Capítulo 2

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Quince minutos después por fin hemos saludado a todo el mundo y nos dejan entrar en casa, mi hermano ya ha conseguido su primer amigo y corre por toda la casa con el hijo de un hermano de papá. Yo me siento junto a mi abuela que no para de escudriñarme a preguntas y a repetirme lo guapa que estoy mientras todos los demás solo ríen y hablan con mi padre o entre ellos mientras preparan la comida.

-Ya verás que bien vas a estar aquí cariño, hacia mucho que no te veía, desde que eras así.- Coloca su mano a una pequeña distancia del suelo y yo solo asiento con una sonrisa, miro hacia mi padre que me devuelve la mirada con una sonrisa y me guiña el ojo.

-Mamá, deje ya a la muchacha, la esta mareando.- Otra hermana de papá, está un poco más joven que Erika se acerca a mí, creo recordar que se llama Judit.- Mi hijo no ha venido hoy por los estudios pero tiene la misma edad que tu.

Asiento y le sonrío intentando no parecer antipática. No es que no me caigan bien, pero es que no sé qué decir, estoy en shock.

-Se llama Thomas, cuando os vayamos a visitar a vuestra nueva casa lo llevaré para que lo conozcas, así al menos conocerás a alguien de tu edad por aquí.

-Gracias.- Ella me guiña un ojo y se levanta volviendo a la cocina y dejándome otra vez sola con mi abuela que vuelve a hablarme como un loro.

Horas después terminamos de comer y de escuchar los chistes del marido de Erika. Mi padre me miraba con pena cada vez que contaba uno y yo solo sonreía y volvía a beber agua.

Nos despedimos de todos y prometemos volver durante la semana, ahora que estamos aquí, mi padre quiere disfrutar de su familia y no lo culpo, pero tendré que comenzar a buscar excusas para no volver a sufrir los chistes de John, el marido de Erika.

Ya casi anochece cuando paramos frente a una casa color verde con la misma estructura que la de mi abuela pero algo más pequeña, junto a esta otras casas idénticas pero de otros colores y separadas por vallas en los jardines me hace sonreír. Son como imaginé.

-¿Te gusta?- Miro a mi padre aun sonriendo y asiento.

-Es genial.- Miro todo el vecindario en donde todas las casas ya tienen las luces encendidas, veo pocas personas paseando a sus perros o corriendo. Parece un barrio tranquilo.

-Pues vamos, hay que bajar las maletas.- Asiento y en los siguientes veinte minutos ayudo a mi padre y a mi tia a bajar todas las maletas y cajas y colocarlas dentro de la casa.

Cuando terminamos nos despedimos de Erika y entramos en la casa, mi padre enciende todas las luces y por fin puedo verla bien por dentro . Es espaciosa pero algo triste ya que es como un cascarón vacío y blanco. Mi padre se acerca a mí y me abraza.

-Mañana llegarán los muebles y lo convertiremos en un hogar.- Asiento y abrazo a mi hermano cuando este se une a nosotros.

Paso casi toda la noche ayudando a mi padre a desembalar las cajas y a colocar cada maleta en su habitación. En la casa hay tres habitaciones y tres baños, las habitaciones están en el segundo piso y los baños, uno en la habitación de mi padre, otro en medio de la planta y otro en la primera planta. La cocina por su parte, es enorme y me alegro al ver que esta si está completamente amueblada.

Cuando terminamos de colocar todo lo que podemos miro la casa y sonrío, esta toda llena de cajas que no hemos podido colocar ya que no tenemos los muebles pero ya no parece tan triste. Cuando es la hora de cenar dejo a mi padre y a mi hermano jugando en el jardín y yo me dispongo a dar una vuelta y a comprar algo. Me coloco un abrigo verde y unas vans negras, cojo mi bolso y salgo de la casa despidiéndome de mi padre y prometiéndole a mi hermano que traeré algo rico para cenar.

Dark (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora