Luchando contra la corriente [Draco Malfoy]

Veintinueve

Desperté con la cara un poco mojada, seguramente el sueño me hizo llorar en la vida real.

Me levanté al baño para lavarme un poco la cara, y cuando volvía a mi dormitorio para seguir durmiendo (y quizá volver a soñar con Sirius), me encontré con Snape.
¡Yei!
¡Yupi!
(Noten mi sarcasmo, por favor)

—Señorita Black —habló con determinación—. Tenemos una conversación pendiente.

—¿De qué habla, profesor? —me hice la desentendida.

—Su cercanía con el señor Malfoy.

—¿Cercanía? —Encarné una ceja.

—Por favor Isabella. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que ustedes tienen una relación estrecha.

Mi explosiva y compulsiva mente hubiera querido gritarle en todo el rostro «¿y qué demonios le importa a usted? ahora lárguese de mi camino que quiero regresar a la puta cama para seguir durmiendo y soñando cosas que jamás pasarán» Pero guardé mi compostura y sólo me limité a decir:

—Con todo respeto profesor Snape, no creo que sea de su inconveniencia.

—Te equivocas, Isabella. No tienes ni la menor idea...

Snape dejó de balbucear y quedó mirando perplejo la ventana, yo hice lo mismo y quedé atónita.

¿La marca tenebrosa? ¿Acá? ¿En Hogwarts?

—¿Qué está ocurriendo? —fue lo único que se me ocurrió decir.

—Anda a tu habitación y no salgas —Ordenó Snape y justo después de que saliera corriendo a no sé dónde...

Escuché su voz.
Su horripilante voz.
Bellatrix.
Bellatrix estaba por alguna parte del castillo e iba a encontrarla.

Seguí a Snape lo más sigilosamente posible y me sorprendí al ver dónde entró.

Yo subí por la parte de arriba de la oficina de Dumbledore y me sorprendí más al ver la silueta de Draco.

¿Qué rayos hacía él ahí?
Me quedé dónde no podían verme.

—Muy ingenioso —reconocí la voz de Dumbledore—. Sin embargo... Perdóname, pero... ¿Dónde están? No veo que traigas refuerzos.

¿Le estaba hablando a Draco?

Realmente no entendía nada.

—Deben estar en camino, reuniéndose —contestó Draco con un cierto de temor pero muy seguro—. Yo me he adelantado porque tengo... Tengo que hacer un trabajo.

—Ya veo —respondió el director—. En ese caso, debes hacerlo, muchacho.

Cada vez escuchaba más alboroto abajo. Como si los mortifagos realmente estuvieran en Hogwarts. Me acerqué un poco más para poder ver con claridad. Draco estaba apuntando a Dumbledore con su varita y éste solo se quedaba quieto, incluso sonreía.

—Draco, Draco... tú no eres ningún asesino.

—¿¡Cómo lo sabe?! —noté lo alterado que se puso—. Usted no sabe de lo que soy capaz. Usted no sabe lo que he hecho.

¿Acaso ésta era la "misión" de Draco? ¿Asesinar a Dumbledore? ¿Para qué? ¿Y yo que se supone que debía hacer? ¿Intervenir? ¿Ir a buscar ayuda?

—Sí, sí lo sé —repuso Dumbledore con suavidad—. Estuviste a punto de matar a Katie Bell y a Ronald Weasley, y pasaste todo el año intentando matarme. Perdóname Draco, pienso que esas acciones fueron tan ineficientes y banales que no las hacías de corazón.

—¡Claro que sí! Y puede que haya pasado todo el año intentando matarlo, pero ésta noche...

Vi claramente como Draco ponía su brazo en posición firme como si fuera a lanzar un hechizo. ¿Por qué Dumbledore no hacía nada para detenerlo?

¿Draco realmente era capas de hacerle daño?

Impulsivamente saqué mi varita, salí de mi escondiste y me interpuse.

—¡Draco!

Quedó impactado, seguramente no se esperaba que yo apareciera ahí.

—¿Qué estás haciendo acá? —preguntó con tono un poco enojado y apuntó su varita hacía a mi. Noté que yo también hacía lo mismo pero no bajé la guardia.

—¿Qué estás haciendo tú? —le devolví la pregunta.

—Vamos a calmarnos un poco —habló Dumbledore y ésta vez Draco dirigió su varita hacía él—. Te entiendo muchacho, temes no actuar antes de que lleguen ellos...

—¡No tengo miedo! ¡Usted es quién debería tener miedo!

—¿Por qué iba a tenerlo? No creo que vayas a matarme, Draco. Matar no es tan fácil como creen los inocentes.

—¿Por qué está tan seguro? ¡Podría hacerlo ahora si quisiera!

Draco estaba temblado pero se veía decidido.

—No eres un asesino —hablé está vez para Draco, pero seguramente Dumbledore también escuchó.

—Tú no sabes lo que soy.

—Claro que sí —mi voz comenzaba a quebrarse—. Te conozco, Draco. Eres incapaz de matar a alguien.

—¿Eso crees? —me miró directamente a los ojos pero sin despegar la varita de Dumbledore—. ¿Crees qué no soy capas de hacerlo?

—Creo que eres más bueno de lo que piensas —aclaré—. Por eso no le harás nada.

—Draco... —Comenzó hablar Dumbledore y éste lo hizo callar.

Yo estaba segura que Draco era una buena persona, pero tenía muchas influencias y eso me hacía dudar mucho. Realmente no sabía qué pensar; me sentía un poco enojada y triste, pero más que eso... Sentía decepción.

•••
Decepción es la peor palabra Isa😞

Y YAAAAA SEEEEÉ, es muy cortito éste capítulo T_T; pero sólo quedan tres capítulos y los próximos sí serán largoooos❤️