Humedad.

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Ally:

Mientras camino, me lleno de orgullo para no voltear a ver la limusina, para no volverme y correr al carro.
No es orgullo, es solo que no debo perder mi dignidad.
Ayer la perdí besándolo.
Parecía una fácil.
Besándolo con anhelo y desesperación.
Cuando saco mi celular, veo por el reflejo de la pantalla como se aleja el auto.
Siento un nudo en la garganta y los ojos cristalinos.
No, debo de ser fuerte.
Tal vez eso de que sea mujeriego no es solo un rumor.
Tal vez es real.
Ni siquiera me pidió mi número de celular, o la dirección de mi fraternidad.
Nada.
Cuando llego a mi casillero, tomo mi libreta y mi estuche.
Ni siquiera tengo una foto con él. Cierro la puerta y sigo andando, tengo clase de matemáticas avanzadas.
Puede que luzca radiante, pero por dentro soy un desastre.
John, de todos los hombres que existen y tenias que enamorarte de él.- pienso.
-Jajaja, ¿de quien quieres que me enamore? ¿De Zed?- cuando lo digo, una chica que pasa alado de mí me mira incrédula.
Carajo, lo dije en voz alta.
Cuando doblo la esquina del pasillo veo a Zed.
Evito su mirada y paso de largo.
-¡Rudd! ¡Maldita sea, Rudd!- Grita él.
Sigo caminando, no quiero hablar con él.
-John no lo aprobaría.- Pienso.
A John no le importo, solo quería una aventura conmigo.
Me detengo en seco y Zed pega en mi espalda, volteo y le planto un beso cerca de la comisura de su boca.
Sorprendido, me mira a los ojos, se le cae la boca al piso y abre los ojos como platos.
-Ally...- susurra.
Seguramente John va a estar hoy con otra, a eso a venido a Seattle.
Sí, besé a Zed por despecho.
Mal muy mal.
Que egoísta.
-¡Mierda, Ally! ¿Dónde estabas?- Gruñe Zed.
-Creyendo que cumplía la aventura más grande de mi vida, ¡creyendo en él!- Doy la vuelta y empiezo a correr a el patio.
John me dijo que no llorara por él.
Y ahora lo estoy haciendo.
Sí, llegué a pensar pensar que teníamos muchas citas, viajes juntos, navidades, después de un tiempo me pediría ser novios, luego esposos y tendría hijos con él.
Que estúpida fui.
Escucho pasos tras de mí.
Me volteo y veo a Zed.
¿A quien querías ver? ¿A John?
-Déjame, Zed.- Chillo.
Disminuyo el paso y ando más lento, no quiero hacer un drama.
Me toman de la mano y me jalan, pierdo el equilibrio.
Zed me jala a su pecho, yo pongo mi mano libre para oponerme, pero tira con más fuerza.
Con su mano libre me rodea la cintura y me jala más fuerte aun.
No soy tan fuerte.
Termina abrazándome y yo no puedo evitar gruñir.
-Ally, eres una completa demente, estuve muy preocupado por ti.-Susurra a mi oído.
-Zed, suéltame.- Espeto.
Me suelta y me mira con desesperación.
-No es tu culpa, pero déjame. - Es mi mejor amigo, de hecho es el único amigo que quiero, no lo puedo perder por un berrinche.
Asiente y mete sus manos en las bolas de su pantalón.
Me volteo y sigo andando.
No quiero dejar de amar a John.
No quiero hacerlo.
Una parte de mí se niega a aceptar lo que pasó.
Pero otra me penetra odio por él.

Cuando son las cuatro de la tarde me estoy volviendo loca.
Lloré caí media hora y entre a clases.
Pero ya no aguanto.
Tengo treinta minutos pintado en una hoja el nombre de John, datos de él y cosas así.
Pero ya estoy harta.
Cuando suena el timbre, me sobresalto.
Tomo mis cosas y  salgo corriendo.
Camino lo más rápido que puedo, necesito estar sola.
Y el único lugar donde puedo estar sola cómodamente es en mi habitación.
Cuando doblo el pasillo veo a Zed, nuevamente.
Me vuelvo y tomo un camino más largo.
¿Qué tenía que hacer por donde paso?
Va a querer que hablemos, y yo no quiero.
No sé sí quiero caminar hasta la fraternidad, es como un kilómetro.
Termino tomando un autobús.
Quisiera decirle a John que lo extraño.
Se nota que soy una débil.
Cuando bajo, camino lentamente hasta la puerta, abro lenta y cuidadosamente.
Cuando abro la puerta entro lo más rápido que puedo.
Corro por las escaleras y subo como un rayo, cuando llego a mi puerta, meto la llave y la jalo.
Siento como alguien me observa, pero cuando volteo a todos lados no veo a nadie.
Entro a mi habitación, veo mi cama hecha, mi ropa ordenada y el piso limpio.
Supongo que Zed lo acomodó durante el tiempo que no estuve.
Corrección, durante el día que no estuve.
Me lanzo a la cama y mi libreta cae al piso, abriéndose justo donde anoté más de cien veces “John William Peter Newman” con diferentes formas de letras.
Lo ignoro y me quedo ahí, viendo mis pósters de John, fotos de él y el disco junto con el libro que descansan en mi mesa de noche.
Cuanto amo a ese hombre.
Muchas personas me dijeron que no podía amar a alguien que no conocía, pero yo sentía que lo conocía, que cada que escribía fantasías sobre él, era como hablar con él.
Que me conocía y eramos amigos, de esos que se gustan mutuamente, pero les da pena admitirlo y no se dicen nada, solo se gustan.
Lo detesto, no lo quiero, no, no lo hago.
Yo lo amo.
Quiero dormir para soñar con él. No hace falta que lo intente, ya que estoy cansada mentalmente y físicamente.
Si no iba a estar en la universidad me hubiera quedado con John.
Cierro los ojos y pierdo lentamente la conciencia.

Veo a John, esta sentado frente de mí.
Me mira y sonríe con malicia.
-Te quiero, Ally.
Luego se levanta y se voltea, se acomoda su saco y se va, caminando con elegancia.
No puedo hablar, trato de gritar, pero es inútil, tampoco moverme.
Siento como el rostro se me pone húmedo.
Sí, estoy llorando.

Siento como un aire húmedo me da en la cara.
Abro los ojos de golpe y lo veo.

Nota:
¿Quién creen que es? ¿Zed o John?
¡Comenten!
Gracias por seguir leyendo.


All I Need Is You ♥ John Newmαn ∞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora