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La idea que George Stein había discutido con Jade el Primero de Mayo significaba construir un anexo de la corporación GSS en algún lugar cercano a la fábrica textil. Acomodaría no sólo a sus más altos ejecutivos, sino también a los afiliados a GSS en transporte, petróleo y otras diversas industrias situadas en el sureste. Desde entonces le había llamado casi diariamente pidiéndole el informe de la adquisición de terreno. Había intentado deshacerse de él diciéndole que estaba intentando ser muy exigente. Él le había insinuado que si el trabajo se estaba convirtiendo en algo demasiado pesado para poderlo llevar ella sola, quizá debería mandarle a alguien para que la ayudara.

Ella reconoció el tono intimidatorio que ello significaba, pero sabía que no podría deshacerse de él para siempre. El anexo era un proyecto atractivo en el que ella quería participar totalmente..., pero con tiempo. Por desgracia, cuando el señor Stein concebía una idea quería ver productividad inmediatamente.

La mañana siguiente al regreso de Dillon, Jade se decidió a ver a Otis Parker de nuevo. Sin apenas causar ningún tipo de molestia, habían tasado la propiedad, junto con varios terrenos de dentro y de fuera de Palmetto.

Llegó pronto a la granja, justo cuando Otis se estaba subiendo al tractor, antes de salir hacia el campo.

-No le quitaré más que un minuto de su tiempo, señor Parker -le dijo mientras se acercaba.

-Si vienes para decirme que venda el terreno, pierdes el tiempo.

-Por favor, escúcheme.

Ella esperó mientras él se apeó reticente. Después de una pausa, ella continuó:

-No creo que usted y la señora Parker no quieran vivir con holgura el resto de sus vidas. Podría comprar una casa bonita en la ciudad y retirarse. No tendría que trabajar ni un día más, a menos que lo quisiera. Piense en todo lo que puede hacer para sus hijos y nietos.

Él la miró con resentimiento.

-Todo eso suena realmente bien, pero si decido vender el terreno, no se lo venderé a usted.

-¿Qué es lo que quiere decir?

Sacudió un desgastado trapo de color rojo del bolsillo del mono y lo pasó distraídamente por el tractor.

-No tengo por qué darle ninguna explicación.

-Señor Parker, le pedí que no discutiera con nadie mi interés por su terreno.

-No lo hice. Pero usted sabe cómo son las cosas en esta pequeña ciudad. Las palabras se escapan. El individuo que tasó la propiedad estuvo por aquí dos días enteros y despertó la curiosidad de la gente.

Ella abrió rápidamente su cartera.

-Aquí está lo que GSS le ofrece por su propiedad, incluyendo la casa.

Le tendió el contrato legal y señaló la suma al final de la página. Cuando el hombre consiguió ver la cantidad con sus cansados ojos, se quedó con la boca abierta.

-¿Quinientos mil dólares? ¿Me está tomando el pelo?

-No, señor Parker. No se lo estoy tomando. Todo lo que tiene que hacer es encontrarse conmigo esta tarde en las oficinas centrales y firmar el contrato.

-No -dijo el hombre sacudiendo la cabeza.

-Le puedo asegurar que nadie le va a ofrecer tanto por su propiedad, señor Parker. Está muy por encima de la tasación.

Él la miró un momento con desconfianza y entonces movió la cabeza.

-No voy a hacer nada con prisas. Y le he dicho que ni siquiera he decidido vender aún.

El Sabor Del EscándaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora