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-Debería haberle sacudido hasta cansarme.


-Le diste una buena lección, Gary. -Jade se echó a reír al recordar la expresión de estupor de Neal cuando la nata del helado le chorreaba por la nariz.


-¿Por qué no le habré dado lo que realmente buscaba?


-Porque no eres un hombre primitivo como él. Una pelea a puñetazos está por debajo de tu dignidad. Además, ellos eran más. Tendrías que haberte pegado también con Hutch y Lamar.


-¡No me dan ningún miedo!


Jade pensó que no valía la pena malgastar el tiempo con el tema del machismo, pero hizo lo posible por aplacar el amor propio de Gary.


-Por favor, deja de preocuparte. No le des tanta importancia a ese Neal. -Después de un corto silencio, preguntó-: ¿Qué es lo que dijo para que te enfadaras tanto?


-Algo típico de él -contestó despreciativamente-. Una de sus maliciosas insinuaciones. Su mente está infectada. Te insultó. -Golpeó su mano con el puño-. Es un hijo de puta. No me importa lo rico que sea, es un mierda.


-Si lo sabes, ¿por qué le das tanta importancia y dejas que nos fastidie el tiempo que estamos juntos? Tengo que irme pronto a casa.


Gary tenía el cabello castaño y liso y los ojos tiernos, de color almendra. En su rostro había más rabia que ternura. Después de la suave reprimenda de Jade, volvió a su expresión normal. Le acarició la mejilla.


-Tienes razón. A Neal le encantaría saber que nos ha arruinado la tarde. Es que no soporto que su asquerosa boca pronuncie tu nombre.


Ella se pasó la mano por el pelo.


-Te quiero, Gary Parker.


-Yo también te quiero. -La besó apasionadamente, pasó la mano por su espalda y la atrajo desde el asiento del coche. Había aparcado en un apartado recodo de la carretera que bordeaba uno de los pantanos.


Fuera, la tarde de febrero era fría y húmeda. Dentro del coche, el ambiente era cada vez más cálido. A los pocos minutos los cristales estaban ya empañados. Jade y Gary respiraban con fuerza. Sus jóvenes cuerpos estaban ardientes, con el tipo de efervescencia que había condenado el sermón del cura. Gary enterró los dedos en el espeso y oscuro cabello de Jade. Deslizó la otra mano por debajo del jersey.


-¿Jade? -Ella lo miró. Sus ojos despedían deseo.


-Sabes que te quiero, ¿no? -Le cogió la mano y se la llevó hasta el pecho.


-Ya sé que me quieres.


Habían empezado a salir en el segundo curso del instituto. Antes de eso, Jade había acudido a fiestas y bailes escolares escoltada siempre por chicos cuyos padres servían de guardaespaldas. Los viernes por la noche había conocido chicos en el cine, pero Donna Dee siempre estaba con ella. Aparte de alguna cogida de manos o un beso de buenas noches de vez en cuando, Jade no había tenido contacto con el sexo opuesto hasta que empezó a salir con Gary. Ella lo había querido así.


En la segunda cita, él le dio un beso al estilo francés. Algunas chicas afirmaban que eso les encantaba; otras decían que sólo la idea les revolvía el estómago. Después de esa noche, Jade creía firmemente que estas últimas eran chicas que nunca habían besado así. El sentir cómo se movía la lengua de Gary dentro de la boca había sido la sensación más maravillosa que había experimentado hasta entonces.


Durante meses, esos profundos y muy agradables besos habían sido la esencia de sus amorosos abrazos. La intimidad fue evolucionando y la atracción física inicial maduró en algo más hondo. Ya anhelaba sentir su mano en el pecho mucho antes de que él se atreviese a hacerlo. De tocarla a través de la ropa había avanzado hasta alcanzar el interior y acariciar la piel desnuda. Ahora su pecho estaba cubierto por la bien formada mano de él. Equilibraron el desenfreno con el que se habían besado para poder experimentar por completo el placer de las caricias. Los labios de él se dirigieron con rapidez hacia los de ella cuando Jade empezó a desabrocharle la camisa. Sus manos recorrieron el terso pecho de Gary. La cogió por detrás y le desabrochó el sujetador con la destreza adquirida por la práctica. Le tocó los pezones, que se endurecieron bajo la caricia de los dedos.

El Sabor Del EscándaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora