Capítulo 51.

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A ellos se acercaba Graham y Dave, hablaban mirando hacia todas partes.

Éste era el momento en donde todo el mundo te decía de niño que si ves a un agresor hacer algo malo y no haces nada, eres un maldito imbécil tu también. Y fue justo así como me sentí. 
Entonces olvidé mis ganas de orinar y, fui rápidamente hacia ellos.

–Hola chicos. –dijo animadamente, era como un fantasma apareciendo de la nada.

Sentí como que mi presencia los incomodaba, porque obviamente los incomodaba. A los cuatro.

–¿Que hacen? –me encontraba alado de Dave y Graham.
–¿Y tu novio? –respondió Damon, lucia fastidiado.
–No lo sé. –palpé mis bolsillos.– Oh, no lo tengo. –y lo quedé mirando con una sonrisa frívola. Yo entendía y sabía que estaba tratando de alejarme.

Pero si se metían en esa mierda, tal vez terminen muertos. 

Entonces el instinto que tenía de meterme donde nadie me llamaba o mejor dicho consideración por las demás personas, hizo que actuara. No importaba si después ellos no me hablasen, esto era más importante, como sus vidas. 

–¿Quien era el tipo que se fue? –dije, sin más. Mirando directamente a los ojos y, no sé por qué a Damon.
–Un amigo nuestro. –respondió Alex, sonriendo.
–¿Así que se drogan? –levanté una ceja mirándolo a Alex. Éste borró la sonrisa de su cara y, miró a sus compañeros.

Nadie respondió por segundos pero, lucía como si fuesen minutos largos e interminables. 

–Eso no te incumbe. –contestó de mala manera Damon. 
Mi paciencia había dicho adiós y, un puñetazo comenzaba a avanzar rápida y furiosamente contra su ojo, sin medir ningún tipo de fuerza. Porque yo no era de hacer esto, pero creo que él ya se lo merecía desde antes.

Después de mi golpe en el ojo del rubio, éste llevó sus dos manos al ojo y soltó una queja.

El colorado y los dos pelinegros, se quedaron estupefactos ante mi acción, mirando como el rubio se cubría el ojo y, gimoteaba. 

Yo lo quedé mirando como protestaba del dolor. Rodé mis ojos. Me voltee para mirarlos a los tres, mientras sentía los sollozos del rubio.

–No cuenten conmigo, son unos imbéciles. –dije furiosa, pero contenía todo esto porque sino tendría que golpear a todos en la cara.– Ya se los advertí. –finalicé. Entonces corrí a Dave y Graham de mi lado, para poder irme.

Pero ellos no me detuvieron. 

¿Y también debo suponer que esto era el final de nuestra amistad?

(…)

Los meses habían pasado. No había visto a los chicos, ninguna vez. Sin mencionar que omitía ver la televisión. 

Me nombraban en esos programas imbéciles, diciendo cosas que jamás había hecho o dicho. Como que salí con Brett antes de que me hiciera famosa.

¡¿QUE CLASE DE MIERDA ES ESA?!

Cada día que me iba volviendo más conocida, era otro día de escuchar de mi cosas que ni siquiera yo sabía que había hecho. Era un total infierno pero, el lado bueno, es que podía disfrutar de lo que hacía, hago.

Me encontraba en mi casa, escribiendo en una libreta, frases. Cosas que tal vez use en alguna canción.

¿Recuerdan que hace segundos dije que no quería ver la televisión? 

Bueno, eso es justo lo que iba hacer, ver televisión ¿por qué? Cuando estás aburrida y no tienes nada que hacer, la televisión está ahí para pudrirte el cerebro y llenarte de información innecesaria. Como prenderla y lo primero que vez es a Blur siendo entrevistados.

Extrañamente yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora