-Narras Karen-
A pesar del viento frio y fresco, haciendo movimiento en mi cabello un poco... tengo calor. Y es el calor que desprende Alex.
Sus brazos siguen sujetándome, tengo mi cara muy pegada a él, siento un aire recorrer por mi espina dorsal como de costumbre, al sentir su taco en mi piel... en mi espalda. Sus manos cálidas se ocupan de mí.
Su mirada en mis labios y después, corren a mis ojos, están confundidos, inexpresivos, eso me asusta, su mirada cambio y sus sonrisa desapareció.
Cierra un poco sus ojos arrugando su frente, mueve su cara, pareciera como si intentara besarme pero algo en el no lo deja, para después esconder su cara en mi oreja. Y después vuelve a como estaba.-¿Qué ocurre? –Pregunto.
Su cuerpo se ablanda, haciéndome pensar que dejemos de estar en esta posición. El me suelta, camina y me hace avanzar con su mano derecha en mi espalda. Él no dice nada y yo lo sigo.
-Nada, vamos –Por fin habla. Ahora la confundida soy yo.
Comienzo a sospechar que realmente quería decirme algo, no tengo miedo de pensar que piense que se arrepintió, claro que lo hizo, pero no estoy segura de que era, a veces no lo entiendo, me confunde, lo que desearía saber lo que piensa.Insistir, pero no quiero desesperarlo, si no quiere decir algo, no lo obligare. Ya lo conozco, odia ser cuestionado. Llegamos a una caseta en el aire libre, a unos pocos metros de donde estábamos. Nos atiende una joven rubia con un uniforme azul y con su gafete de nombre María.
Miro dentro para encontrar alguna señal de donde se supone que estábamos, pero no encuentro evidencia alguna.-Buenas tardes, ¿solo ustedes dos? –Dice la señorita rubia. –Alex asiente, mientras me jala hacia rodeándome la cintura con su brazo. Amo cuando hace eso joder...-La chica recorta dos pulseras de plástico color naranja. Hace una señal para estirar mi mano y ponérmela, después recortar lo sobrante.
Luego hace lo mismo con Alex. La pulsera sigue sin revelar nada, solo el nombre del bosque.-Muy bien. –Dice María– Son 225 por persona, por los dos $450 dólares, por favor. – ¿Qué?¿Donde se supone que estamos y por que paga tanto dinero? Bien, no es demasiado... ¿pero que es este lugar tan caro?
Alex saca su cartera y entrega los billetes a la chica.
-Alex... –susurro con el intentando decir lo que no es necesario pagar, donde sea que estemos.
-Shht...tranquila he. –El vuelve apegarme a él como si fuera algo Dios.. y me guiña el ojo. –Yo solo consigo morderme el labio inferior.Me siento como si me aventaran en un Bunge, desde la cima de la montaña y apunto de estrellarse.-Ves esa colina? –Dice Alex apuntando a unos metros de al frente de nosotros. Yo asiento.
-Tendremos que subir como dos para llegar. –Sonríe.
-¿Donde estamos Alexander?
-Ya lo sabrás, no desesperes.
-Que tanto drama, solo dilo.
-¿Realmente quieres saberlo? –El alza una ceja junto con una mirada... no puedocontener mi mirada fija en sus ojos, son tan poderosos que intimidan.
-Si...
-Entonces sujétate –Alex se alarma asústenme, se pone en cuclillas, jalado mi cuerpo y subirme encima de su espalda, automáticamente se lo que hace y me pongo a horcajadas de él, sujetándome de sus hombros.
-¡Alex! –El intenta correr, me rio.
-Se que no podrás ni subir la mitad de la colina cargándome.
-Haha, ¿quieres apostar? –Alex me baja para mirarlo, frente a frente...
-¡Aha! , si yo gano, me dirás... desde la primera colina, quiero saberlo ya.
-Bien...–Interrumpe– Y si yo gano... –menea sus cejas– si yo gano –Acerca un paso... –Si yo gano– Se forma una sonrisa en su cara y acerca su dedo índice en mis labios –Estos labios serán probados por mí de nuevo. –Dice sobando mi labio con su dedo. Mierda, te jalare los cabellos Karen si te sonrojas ahora mismo, digo para mí mismo.
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The Best (La Apuesta) Emilio Alexander Rodríguez & Karen Elena Pujors
Ficção Adolescente¨hice esa apuesta antes de conocerte...... antes de conocerme¨. ¿Alguna vez en tu vida, te has llegado enamorar de alguien que rara vez se acuerda de ti ? ¿Te has puesto a pensar si en realidad le gustas? O ¿realmente puede llegar a quererte de la m...