Lo primero que sentí fue un adormecimiento en todo mi cuerpo, como un leve hormigueo en mis extremidades. Abrí los ojos con un esfuerzo impresionante. Me habían sedado, esa sensación de sentirme atontada era inconfundible. Mi vista conectó con la lámpara que colgaba del techo de mi habitación. Giré la cabeza con lentitud y tuve que parpadear con fuerza para estar segura de no estar imaginando cosas.
Christopher estaba sentado en una silla junto a la cama, tenía la cabeza recostada junto a mi brazo y sujetaba el edredón con el puño cerrado. Mire la vía que estaba conectada a mi brazo, volví mi mirada hasta Chris. La verdad me sorprendía que estuviera aquí, teniendo en cuenta que nuestra relación no era precisamente cercana. Si bien nos habíamos acercado más en las últimas semanas, no creía que fuera como para que él estuviera cuidándome ahora.
Hice el amague de sentarme pero un dolor punzante me atravesó el pecho, apreté los dientes para evitar soltar un quejido, intente mirar donde era que había recibido el disparo pero ni siquiera podía levantar la cabeza. Bufé haciendo un segundo intento, por que sí, podría estar enferma pero eso no me quitaba lo terca.
Claramente fue una pésima idea, esta vez el dolor fue mucho peor y no pude evitar soltar un quejido lastimero. Chris se sentó recto de golpe, miro algo desorientado un segundo hasta que sus ojos conectaron los míos.
- Tini - su voz salió en un susurro - ¿Estás bien? - me miró entre preocupado y aliviado - No te muevas, iré por el doctor
No me dio tiempo de decir nada, se levantó de golpe y casi que salió corriendo de mi habitación, dejando la puerta abierta de par en par. El ruido empezó a colarse, dejándome oír las voces distantes de mis padres. No distinguía bien qué era lo que decían, pero parecían estar discutiendo con alguien. Lo siguiente que escuché fueron pasos apresurados por las escaleras y luego Miri entró a la habitación deteniéndose en el umbral. Me miró haciendo un puchero antes de correr hacía mi. Se detuvo antes de dejarse caer en la cama.
- ¿Cómo estás? - su voz salió ligeramente entrecortada, sonreí intentando tranquilizarla un poco pero el dolor en mi pecho se había disparado nuevamente
- Estoy bien, no te preocupes - ella volvió a hacer puchero
- Señorita Martina - moví levemente la cabeza para ver al doctor Charles acercarse con una jeringa en la mano - Esto ayudará con el dolor - asentí haciendo una mueca por la punzada que estaba sintiendo cada vez más fuerte
- Cariño - abrí los ojos al escuchar la voz de mamá, ella se acercó sentándose en la cama junto a mi, puso su mano con suavidad sobre la mía, papá se detuvo junto a ella dejando su mano sobre su hombro
- ¿Cómo te sientes hija? - papá me estaba dando esa mirada lastimera que realmente detestaba que me diera. Sonreí un poco asintiendo suavemente
- Estoy bien - él asintió tomando una respiración profunda - No lo digas - él me miró con suavidad
- Lo lamento mucho cariño - cerré los ojos un segundo
- Te dije que no lo dijeras papá - él sonrió acercándose y dejando un beso en mi frente - Estoy bien, nada de esto es culpa tuya
- ¿Quieres algo cariño? - negué con la cabeza hacia mamá
- Estoy bien - había dicho esa misma frase tantas veces que ya me sentía como un lorito repitiendo lo mismo
El ruido de las pisadas se escuchó con más fuerza de lo normal, mamá sonrió poniéndose de pie.
- Estaremos abajo cariño - dijo dando un paso a un lado para dejarme ver la puerta
Paris y Cris entraron a la habitación casi que estrellándose entre ellas al pasar el umbral.
- Te odio - Cris hizo puchero arrugando su frente y sentándose donde antes estaba mamá
ESTÁS LEYENDO
Shadows & Secrets
Teen FictionMi familia y yo somos lo que muchos desearían ser, adinerados, poderosos, con fama; pero no todo lo que se ve en el exterior es lo que realmente pasa, tenemos muchos secretos y probablemente eso sea lo mejor de nosotros, amo mi vida, no la cambiaría...