Ocho

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—¿Una conversación pendiente? —pregunté confundida, seguía pensando en las cosas que había hablado con Remus y Dumbledore sobre las herencias de Sirius.

—Sí —respondió frió.

—¿De qué estás hablando, Draco?

—Sabes de que estoy hablando.

—No —bufé—, ¿podrías ser más directo?

Draco frunció el ceño.

—Ayer me dejaste hablando prácticamente solo y tenía algo que decirte.

—Ah —entendí a lo que se refería—, olvídalo —dije mientras seguía caminando al gran comedor.

—Espera —me detuvo—, dije que tenía que decirte algo ¿no me escuchaste?

Draco me miró unos segundos con el ceño fruncido.

Yo no estaba con ánimos de hablar con el. Quería hablar con Harry, quería encontrar a mi amigo y contarle todo, porque en el testamento que Dumbledore me mostró, Sirius le había dejado un espejo a Harry, era un obsequio.

—¿Te sientes bien? —preguntó Draco.

—Sí —mentí—, ¿Qué ibas a decirme?

—Bueno —me miró directamente a los ojos y  se acerco a mí, pude sentir de nuevo aquel aroma, quedó justo al frente de mí y comenzó hablar bajando un poco la voz—,, no le cuentes a nadie lo que viste.  

Era un idiota.
Aunque no me lo hubiera pedido, no le hubiera dicho a nadie...

¿Qué? soy una buena persona.

—O si no, te juro que...

¿Me iba amenazar?
¿En serio pensaba que imponía temor?

Definitivamente era un idiota.

—Draco —lo interrumpí—, si hubiera querido decirle a alguien, ya lo hubiera hecho. No le he dicho a nadie y tampoco lo haré.

Dicho eso me marché al gran comedor.

Allá estaban mis tres amigos, les conté todo lo sucedido, a Ron le fascinó la idea de que "mi elfo doméstico" trabajara en la cocina de Hogwarts porque según el, le puedo pedir comida cuando sea y me la tendría que dar, pero estoy segura que el realmente quería decir: "puedes pedirle que me de comida cuando sea y tendrá que hacerlo porque es tu elfo doméstico", en cambio Hermione, que era la defensora de los elfos domésticos no estaba tan feliz de que yo me quedara con él, pero prefería eso antes de que Bellatrix lo tuviera.

—¿Y por qué no solo lo liberas? —me preguntó Hermione por milésima vez, refiriéndose al elfo.

—Ya te lo dije, Hermione —rodeé los ojos—. Sabe demasiadas cosas, es muy peligroso.

—Es cierto —opinó Harry—. Si trabaja acá, al menos podremos vigilarlo.

—Y nos podrá dar raciones extra de comida —dijo Ron y yo solté una carcajada. Hermione solamente frunció el ceño.

•••


Ya han pasado algunas semanas desde que recibí las herencias de Sirius.

Cada día que pasa me siento más alejada de mis amigos y cada día extraño más a mi padre.

Ron entrena todo el tiempo ya que quiere ser el mejor guardián, yo no he vuelto hablar con Draco, solo hemos coincidido con algunas miradas pero nada importante.
Harry pasa todo el tiempo con el libro del príncipe mestizo y Hermione solo intenta averiguar quien es él.

Luchando contra la corriente [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora