Treinta y uno: Final parte I.

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Narra Draco Malfoy.

Nunca antes me había resultado el encantamiento Patronus.

Nunca antes había tenido un recuerdo poderoso o feliz.
Pero cuando pensaba en ella... en sus ojos, en sus labios, en sus manos, en todos los pequeños momentos que habíamos vivido éste año... Algo dentro de mi se iluminaba y me sentía lo suficientemente fuerte como para realizar el hechizo.



—Ya me viste —dijo Isa de una forma muy cortante—. Ahora vete.

Eso dolía.

Él tono en el cual pronunciaba las palabras, la forma de su indiferencia, incluso la mirada fría que posaba sobre mí.

Dolía.

Todo dolía.

Verla dolía.

Noté que estaba dispuesta a irse, así que rápidamente la agarré del brazo e impulsivamente la besé.

Por un momento pensé que me empujaría, me rechazaría el beso y me terminaría odiando, pero no fue así.

Por un instante se relajó y se dejó llevar. Sus labios eran cálidos y suaves, no quería soltarlos jamás.

Pero una voz familiar hizo que nos separáramos de golpe: era San Potter.

—Lo siento —se disculpó de una forma muy cínica al darse cuenta que estábamos ocupados—. Tenemos que irnos, Isa.

Ella se tensó de inmediato.

—¿Qué haces aquí, Harry?

—Lupin me pidió que te buscara —Potter frunció el ceño—. ¿Y tú qué diablos haces con Malfoy?

¿No es obvio estúpido?, pensé.

Isa no respondió pero le susurró algo a Harry y se fue con él sin más.


Cuando volví a la mansión, noté que habían muchos mortífagos. Se acercaba una reunión.

—¿Dónde estabas, Draco? —preguntó mi madre un tanto molesta y asustada.

—Fui a tomar un poco de aire.

—No puedes desaparecer así, lo sabes.

—Lo sé, lo siento. ¿Qué está pasando aquí? —dije refiriéndome a todos los mortífagos.

Mi madre me llevó a un lugar más privado y habló un poco más bajo:

—Se rumorea que Potter está en el refugio Weasley celebrando una boda. Irrumpiremos ésta misma tarde.

—¿Qué? —me sorprendí—. ¿Iremos mientras estén todos en la boda?

—Más bien en la celebración —me corrigió mi madre—. Y tu te quedarás, Draco.

—¿Me quedaré? —ella asintió—. ¿Por qué? ¿No confían en mi?

Mi madre se quedó callada, así que era obvia la respuesta.

Luchando contra la corriente [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora