ver lo que hay y los apuntes de que hora fue la última toma.
Las deje a las dos en la habitación, me dirigí a la cocina, donde vi todas las medicinas, cojo la hoja y lo que me imaginaba, han pasado las 8 horas de tomarse la pastilla para el dolor de cabeza y fiebre, lo que ha tomado hace poco es el jarabe para la tos.
En una pequeña bandeja que está a primera vista tomo la pastilla y un vaso de agua, lo llevo, me paro en la puerta toco y pregunto si puedo pasar y me dejan pasar.
Min Jun ya está dentro de la cama y cambiada.
- Toma, debes tomar esto. Ga Eul, puedes irte si quieres yo me quedo.
Es raro en Ga Eul que no hable, sólo la veo sonreír, asentir, despedirse de su amiga e irse rápidamente.
Cualquiera pensaría que la he echado, yo sólo lo que quería era avisar que me quedaba.
Poco después la pastilla hace efecto, ella empieza a dormirse porque el cansancio en su cuerpo es fuerte y se queda dormida.
No puedo creer que esté como un tonto, y con el beso ahora si que voy a luchar y no separarme de ella antes tendrán que pasar por encima de mi cadáver.
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Mi príncipe de la mafia
FanfictionTodo cambió cuando llegué a Seúl, cambiar Manhwari por la gran ciudad. Mi familia y yo nos vinimos a vivir a la capital, para poder tratar mi pequeña enfermedad, y juntó a eso gané una beca de estudios para entrar a la prestigiosa Shinhwa, lugar d...