Sin limites

3:Gritos

Luego de despedirme me fuí sola a casa... Toda mi vida parecía derrumbarse, pero aún no venía lo peor.

-Hola mamá.-

-Hola hija.-Respondió con una sonrisa falsa.

Preferí dejarla e irme a mi habitación, solo necesitaba dormir...

***
Unos fuertes gritos interrumpieron mi sueño a mitad de la noche... Media dormida, media despierta, intenté prestar atención a lo que los gritos decían y de donde venían.

Quien me esperaba: Pablo.
Los gritos venían desde la habitación de mi madre, es decir, traspasando: la pared, La sala de estar, la pared, el baño, la pared, y llegar a mi pieza, así de fuertes eran los gritos de el idiota de Pablo, pero eso no era lo peor, si no lo que decía.

-¡Si no te sacas la polera no duermes aquí!.

Ni que fuera su casa hijo de perra.

-Pero Pablo, no quiero hacerlo, ¡estoy cansada!.-Los sollozos de mi madre me hacían sentir sola y sin protección.

De partida, se supone que las madres están para ayudar a sus hijas, hacerlas sentirse protegidas, quitarles el miedo, levantarlas... Y esta haciendo todo lo contrario... No es su culpa, tiene miedo, pero... ¿Y yo?

-Stella no me hagas golpearte denuevo, ahora ¡SÁCATE LA MALDITA POLERA!.-

-¡Esta bien, esta bien! ¡Lo haré! Pero porfavor no grites más, Laura te escuchará.-Estaba asustada, y se notaba, mi padrastro la maltrata y me vengo a enterar a los 11 meses de casados.
Los ruidos cesaron... Y las lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos... Como es que tu vida puede comenzar a desmoronarse así de rápido, me sentía sola, si, tengo amigos, pero estoy encerrada en mi habitación, sola, sabiendo que a 3 habitaciones estaba mi madre siendo maltratada por un maldito enfermo.

Lloré y lloré... Hasta quedarme dormida, descansando, Al Menos por un poco, de la mierda que me rodea.

***

En el instituto traté de actuar lo más normal posible, esta vez estaba dispuesta a fingir para no preocupar a mis amigos, Además, ellos no tocaban el tema de pablo, pues sabrían que me podrían incomodar o hacerme recordarlo.