Luchando contra la corriente [Draco Malfoy]

Diecinueve

—¿Dejarlo en paz? —Harry frunció el ceño—. Isa, no quiero pelear contigo ahora. Así que haré de cuenta que está hablando la chica que se muere de amor por Malfoy y que vive en tu interior, no tu.

—¡Oye! —lo golpeé levemente y ambos reímos.

Al menos Harry estaba más "relajado" en cuanto al tema de Malfoy, me hacía reír y hacia comentarios de bromas.

—Acá está tu capa —intervino Ron, y le entrego su capa, en la otra mano traía una caja de bombones.

—Gracias, Ron —dijo Harry mientras la recibía y tomaba el mapa que había dejado—. ¡No puede ser!

—¿Qué paso? —preguntó Ron mientras tomaba la caja de calderos de chocolate—. Supongo que no te importa que tome uno Harry, estaban en tú cama.

—No, no, claro que no —contestó Harry sin darle importancia, seguía mirando el mapa—. ¡Malfoy se esfumó! ¡Ni siquiera está en el mapa! ¿Cómo rayos lo hizo?

—¿De qué hablas? —pregunté confundida y tomé el mapa para ver, pero Harry tenía razón. Draco había desaparecido del mapa.

Harry le dio unos golpecitos al mapa, algo enojado y murmuró "Travesura realizada"

—¿A donde se habrá ido? —preguntó luego de unos segundos.

—No lo sé —me encogí de hombros.

—Deberíamos ir a buscarla —habló Ron de repente.

—¿No querrás decir "buscarlo"? —reí—. Digo, está bien que odies a Draco, pero no por eso lo vas a tratar como mujer... ¡Ron! —miré su mano y solo quedaba un chocolate en la caja de bombones—,¡Te comiste todos los bombones!

—¿Draco? -—preguntó confundido—.¿De qué hablas, Isa? ¡Yo no quiero ir a buscar a Malfoy ¡No soy gay!

No pude evitar soltar una carcajada.

¿Qué le pasaba a Ron?

—Tranquilo, Ron —le dijo Harry—.¿Quieres ir a buscar a Lavender? ¿A está hora?

Ron no respondió, sonreía como idiota y tenía la mirada un poco pérdida.

—¡Ay, Ron! Esa tarántula no se morirá si no esta un segundo sin ti —bromeé, y Harry se rió.

—¡¿Tarántula?! —se alteró—. ¿Qué tarántula? ¡¿Dónde está esa maldita araña?!

Yo rodeé mis ojos por completo, a veces la estupidez de mi amigo me sorprendía.

—No seas tonto, Ron. Hablo de la persona de la cual estas completamente enamorado —volví a bromear con un tono de ironía y Ron me miró completamente serio. Harry se dejó de reír al ver a Ron tan serio.

—¡Ustedes no entienden! —exclamó—.¡No puedo dejar de pensar en ella!

—Está bien, cálmate —habló Harry muy extrañado ante su reacción.

—¿Qué me calme? —empezó a sollozar con desesperación—, ¡Cómo quieres que me calme si ella ni siquiera sabe que existo!

—Pasa todos los días besándote, es obvio que sabe que existes...

—¿De quién estás hablado, Isa? —parpadeó Ron.