Extrañamente yo.

Capítulo 55.

El sol entró directamente a mis ojos cegándome, luego de unos segundos pude ver una imagen abriendo las cortinas. Tenía los pantalones puestos, pero sin camiseta. Se volteó para verme y, traía el cinturón sin abrochar, esbocé una sonrisa.

Su aspecto de por si, me causaba un poco de gracia. Pero al mismo tiempo me resultaba malditamente atractivo.

Después de haber hecho loque hicimos anoche, fuimos directo a mi habitación. Me tapé con las sábanas y él saltó hacia la cama, me abrazó por la cintura.

Puso sus labios en mi cuello y comenzó a besarme.

Ambos reímos. - Extrañé esto. -dijo y, continuó besándome.

Él sabía que yo también había extrañado esto.

(...)

El día continuó, él se fue a su casa. Y antes de irse lo besé en los labios, como si fuéramos algo de verdad, como si fuéramos novios. En serio quería que esto pasara de verdad, la verdad estaba esperando a despertar y que todo esto fuera un largo sueño, pero no, eso realmente me sorprendió porque estaba siendo feliz con respecto a esto, finalmente feliz junto con él.

No sé si él se sentía de la misma manera, pero cuando nos dimos ese último beso, pude ver cómo sus ojos se volvían brillantes o tal vez era mi imaginación, lo importante... lo importante era que esto estaba pasando, esto estaba avanzando.

Yo había vuelto a ensayar con mi banda, y de paso creamos algunas canciones. Todo estaba funcionando de manera optimista, porque tal vez yo estaba de esta manera, con respecto a todo.

Billie me molestaba diciéndome "tortolita" algo que me parecía un apodo ridículo, pero gracioso al mismo tiempo. También me decía que se me notaba qué estaba feliz y, seguramente esta felicidad relacione a Damon.

Si, relacionaba a Damon, él solo era una parte de toda la felicidad que había en mi.

Entonces comenzamos a practicar. Después de tanto parloteo, finalmente comenzamos.

(...)

Después de un momento de plena luz y felicidad, la tormenta vino hasta nosotros dos y derrumbó el día soleado.

"Damon y Megan ¿una historia secreta de amor?" "...Al parecer a ambos se los vio salir de un hotel, para luego huir cada uno por su parte..."

Entonces el teléfono sonó. Se sentía como en una película de suspenso, donde del otro lado estaría el asesino esperando a que la víctima (yo) atendiera. Muy a mi pesar, tuve que atender, suspiré y finalmente agarré el teléfono.

-¿Hola? -fruncí el ceño.

-¿Ya viste lo que dicen en la televisión? -dijo él del otro lado.

-Si... -suspiré.

Del otro lado hubo silencio y, yo no continué la conversación, porque tal vez no sabía que decir.

-Justine ya sabe... -habló y, luego se oyó como suspiraba.

En cuanto dijo eso las pocas palabras que no se me ocurrían se habían borrado completamente.

¡¿Como que sabía?!

¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición!

Creo que me odio completamente...

-¿Y... -no terminé de decir eso porque él me interrumpió.

-Luego hablaremos, ahora no puedo. -parecía fatigado y, supongo que algo frustrado. Todo había resultado absolutamente como NO queríamos. -Adiós. -y luego colgó.