Tres

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Harry, Hermione, Ron y yo guardamos nuestras valijas en el tren y subimos al vagón.

–¿Ginny no vendrá con nosotros —preguntó Harry y yo le eche una mirada fugaz tratando de disimular mi risa.

—No, creo que se irá con ese estúpido con el que sale —respondió Ron algo enojado.

—Ron, no seas así —le reprochó Hermione—. No puedes odiarlo sin razón, solo porque sale con tu hermana. ¿Qué harías si ella hace lo mismo cuando salgas con alguna chica?

—Pero yo no salgo con nadie —bufó él.

Ella dejó de hablar, estremecida.
Era evidente que Hermione sentía algo por Ron. Harry intento no reírse e iba a decir algo pero justo la señora del carrito que vende dulces en el expreso de Howgarts, entró a nuestro aparcamiento.

—¿Ranas de chocolate? ¿Grageas de sabores? ¿O algún otro caramelo? —ofreció muy amable—. Todo esta muy barato.

Mi estomago retumbaba del hambre.

—Oh, yo quiero unas ranas de chocolate —dije sonriendo—. Pero iré a buscar mi dinero, lo dejé en la valija. En seguida regreso.

—Oh no, no te preocupes. Yo lo pago —dijo Harry sacando galeones del bolsillo.

Lo fulminé con la mirada.

—Iré por mi dinero —Insistí y salí del aparcamiento.

Mientras buscaba los galeones me encontré con Luna, una chica muy agradable de Ravenclaw, tenía unos anteojos muy sublimes. Me miró detenidamente y dijo:

—Me gusta tu cabello —lo acarició con sus manos–. Está más largo que el año pasado.

—Gracias —sonreí.

—¿Cómo estás, Isa? Siento mucho lo de tu papá —replicó con tono de tristeza e inocencia.

—Oh —miré el suelo y luego a ella—. Estoy bien, gracias por preguntar Luna.

—Tus pupilas te delatan —dijo ella sonriendo—. No importa si no me quieres decir la verdad, supongo que te entiendo.

Paso por mi lado dando saltos consecutivos y se detuvo. Volvió a mirarme y gritó:

-¡Ten un lindo día!

Esa chica de verdad le faltaba un tornillo, pero era muy tierna y agradable.

Luego de sacar los galeones, cerré mi valija y la dejé en su lugar me giré rápidamente para volver donde la señora del carrito y comprarle las ranas de chocolate, en serio moría de hambre.

Caminé muy rápido hacia el lugar de Gryffindor, y sin darme cuenta, me estrellé con alguien que iba hacia el lado de Slytherin.

Draco Malfoy.

Su mirada penetrante y fría me observó muy detenidamente.

Pensé en decirle que se fijara por donde camina, para que no choqué con la gente, pero era yo la que estaba corriendo por el tren como loca, así que no lo hice.

No dije nada.

Luego pensé que sería mejor saludarlo.

Luchando contra la corriente [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora