Capítulo 45

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POV Christopher

Taylor tropezó soltando una maldición, la sujeté del brazo estabilizándola para que no cayera pero ninguno de los dos disminuyó el paso. Ambos éramos conscientes de que estábamos en una carrera contra el tiempo y estaba seguro de que nadie quería tener un enfrentamiento aquí abajo.

- ¿Te arrepientes? - mire a Taylor apenas escuche su pregunta, fruncí el ceño volviendo a mirar al frente

- ¿Qué? - ella soltó un bufido de molestia, sabía muy bien de que me hablaba pero no quería tocar ese tema

- ¿Te arrepientes de salir con Martina? - ahí si que quede boquiabierto, la verdad pensaba que me preguntaba si me arrepentía de haberla traicionado

- No - la respuesta salió de inmediato, ni siquiera tuve que pensar en ello - Me arrepiento de incontables cosas - dije disminuyendo la velocidad del trote - Pero de ella jamás

- Entonces - Taylor freno del todo haciéndome detener también - Demuéstralo - ella se aparto un par de rizos de la cara - Martina no necesita tus disculpas de mierda, ella necesita volver a confiar en ti - solté un suspiro lastimero

- Eso es imposible - dije dispuesto a retomar el paso, pero Taylor avanzó un par de pasos al frente plantándose frente a mi

- Claro que no - dijo mirándome seria - Si le demuestras que estás dispuesto a entregar todo por ella - Taylor ladeo la cabeza - Si la amas, no la dejes ir

Dio media vuelta dispuesta a continuar, pero antes de dar siquiera un paso levantó la mano para que yo no me moviera y con la linterna iluminó tanto como pudo el fondo del túnel. Me acerque un paso achinando los ojos, entonces lo vi. Bueno más bien los vi. Eran cuatro y venían hacia nosotros a toda prisa.

- Contra la pared - susurre bajando la mano en la que tenía la linterna

Ella asintió apagándola y pegándose a la pared sin hacer ruido, aunque probablemente las personas que venían hacia nosotros ya habían visto la luz de las linternas, no sabían con exactitud en dónde estábamos. Necesitábamos esa ventaja. Tome la pistola con fuerza respirando lo más calmado que podía. Los pasos se escuchaban cada vez más cerca. Un par de metros a lo mucho.

En la oscuridad del túnel a duras penas podía distinguir la silueta de Taylor que estaba a escasos centímetros de mi. Mis ojos aún no se habían acostumbrado a la oscuridad como para tener una pelea decente. Cuando los pasos se escucharon lo suficientemente cerca, di un paso al frente tomando al primero de ellos por el brazo, gire el cuerpo haciéndolo que pasara por encima de mi espalda. El cuerpo chocó contra el suelo con estruendo.

El primer disparo se escuchó fuerte y claro y la linterna de Taylor alumbró la escena justo a tiempo para ver el cañón de una pistola a unos centímetros de mi cara. Me moví hacia un costado escuchando el estruendo del disparo casi que en mi oído. Hice una mueca levantando la mano para disparar, pero la cabeza del hombre se fue hacia adelante con fuerza y la sangre salpicó mi cara.

Hice una mueca disparando dos veces, viendo al último hombre de pie caer al suelo a los pies de Taylor, ella levantó la cara del cuerpo en el suelo mirándome, alumbró mi cara con la linterna mientras se acercaba, la luz me dio de lleno en los ojos haciéndome poner la mano para que no me dejara medio ciego.

- ¿Todo en orden? - preguntó mirándome, asentí pasando la mano por la cara para tratar de quitar la sangre

- Sí, bien - dije limpiándome ahora con el dorso de la mano - Aunque pudiste esperar a que me moviera un poco - ella sonrió encogiéndose de hombros

Para ser una chica tan joven, realmente Taylor tenía una destreza increíble, también hay que atribuirle eso a que ella prácticamente se crió entre la mafia brasileña, las favelas no son cosa fácil, incluso me atrevería a decir que de todas las Bacrim, Taylor fue la que la tuvo mas difícil siempre. Tal vez por eso a pesar de ser la más joven de las cinco era la líder del grupo

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