Capítulo 30

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-Nena venga, perdóname.- Miro a Devon por encima de mis gafas de sol y me contengo para no reír y tirarme a sus brazos como tanto  deseo.

-Que no Devon, que me he enfadado.

¿Enfadada?, pues claro que no lo estaba, si algo sabía a ciencia cierta es que mi flor de loto no me engañaría con otra chica, como siempre digo los ojos son libres y mirar... miramos todos, pero hasta ahí llegaba.

Cuando Devon nos invitó a mi prima, Dani y a mi a su piscina no me opuse, deseaba ver a mi hermoso novio con unas bermudas bajo el sol y porque no, que él también me viera, mentiría si dijera que no me gusta sentirme deseada por él y con el bikini que me ayudo a elegir mi prima estaba segura que no podría apartar los ojos de mi, y así fue.

Toda la broma había comenzado cuando Deborah se había integrado y no sé, ni como había salido el tema de nuestros atributos y todos estuvieron de acuerdo en que Deborah tenía muchas más "posaderas", como dijeron ellos para suavizar el golpe, que yo, y Devon había asentido divertido, lo que no se esperaba es que todos nos percatáramos de ese gesto mínimo y a los chicos les diera por meter fuego y a mi por seguirles el rollo.

-Nena, tu sabes que el único culo que me gusta es el tuyo, si quieres te lo demuestro ahora mismo.- Coloca sus manos frente a su cara como si rezara.

Me quedo mirándolo unos segundos hasta que no puedo más y comienzo a reír como una loca. Veo poco a poco como su cara se va volviendo de el arrepentimiento, al desconcierto total y por último a un gesto de picardía. Mierda.

-Oh nena, esto será una venganza muy dulce.- Sonríe enseñándome su perfecta dentadura pero me doy cuenta de un pequeño corte en su labio. Alec y sus juegos brutos, no es la primera vez que lo tiene.

No me da tiempo a pensar en nada más, Devon me carga en su hombro y comienza a caminar conmigo encima hacia la casa mientras todos los demás gritan improperios y Luca le tapa los oídos a mi pequeño y dulce hermano.

-Cariño, voy a comenzar a pensar que te gusta tenerme encima.- Intento hablar con fluidez aunque con cada paso que damos mi risa aumenta y cuando llegamos a las escaleras me muerdo yo sola. Perfecto Katherine, eres muy lista.

-Oh nena, te equivocas en algo.- Abre la puerta de su habitación y me tira en la cama haciéndome reír aun más.- A mi me gusta tenerte de todas las posiciones posibles.

Sonrío como una tonta y me levanto para besar a mi flor de loto.

Él me devuelve el beso con gusto y gruñe cuando le aprieto la notable erección que se le va formando, sigo jugando con él, me gusta tener el control sobre él y sobre su cuerpo, pero no me dura mucho el jueguesito, cuando me doy cuenta me tiene acostaba boca abajo agarrándome las manos con una de las suyas y acariciándome el cuerpo con la otra.

-Toda tú me encantas pequeña, que no se te olvide.- Suspiro excitada y asiento como un resorte.

Ahora mismo mi cerebro solo funciona para Devon, mi cuerpo y alma son suyos.

-Vamos a jugar un poco.- Me susurra al oído y mi cuerpo reacciona cuando siento su mano chocar contra mi nalga.

Un azote y luego me acaricia la zona, no me da tiempo a pensar cuando recibo otro azote en mi otra nalga, y como la vez anterior, después una caricia. Mis gemidos se hacen más altos a medida que sus azotes aumentan la fuerza pero nunca llegando al dolor extremo, esto me encendía como una mecha mojada en gasolina, como siempre Devon sabía como calentar mi cuerpo y esta vez lo estaba llevando a otro nivel.

-¿Te gusta pequeña?- Asiento con los ojos cerrados. No lo veo, pero estoy segura que en su rostro hay dibujada una sonrisa picarona.

Había acertado.

Dark (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora