Cap-17

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-Narras Karen-

Presionando la pasta de dientes hacia mi cepillo, lave mis dientes meticulosamente dos veces. Enjuagándome me miro al espejo hechizada por sus besos cálidos. Cierro mis ojos.
Saboreo con mi lengua mis labios, y saber que de nuevo han sido tocados por él.
Dios mío. De nuevo ha pasado. Abro los ojos mirándome con una sonrisa estúpida. Mi autoestima ahora es poderosa, que ahora puedo conquistar lo que quiero. Lo que deseo.
¿Y si llego la hora de cambiar lo que debo de ser ahora?
Recuerdo las palabras que una vez me dijo mi mamá. No dejes que ningún hombre te cambie. Sé cómo eres, no necesariamente tienes que ser otra para agradarle a alguien o gustarle.
Tal vez no hace daño ser otra, aunque sea un poco diferente.

Decidida abro mi maleta y revisar los varios modelitos que compramos el otro día nathaly y yo. Sacando un short de mezclilla corto color rosado fosforescente claro pero tampoco colorido con estoperoles en la izquierda acomodadamente hermosa. Una blusa blanca flojita y pegada a la vez arriba de mi ombligo y a los alrededores con encaje y un poco de piedritas.
Hola... saludo a mi piercing que aún sigue ahí cómodo en mi ombligo. Y unos zapatos de piso.

Terminando de vestirme, me acerque al vestidor. Me veo... woow... pero aún falta algo más.
Enciendo la plancha de Nathaly espero 30 segundos asegurándome de que esté lista para usarla dando leves toquecitos amarro mi cabello con una liga partes por partes para planchar bien mi cabello, pedazo por pedazo.
Terminando cepillo mí cabello por encima para acomodarlo... y listo, mi cabello liso y manejable con volumen.
Usando un poco de cosméticos que compre, una perfecta mascara enchinaron mis pestañas. Y una leve cantidad de gloss en mis labios aplique.

Acercándome de nuevo al tocador tomo un poco de mi loción colocando en mis manos esparciéndola en todo mi cuelo y cuerpo.

-Narra Alexander-

Sentándome en el sofá más cómodo estiré mis pies recostándome mientras cerraba mis ojos.
¿Qué me has hecho? Porque me obligue a besarte de nuevo. Sé muy bien sobre la apuesta está avanzando todo muy bien. Pero esto comienza a hartarme. ¿En serio a Josué se le ocurrió una apuesta? Muy en el fondo esto es realmente ESTUPIDO. Es muy infantil jugar así. Tendré que cancelar la apuesta. No quiero hacer esto. Es absurdo, una idiotez. Será mejor que olvide todo este rollo con ella. En realidad no quiero lastimarla, sería un imbécil después de todo lo que le he hecho. A veces quisiera recompensarlo, pero estoy confundiendo las cosas. Si en verdad quiero recompensar el "daño que le hice" debo hacerlo con las cosas en claro, maduramente. No ilusionarla con amor.
¿Entonces porque sigo besándola? ¿Por la apuesta? Haha pero si cuando la besaba no pensaba en la jodida apuesta. Pensaba en ella, en besar sus labios una jodida vez.
Levantándome pasé ambas manos por mi cabello caminando de un lado a otro por la sala. Dos manos, eso es doble exasperación. Un control sólido.

-¿De nuevo de mal humor cabron? –Josué hablo detrás de mí. Rodeándome para mirarlo de frente.
-¿Qué piensas men? –Contestó.
-Estoy pensando en Karen.
-¿Ah? Que te hiso ahora. –
Fruncí mi ceño a él.
-Nada. Estado pensando toda la mañana... y quiero cancelar la apuesta. –Susurro mirando a mi alrededor que nadie esté a nuestro alcance.
-¿y eso por qué? ¿Se te hiso difícil? –Josue se burlo.
-NO. Es muy estúpido Josue. Es muy infantil. Solo a nosotros se nos pudo haber ocurrido tan grande barbaridad, parece un juego de secundaria idiota. –El cruzo sus brazos y apoyando una mano en su mentón pensando.
-Tienes razón. Es muy estúpido en serio –El negó con su cabeza riéndose. –Bueno, cancélalo. ¿Pero ya es demasiado tarde no?
-¿Por qué lo dices? –Fruncí confundido.
-¿Cuántas veces la has besado?
-Tres.
El volvió a pensar un buen rato.
-¿No crees que ya esta ilusionada?
-Pero ni siquiera está enamorada de mí... ¿o sí? –Pongo mis ojos en blanco
-No sé men... tu solo debes de saber en la manera que sientes sus besos.
-¿Josué Jiménez  hablándome de amor? –Lo mire al mismo tiempo lanzándole una carcajada.
-Hijo de puta, solo trato ayudarte –Gruñó.
-¿Entonces? –Pregunte.
-¿Entonces qué? Pues cancélalo, ya. O al menos que esta noche te la folles. –Se volvió a reír.
Niego con mi cabeza apretando mi tabique con mis dedos.

The Best (La Apuesta) Emilio Alexander Rodríguez & Karen Elena PujorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora