Capítulo 15.

754 62 22
                                    

Pero las noches no se terminaban.
La noche daba para más, pero de todas formas, todo tiene un final.

-¿Vamos? -Sugirió Soph, todos digimos que sí.
-Oigan, los chicos se irán a otra fiesta, ¿ustedes se van? -Preguntó Damon.
-Si, nos vamos. Pero, si quieres ve Megan. -Me miró con cara pervertida. Yo la odie.
-Si, eso ven Megan. -Dijeron los chicos, bueno Graham no, estaba muy borracho el pobre.
-Emh... -Mire a Soph y Joe.
-Vamos, Meg, además. Prometo bailar contigo. -Decía un Alex ebrio.
Yo lo miré y comencé a reirme.
-Ve, estaremos bien. -Dijo Soph.
-¡Yo los llevo! -Dijo Dave.
Los despedi y se fueron, acompañados de Dave.

¡GENIAL! (sarcasmo) a Megan, quien le encantaban las fiestas.

-Bien ¿y ahora? -Los miré a ambos.
-Esperemos a Dave y, vamos a tomar algo. -Dijo Damon.
-Oye Megan. -Dijo Alex, mientras ibamos en el camino, hacia beber algo, que de seguro, yo bebería una soda.
-¿Si? -Lo miré. A todo esto Dam escuchaba, claro, estaba alado del otro lado de Alex, o sea a su izquierda.
-¿Tienes novio?
-No... -Levante una ceja y reí.
-¿Y porqué Damon me dijo que si? -Lo miré a Damon.
-Lo dije en broma Alex. -Dijo Damon.
-Oh. -Se corrió el fleco, le tapaba la vista y más que estaba ebrio, peor. No veía nada.
Reí.- ¿Entonces... No te importa si te invito a salir? -Dijo. Yo quedé en estado, casi catatonico.

Vi un segundo a Damon, quién creo, que la cara le iba a explotar.

-Estás muy ebrio Alex, deja a la chica en paz. -Dijo en forma "tranquila bromeando", la vena de su cuello, le iba a estallar.
-No, no... -Balbuceo.- Dejame... La chica es linda. -Me miró y sonrió.
-No deberías tomar tanto. -Rió.
-No, no. Shh... -Dijo casi tildandose.
-ELLA NO PUEDE ¿OKAY? -Dijo firme y cortante. Alex lo miró y abrió sus pezados ojos, me miró y sonrió.
-Oka...y Okay. -Dijo y, al final balbuceo.

Yo sonreí, con mi cara de tomate extremo.

(...)

Estábamos caminando hacia mi casa, Damon le habia dicho a Dave que no conduciera y, que deje la camioneta en la casa de un amigo, que ellos conocían. Dave y Alex se fueron en taxi, realmente estaban ebrios.

Y la verdad, no sé como Damon aguanta tanto alcohol. Debe ser costumbre.

-¿Y si vamos a mi casa? -Sugirió él. La noche estaba oscura y, las calle solo las alumbraban los faroles.

Lo miré algo tímida, pero acepte.
¿Que mas podía pasar?

(...)

-Pase doncella. -Hizo una reverencia.
Y no, no estábamos entrando por la puerta de su casa, si no, por la ventana. Esa ventana que guardaba muchos secretos.
-Gracias caballero. -Reí.
Ya estabamos adentro.- ¿Tus padres no se enojaran? -Le dije preocupada.
-No, no. Duermen como bebés. -Rió.

Yo le sonreí y, comence a mirar las paredes, parecia que pedía auxilio.

-Cantaste maravillosa. -Me sonrió.
-Gracias, tu también. -Sonreí.
Nos sentamos encorvados en la cama, uno alado del otro, en el filo de ésta. De reojo veía como Damon, me miraba.

Por favor que diga algo...

-No me gusta Jessica. -Dijo rapido y nervioso. Yo me voltee a verlo, lentamente.
-Ah. Está bien... -Fingi desinterés.
Cuando me voltee a ver, de nuevo a la nada. Una sonrisa, automática, se plantó en mi cara.

¡LO SABÍA!

¡SABÍA QUE ÉL NO PODÍA GUSTAR DE UNA ZORRA COMO ELLA!

"-Lo vez, ahora dale la razón a Soph.-"

Tal vez, luego.

-¿Solo eso? -Se acomodo para mirarme. Yo lo miré tímidamente.
-¿Que quieres que diga? -Me queje, me acomode más en medio de la cama, rodeando mis piernas con mis brazos.
Él hizo lo mismo.

Sólo me quedó mirando, no había mas nada que decir.

-Me gustas, en verdad... -Dijo en un susurro.
Yo sólo lo quedé contemplando sorprendida, no sabia si decir algo o cagarla de nuevo.- ¿Te gusto?

Entonces esa pregunta vino a mi de nuevo, ¿que debía decir?

-Sabes Damon... -Miré mis manos, que sudaban de los nerviosa que me ponía esta situación.- Tu me confundes, haces que no sepa que sentir... -De seguro, ya estaba sonrojada.- Haces que te odie y luego no. Hace unos segundos te odiaba. Pero no puedo odiarte. -Al parecer era toda una melosa.

Él solo se me quedó mirando, yo ubique mi vista a otro lugar, donde no sean mis manos, ni él.

-Megan... -Me llamó él, yo le respondí sin mirarlo.- ¿Puedo hacer algo? -Entonces lo miré. Era una caja de sorpresas, no sabia nada sobre lo que pensaba en ese momento.
-S... Si. -Tartamudeé. Nos quedamos mirando unos segundos.

Él se acercó lentamente a mi, mi cuerpo había dejado de funcionar, no respondía ordenes.
Colocó delicadamente sus labios sobre los mios y, asi el beso, de un momento a otro, se había vuelto mas intenso.

Cuidadosamente me apoyó sobre la cama, mientras que nuestras lenguas universales, se unían. Ya no tenia miedo, no tenia sonrojo, no tenía frio. Estaba envuelta en las sabanas, pero eso eran sus brazos, cobijas.

Una mano traviesa, se metió debajo de mi remera, sentí ese pequeño escalofrío, que seguramente, cuando es la primera vez que un chico hace eso, sientes.

Puse mi mano en su nuca y, así fué como el beso, duró. Y vaya que beso, aunque no sabía nada de besos. Creo que este era el mejor, que jamás habia dado.

Siguió besandome, yo no quería que esto terminara, pero si seguía. Pasarian cosas más criticas.

Terminó de darme un último beso, fué corto. Entonces nos quedamos mirando unos segundos.

¿Estaba locamente enamorada de él?

Pensé y pensé las posibilidades que había, cuanto tiempo le tomaría, para darse cuenta de que yo no era la indicada para él.

Tal vez me subestimo, o tal vez no.

Entonces, decidí huir.

-Creo que... Me tengo que ir. -Le dije, saliendo sigilosamente de sus armoniosos brazos.

Ya para nunca volver, o eso creo.

La ventana era mi escapatoria.

Extrañamente yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora