Cap-18

196 19 10
                                    



-Narras Karen-

Mis ojos se abren de golpe y se vuelven a cerrar en seguida. En mi mente recuerdo. Mi Dios. Vuelvo abrir los ojos y en mi derecha y a mi izquierda palmeo con mis manos debido a la oscuridad en ambos lados de la cama.
No está aquí. Anochecido totalmente, apoyo mi cabeza de nuevo en la almohada.
¿Donde estarás?
Su voz en mi oído con cada jadeo me erizaba la piel, no se me quito por nada del mundo esa canción de mi mente hasta cerrar mis ojos y quedar en su regazo.
Abro a regañadientes mis párpados pesados y la habitación obscura me pone de mal humor. Me siento aturdida, desconectada de las extremidades que siento como el plomo.
Quito la sabana de encima de mí mi cuerpo esta con calor...
Me estiro y saco mi celular de mi bolsillo para ver la hora. Joder son las 7:12 p.m. ¿Cuánto he dormido?

Enciendo la luz y me miro al espejo... muy, muy despeinada Karen.
Cepillo mi cabello y repaso una pequeña cantidad de mi loción en mi cabello para acomodarlo.
Salgo de la habitación con la certeza de encontrarme por ahí a Nathaly y como de costumbre estará con su novio. La cabaña esta en un silencio grato. Seguro la mayoría están dormidos.
Escucho un leve sonido de la televisión. Bajando las escaleras lentamente sin hacer ruido y las luces están apagas excepto el televisor. Chaz dormido en el sofá ¿y los demás? Seguro en sus habitaciones.
Me acerco a la T.V. y la apago.
Me dirijo al refrigerador, mis tripas gruñen. Saco un jamón. Mmm lo relleno de crema y me lo como disfrutada mente. Un poco de jugo de naranja. ¿Se puede estar la noche de lo más aburrido?
Me siento en el sofá rezando en no despertar a Chaz, su cabeza se apoya en el cojín y su brazo tapando sus ojos con sus pies bien estirados.
¿Dónde estará el señor gruñón bipolar y más voluble que conozco? Cierro mis ojos al recordad todo lo que paso hoy. Maldita sea es lunes, llevamos solo 3 jodidas días aquí y todo lo que ha pasado... juro que no me la creo.
Me levanto paseándome inconscientemente de lo que hago, sigo pensando en él. Sus besos han marcado en mi piel como un tatuaje, no los puedo olvidar, su sabor... ¿Por qué lo ha hecho? ¿Por qué me ha besado?

Me dan las intensas ganas de recorrer toda la cabaña. No he visto completamente todo el lugar. Un buen recorrido sería bien para conocerla estas últimas 12 días que me quedan.

Abro una puerta desconocida hacia más el fondo me imagino que es ¿un salón de biblioteca? O de que será, no puede ser una habitación, si las habitaciones están arriba.
Entro en esta habitación
obscura, busco el interruptor y lo enciendo.
Wow. Un salón para jugar billar. Las paredes son de color rojo, tiene cuadros de deportistas y también gente de los años 60 en blanco y negro jugando billar. En el centro se encuentra una mesa verde como de costumbre, en los arcos están los tacos y en otra repisa las
tizas.
Una televisión pantalla plana en la repisa de arriba y dos asientos negros que hacen juego con las paredes. Las bolas se encuentran en el centro con el triangulo.
Bueno ya que no hay nada que hacer...


Muevo las bolas dentro del triangulo varias veces acomodándolas y alejo el triangulo a un lado. Acomodo la bola negra alejada de las otras.
Tomando un taco para llenarlo de la mayor tiza posible, regreso a una posición. No soy tan buena en esto pero intentaremos quitar el aburrimiento.
Apunto a la bola negra y hundo el taco hacia delante haciendo que las bolas chocaran entre sí. Uh, que mal, no anote ninguna.

Vuelvo hacer el intento la bola negra para apuntarla hacia la bola roja número seis.
Nada, no volví atinarle.
Intento darle una última oportunidad a estas bolas que me comienzan a poner de mal humor. Cuando estaba a punto de hundir el taco, mi celular comenzó a vibrar. Oh un mensaje.
Deslizo mi celular de mi short y para mi jodida impresión, mierda, mierda es Alexander. Me emociono como una niña de 6 años ansiosa por que recibió un juguete.
Ya tranquila... respiro profundo y abro el mensaje.

De: Alexander
Para: +507-512-5421
02-05-2016 12:45 a.m.

¿Donde estas? Fui a buscarte a tu habitación y no estabas.

Joder mi corazón empieza a palpitar a miles de veces por segundo. Torpemente me apresuro a contestar el mensaje.
No mejor espero unos minutos no quiero parecer emocionada o algo...
Me espero cinco minutos y escribo el mensaje

Para: Alexander
02-05-2016 1:00 a.m.

Estoy en la sala de juegos, billar.

Presiono rápido enviar, espero, espero... joder no se envía. <Fallo enviar el mensaje>
¡No! Intento de nuevo: <Fallo enviar el mensaje>
Maldita sea, seguro ya no tengo crédito. Bueno si tanto le importo o tanto quiere encontrarme que me busque.

-Narra Alexander-

-¿Has visto a Karen? –Pregunto a Josue mientras nos dirigimos a la entrada. El niega con su cabeza.
-¿Por, pasa algo?
-No, es que... me entere de algo que no me esperaba.
-Que cosa... –Josue me dice mientras me detengo haciendo que el también lo haga.
-Sus papás.
-¿Que tienen sus papás? –Vuelvo a negar con mi cabeza desentendido frunciendo el ceño.
-La mama y hermano de Karen...fallecieron... en un accidente. –Susurro.
Josue ladea la cabeza arrugando su frente.
-¿En serio? –Alza sus cejas.
Asiento con mi voz. Pongo mis manos en mi cadera y paso una lengua por mis labios.

-Creo que fue buena idea deja a un lado lo de... ya sabes.
-Que lastima. –Surca su labio a un lado.
-Olvidemos eso. Mejor cuéntame que tal tu tarde, yo estaba casi todo el día con Nathaly por ahí...
-¿Por ahí? –Le lanzo una mirada juguetona.
-Tal vez. Pero después la note rara y dijo que se iría con Amber, no se para que. –Suelta una risita.
-Bueno pues adivina quién me llamo hoy.

-¿Alguien importante? ¿El presidente Obama?
-¡Ya! No idiota... –Frunzo el ceño– Me llamo... Jessica.
-Wow, ¿en serio? –Josue abre los ojos como platos. – ¿Y qué te ha dicho?
-Que quería verme. –Deslizo mis manos en mis bolsillos mientras mi zapato juega con el suelo.
Pronto siento un pequeño pellizco en brazo. Corro mis ojos a Nathaly que va entrando a la hacia la entrada principal.
-Pero no entiendo, porque te llamo, ustedes... ya terminaron hace mucho.
-Men, luego te cuento tengo que hacer unas cosas. –Contesto mientras doy una palmada en su espalda y entro a la cabaña.


-Narras Karen-

Han pasado como 10 minutos y Alexander no me ha encontrado ¡Ja! Ni modo. Vuelvo acomodar la bola negra e intento una última vez.
Apoyo mi vientre en la mesa agacho mi cuerpo y me concentro en tirar la bola negra con la roja, ¿será esa la indicada? O ¿anoto el otro color azul?


A punto de hundir el taco, unos dedos me acarician mi cadera hasta envolverme en sus brazos detrás de mí, mi espalda en su pecho muy apretado. Abro mis ojos como platos y después me relajo sin mirarlo. Sintiendo su aliento en mi oreja y luego respirando mi cabello. Sus manos recorren mis brazos hasta llegar en mis manos que están sosteniendo el taco. Su cuerpo de agacha junto a mío.
Santísima virgen, está detrás de mí.
-Apuntas aquí... –él alza el taco hacia atrás–...Y hundes hacia la bola azul– Me susurra mientras tira las bolas haciendo anotar 4 bolas al mismo tiempo.

Suelto un pequeño jadeo y me voltea con sus manos mi cuerpo para estar frente a frente.
-Hola –Sonríe sin mostrar sus dientes.
-Hola –Digo del mismo tono mientras agacho mi cabeza un poco mordiendo mi labio inferior.
Inesperadamente Alexander me carga lo más rápido haciendo que me siente en la mesa del billar. Abro mi boca y me vuelve a sonreír.
Dios ¿por qué haces esto Alexander? Será que sientes algo... ¡No! Tú nunca sentirías nada por mí.
-¿Por qué siempre te sonrojas, Karen? –alexander me mira a los ojos atentos.
Niego con mi cabeza frunciendo el ceño. El parece divertido.
-Bueno –Alexander se hace un poco hacia atrás, mira su celular y después lo regresa a su Bolcillo.
Se vuelve a mí mientras mis piernas entre abiertas, el entra en ellas y toma mis muñecas que están apoyadas en la mesa.
-Te tengo una sorpresa. –Alexander me mira como esperando una reacción mía.
¡Dios mío! ¿Una sorpresa?
-¿Sorpresa? ¿Qué clase de sorpresa? –Susurro. Alexander alza sus ambas cejas
-Ya verás, ahora vuelvo. Quédate aquí. – Asiento con mi cabeza. El abandona la habitación y me quedo esperando sentada en la mesa.
Joder, una sorpresa ¿Qué clase de sorpresa? Mi corazón empieza a palpitar cada vez más fuerte. Cerrando los ojos, créelo Karen , esto es lo más lindo por ahora que he experimentado de Alexander, ¿por qué tanto su cambio de trato hacia mí? ¿Qué es lo que hace que sea diferente conmigo? Hasta hace unos ratos atrás lo único que era, era ignorarme. Como estoy tan segura que realmente está dispuesto a darme una sorpresa, espero no se moleste mucho. Digo no soy la gran cosa, el es perfecto. 

The Best (La Apuesta) Emilio Alexander Rodríguez & Karen Elena PujorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora