The Best (La Apuesta) Emilio Alexander Rodríguez & Karen Elena Pujors

Capitulo 2

-Señorita Pujors no está poniendo atención ¿Primer día de clases y comenzamos con distracciones?
-Ah...
-¿O quiere acompañar a el Sr. Rodríguez ? -Respondió alzando una mano a la salida.
-Ohm... no, perdone Mr. John no pasara de Nuevo. -Aunque si quisiera. - Reí ante ello.

-Terminen de anotar lo de la pizarra y podrán salir. -Dijo el profesor mientras caminaba para la salida y se iba.

Tome mi lápiz que permanecía a un lado de mi cuaderno para que no fuera a caerse y dispuse a escribir mi nombre en la parte superior.
No terminaba de escribir la inicial de mi nombre, cuando sentí unos bruscos golpecitos en mi hombro izquierdo.
Deje de escribir y me gire para ver quien osaba en interrumpir mi primera tarea del día o, mejor dicho, la primera tarea de mi nueva vida.
Hola... -Mire hacia mi izquierda y era la chica de cabello negro sonriéndome.
Hola... -Le devolví la sonrisa.
-A sí que te llamas Karen
-¿Como sabes mi nombre? -Levante una ceja.
-Creo que lo escuche del profesor. -Se echo a reír.
-A cierto... tu eres...
-Nathaly , Nathaly Scott. -Interrumpió levantando una mano.
Ambas la estrechamos.
-Un gusto Nathaly.
-¿Es guapo el tal Rodríguez verdad?
-¿Quien? Alexander Rodríguez -Pregunté desviando la mirada.
el que no le permitió la entrada el profe.
Ella intento llamar mi atención balanceando sus brazos en la butaca.
-Am... ah... Si creo que sí, es algo guapo.
-¿Algo guapo? -Pregunto con incredulidad.
-Dios Karen es el más popular de toda la escuela, casi todo el salón sienten que tenemos la suerte de tenerlo en nuestras clases. Es como si fuera el único perfecto y la creación de dios que puede existir.
-Oye tampoco exageres. -Ambas reímos.
-Es la verdad es demasiada belleza en un humano, que envidia para los demás.
Pero eso si no pierdas tu tiempo chiquilla.
El es inalcanzable y es un cabron, anda chica tras chica. -Dijo levantando su dedo índice en señal de advertencia.
-No pienso perderlo, estoy muy bien así.
Negando con mi cabeza mientras jugueteaba con el lápiz.
Mis recuerdos fueron interrumpidos por el sonido de mi celular... Salí de ellos y vi como brillaba la pantalla de mi cel. Sin mirar el número conteste rápidamente.
¿Hola? -Conteste rápido.-¿Karen?
-¿Quién habla? -Como no podría saber quién era, era...
-¿Como que quién habla? -Me interrumpió aquella voz.
-Soy Nathaly, bruta. -Nathaly, mi mejor amiga de siempre, con ella me entiendo totalmente, siempre nos contamos nuestras cosas sean estúpidas o no con ella me divierto, me entiendo, me expreso tal y como soy, sin importarme si suene ridículo o no, nos confiamos plenamente.
-Babosa obvio ya lo sé, que pasa, ¿como estas?
Conteste sonriendo.
-¿Qué no puedo saludar a mi hermanita querida? -Nunca suene extraño llamarme hermana, porque en realidad la siento como mi hermana.
- ¿A quién crees que me encontré en la calle Karen ? -Dijo Nathaly con ansias.
-¿Hmm a quien? Pregunte con un hilo de voz.
-¡rodríguez !, rodríguez y su puta novia. -Aquellas palabras entraron en mis oídos odiando escucharlas, y mil puñadas en mi corazón surgieron de repente.
-¿Ah sí? -Conteste seria.
-Vamos Karen , no actúes como si no te importara, tu y yo sabemos que sigues enamorada de ese tipejo, no sé que le miras, es guapo el tío, pero es un cabron, solo juega contigo pidiéndote tareas y no sé que cuanta cosa y tu de toooonta... accediendo.
Si supieras estaban comiéndose por las calles, la zorra de Lorena no lo dejaba en paz ni un segundo, se le nota lo putis que es.
-Karen, ¿eres mi amiga? Porque si lo eres no entiendo porque me cuentas todo esto, sabes que me duele. -Reclame.
-¿Disculpa?... ¡Karen yo te quiero!, y si te digo esto es porque me importas, me preocupas e intento abrirte los ojos, que ese idiota no te trae nada bueno, que te des cuenta lo puto que es y solo juega contigo, entiéndelo!
-¿Karen? ¿A un no te has dormido? ¡Cuelga de inmediatamente ese aparato y vete a dormir! -Dijo mi papá encendido con furia.
-¡Si papá ya voy, ya voy! -Conteste mientras mi papa se alejaba de mi habitación. -Joder.
-Nathaly, me tengo que ir mañana hablamos si buenas noches te quiero.
-Tu padre verdad... ja, ja bueno igual buenas noches, yo también te quiero.
-Si mi papá de histérico como siempre, bueno Adiós. Te quiero.
-Adiós Karen . -La línea se corto y me acomode en mi cama. Aquellas verdades de Nathaly... es que está en toda lo razón, el solo me usa para ayudarle con sus tareas, o sacarle en problemas todo aquello que se trate en el colegio, pero es tan difícil, su sensual mirada y penetrante que te hace que hagas cualquier cosa por él. Pero Nathaly no alcanza a comprender lo horriblemente que estoy enamorada de él. Prendí la música de mi celular y me puse los audífonos profundizándome en mi sueño.Pronto de nuevo aquellos recuerdos inundaron en mi cabeza.-¿Cuál es tu siguiente clase? -Pregunto ella mientras indagaba en la hoja que me entregaron en la dirección: Mis horarios y el número de mi locker.
-Ooh... Historia.
Ella surco su labio inferior con decepción- Lastima no estaremos juntas en esa clase.
-Lo sé: te acabo de conocer y ya te considero una amiga -Sonreí-
-Pero creo que estaremos juntas en las demás... -Ella analizaba la hoja-... ¿pero sabes algo? Al tal Rodríguez le toca esa clase. -Ella me dio una mirada pícara-
-¿Ah... enserio? -Conteste con una risa de incredulidad. -
-Sí, si -Sonrió- Bueno será mejor que busques tu locker de una vez antes de que suene el timbre.
-Sí, creo que tienes razón. Bueno nos vemos Nathaly, un gusto haberte conocido ¿eh?
-Igualmente nena.
Y no es que me hiciera solo ilusiones, se trataba de una conclusión de la que yo había llegado después de observar a Alexander detenidamente. Mi corazón se detuvo.
Salí desprevenidamente del aula intentando buscar mi locker que me asignaron.
Todos los nombres eran desconocidos lo que me apresuro seguir buscando hasta encontrar mi nombre.
"Karen Pujors Locker 18".
-Perfecto. - Comprobé la combinación de mi candado un par de veces, abriendo y cerrando la puerta de mi locker en cada ocasión, antes de sacar los demás libros para mi siguiente clase.
Saque un par de libros del locker y mi boca sostenía mi bolsa.
-Joder...
Me queje de lo pesado que estaban y hacer un esfuerzo en no provocar que se cayeran.
Cerré la puerta de mi locker girándome para seguir mi camino hacia la clase de Historia cuando un golpe duro cruzo en mis brazos provocando en tumbar todas mis cosas.
Me hinque al suelo para recoger todo lo que mis ojos miraban y percate unas manos masculinas.
-Permíteme ayudarte.
Mire en una fracción de segundo en saber quién era, mientras sus ojos penetraban en los míos. Primera vez que me atrevía a mirarlo con fervor, esos ojos cafés amiela dos y sus labios jodidamente perfectamente húmedos.
-Oh, yo... lo siento mucho. -tomando mis libros de parte de él acomodándolos en mi brazo pase mi cabello detrás de mi oreja.
-No lo sientas, fue mi culpa, lo siento.
El me sonrío sin despegar sus ojos de los míos.
-Soy Alexander rodríguez y creo que somos vecinos. -Contesto mientras pasaba una mano en su cuello.
-¿Vecinos? -Respondí confusa.
-¿Em... sí?
-Ah... sí vecinos, por los locker, si claro. -Me gire a dirección de mi locker, desviando la mirada con mis mejillas encendidas. -Tonta, tonta, tonta.
Me dije a mi misma, como no podría saber:
Estaré justo a un lado de él de su Locker.
-Yo soy Karen Pujors un gusto Alexander Sonreí- Joder su mirada matadora.
Quita las manos de encima de mi novio. -Soezmente escuche como una voz agudizaba mi oído. -Lorena no empieces.
Detrás de alexander, ella rozaba ambas manos en sus hombros hasta dar un beso en su mejilla, deslizando sus manos en su pecho hasta su cintura.
Mis ojos se pusieron como platos al escuchar ¿"novio"?
-¿Por qué? Cosita hermosa. -Alexander rodo sus ojos.
Y ella toco con su pulgar e índice la barbilla de Alexander acercándole a los labios de Lorena formando un beso.
Mi estomago se revolvió al quedar mirando eso.
Me rodee sobre mis talones y seguir con mi camino.
Cerré mis ojos con fuerza lamentando haber recordado eso. Saber que Alexander establece actualmente una relación con ella... que ya ha pasado más de un año desde mi primer día de clases y en cuanto menos lo espere mis ojos pesaron y cayeron rendidos en un sueño.