Luchando contra la corriente [Draco Malfoy]

Doce

Me quedé atónita, sin responder.

—Está bien, lo siento. Pero eres mi mejor amiga, Isa. Y he visto como lo miras —dijo Harry imitando mis palabras.

No comprendía a que se refería, yo no miraba de ninguna forma especial a Draco, ¿o si?

—Y considerando que ninguno de los dos puede invitar a quién le gusta...

Esperen, ¿Qué?

¿Dijo gustar?

—Yo ni siquiera puedo invitar a alguien, no estoy en el club de Eminencias —le recordé.

—Ya lo sé —continuó hablando—. Por eso quería invitarte a ti, pero como sigues molesta pensé que me dirías que no.

—Pensaste bien —sonreí.

—¡Oh! ¡Por favor! —me suplicó algo afligido y no pude evitar reír—. ¡Por favor! ¡Haré lo que quieras, Isa!

—Claro que iré contigo, pero no vuelvas a decir que me gusta Draco —dije fulminándolo con la mirada por las últimas palabras y el sonrió abrazándome, por suerte nuestras peleas duraban poco, muy poco.

—Gracias —me sonrió—, y perdón por todo lo que dije ayer.

—Está bien —le devolví la sonrisa–, tenías razón en todo.

Harry me miró de forma divertida y recordé cada palabra de las que había dicho.

—Casi todo —corregí y el soltó una carcajada.

Fuimos al gran comedor dónde nos encontramos con Hermione y Ron, estaban todos los estudiantes de Gryffindor emocionados por el partido que se venía contra los de Slytherin.

—¡Ánimo, Ron! —gritó Lavender—. ¡Sé que vas a jugar muy bien!

El sólo la ignoro, estaba muy nervioso.

—¿Te sirvo té? —le ofreció Harry—. ¿Café? ¿Jugo de calabaza?

—Me da igual —respondió Ron, muy desanimado y mirando hacia todos lados.

Harry sirvió jugo de calabaza y noté que en su mano traía un frasquito, se parecía al de la poción Felix Felicis.

—Vamos, bébete esto —dijo Harry mientras le entregaba el vaso.

Ron tomó el vaso y se lo estaba llevando a los labios cuando Hermione exclamó:

—¡No lo bebas!

Todos la miramos sorprendidos.

—¿Por qué? —preguntó Ron.

Hermione miró fijo a Harry.

—Le has puesto algo a la bebida —lo acusó.

—¿Qué? —Harry se hizo el desentendido y no pude evitar soltar una carcajada.

—Ya me has oído, le pusiste algo a la bebida. ¡Mira, todavía tienes la botella en la mano!  —respondió Hermione muy enfadada.

—No sé de que me estás hablando —repuso Harry, guardándose rápidamente el frasquito que tenía en la mano.

—¡Hazme caso, Ron, no lo bebas! —insistió Hermione, muy alterada, pero él sólo la ignoró y bebió el jugo.

—Podrían expulsarte por esto, Harry —volvió hablar mi amiga, muy enojada—. ¡No lo esperaba de ti!

—Sólo hacia falta un hechizo Confundus —susurré con ironía y Hermione me fulminó con la mirada.

—Ya casi es hora —dijo Ron, entusiasmado y contento.