Luchando contra la corriente [Draco Malfoy]

Once

—No entiendo —dije suspirando.

—No hay nada que entender. Fue una orden y tenía que seguirla, ¿si? —repuso él fríamente—. Ahora no preguntes más, ¿está bien?

Fruncí el ceño.

—Pero...

—¡Sólo no preguntes! —exclamó enojado y yo lo miré aún más enojada, ¿cómo me pedía que no preguntara nada?

Draco se sentó de nuevo en la banca, resignado y comenzó hablar:

—Tenía que cumplir esa orden, Isa. No quiero decepcionar a nadie, mucho menos a mis padres —fijó su mirada en la mía, yo seguía de pie—.No te pido que lo entiendas, ni que guardes el secreto...

¿Qué?

¿No iba a pedirme que no le cuente a nadie?

—Solo te pido que no hagas más preguntas porque no puedo responderte —terminó de hablar y bajo la mirada, yo me senté a su lado.

Creo que eso era lo más difícil que pudo haberme pedido, porque tenía demasiadas dudas en mi cabeza.

—Esta bien —asentí con la cabeza—, no haré ninguna promesa pero lo intentaré.

Draco se mantuvo en silencio por varios minutos, yo solo lo observaba y me preguntaba por qué seguía ahí conmigo y no se iba a su sala común o al gran comedor...

—Eres diferente —habló por fin—, siempre has sido diferente —yo lo miré confundida—. Me refiero a que nunca me has juzgado, ni en primer año cuando molestaba a tus amigos, ni cuando llamo sangre sucia a Granger, ni tampoco cuando peleo con Potter... y ni siquiera ahora me estas juzgando.

—No soy quién para juzgarte —dije luego de analizar sus palabras.

—Pero aún así todos lo hacen, ¿no?

•••

Al día siguiente, Hermione y yo bajamos a la sala común antes del desayuno, ahí nos encontramos con Ron y Harry. Obviamente solo salude a Ron, y a Harry le dedique una mirada fugaz, seguía molesta con él.

—Me encanta ser alumno de sexto —comentó Ron mientras íbamos al gran comedor a desayunar—, tenemos un montón de horas libres.

—Ese tiempo lo tenemos para estudiar, Ron —le recordó Hermione.

Me mantuve en silencio todo el camino, al igual que Harry.

Cuando llegamos a desayunar me fijé en la mesa de Slytherin, y la mirada penetrante de Draco estaba sobre mí así que rápidamente desvié mi vista y terminé de comer mi bocado de pastel de calabaza.

—Es extraño que Malfoy no esté presumiendo delante de Parkinson, o de cualquiera de Slytherin, ¿no? -dijo Ron luego de tomar un sorbo de su jarabe de cereza.

Lo miré nuevamente y estaba comiendo su desayuno, tranquilo, sin hablar con nadie. Solo levantaba su vista de vez en cuando para mirar a las demás mesas.

Sus ojos volvieron a tropezar con los míos, así que volví a desviar mi mirada y me dirigí hacia Ron encogiendo mis hombros.